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- Publicado el Viernes, 10 Julio 2015 11:29
- Escrito por Antonio María Jiménez
El tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina a fuego y sangre impuso a su estilo la Industria de la Corrupción, que por más de 30 años enriqueció a cada uno de sus familiares y allegados, significando una burla y un atropello grotesco para los hombres de trabajo.
Recordamos que el doctor Joaquín Balaguer afirmó que la corrupción se detenía ante su Despacho, Jorge Blanco dijo que gobernaría con las manos limpias, Hipólito Mejía expresó que cortaría las manos y los pies a los funcionarios que fuesen acusados de corrupción, Leonel Fernàndez afirmó que los deshonestos no formarían parte de su gobierno y Danilo Medina fue más lejos, cuando afirmó que por el solo hecho de que el rumor público implicara a uno de sus funcionarios en actividades delictivas, éste sería destituido, investigado y sometido a la justicia.
Pasando revistas a los desfalcos millonarios que se han originado en los Ayuntamientos y que en los Ministerios de Educación, Salud y Obras Públicas, se hayan descubierto obras sobrevaluadas, compras irregulares y asignaciones sin los concursos de Ley, este país podría superar la problemática económica de la República de Grecía, considerado el país más corrupto en la Unión Europea.
No es tarea fácil, pero no imposible atacar los actuales niveles de corrupción que gerencian los Ministros y otros funcionarios peledeistas y eso bien claro ha de saberlo el Presidente licenciado Danilo Medina, si es que quiere honrar su palabra.
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