Para Aquiles Esté -especialista en comunicación política, analista de la realidad de Venezuela, su país, y profesor y publicista de gobiernos, empresas y marcas en Miami- es en vano hablar de ideología cuando se trata de comprender lo que sucede hoy bajo el gobierno de Nicolás Maduro:
"El chavismo fracasó", dijo. "No es la opinión de un opositor. Son los hechos: no puede haber tenido éxito porque todos los días quedan tendidas en la calle 60 personas inocentes. La vida, que es el derecho básico, está garantizada en otros países mucho más pobres que Venezuela. Si eso no es mínimamente garantizado allí, es un indicativo de que ese proyecto político fracasó. Por eso insisto: no es una discusión ideológica. Es un fracaso, y es un fracaso desde hace tiempo."
La discusión ideológica, dijo a Infobae, "es el cuadrante donde el chavismo quiere poner el drama venezolano". Él, argumentó, prefiere ignorar la agenda bolivariana: "No quiero entrar en esa pobretología, que el chavismo es el intérprete de los pobres. El problema no pasa porque se monte un gobierno de derecha sino porque haya unas instituciones que pongan al ciudadano primero. Que es simplemente como lo ordena la ley vigente en Venezuela. La cuestión es cómo rescatamos la libertad y la dignidad de los venezolanos."
-Si la crisis va más allá de que si se cumplió el proyecto bolivariano o no, ¿cuál es su proyección en el mediano plazo de la situación en Venezuela?
Muy infelizmente veo al país como un Estado en riesgo de disolución. No hay instituciones en Venezuela: las instituciones sólo sirven para perseguir disidencia. La realidad es que la población está completamente a su suerte en todo lo que respecta a los derechos civiles, económicos y políticos. La situación es verdaderamente dramática y los estados democráticos del área de influencia miran para otro lado. A Venezuela le quedan minutos para reestablecer un mínimo tejido social e institucional; si no, va a ser un estado fallido.
-¿Cómo sería en el caso concreto de Venezuela?
Sé que es una marca devaluada, que todo el mundo habla de estados fallidos aquí y allá, pero concretamente es aquel donde las instituciones no brindan las mínimas garantías ni económicas ni políticas ni civiles para que la gente se ponga de acuerdo y todo funcione. El Estado es un regulador de la vida de la gente; cuando esa regulación se pierde por completo, cada quien hace lo que le da la gana. Eso es lo que pasa en Venezuela. La vida no vale nada: puedes matar o robar y eso no tiene castigo; puedes emprender un negocio, tener una empresa, y el Estado te la puede quitar, sin garantía, juicio o reposición de lo que te corresponde por derecho... En un Estado fallido hay una situación de todos contra todos, y eso ya se ve en Venezuela aunque muchos no quieran registrar esa realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario