SEAN BIENVENIDOS.
ESTE BLOG NACE PARA CONOCER LOS MALES DE LA DEMOCRACIA,PROMOVER UN REGIMEN DE DERECHO DONDE TODOS SEAMOS IGUALES ANTE LA LEY, CONOCER LAS HISTORIAS DE LAS DICTADURAS DEL MUNDO. TAMBIEN PARA QUE ANALICEN Y JUZGUEN, LA VIDA Y OBRA DEL DICTADOR RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO MOLINA, QUIEN GOBERNARA LA REPUBLICA DOMINICANA DESDE 1930 HASTA 1961.
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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA .
HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES
OPINIONES DE ARTICULISTAS ,CIENTISTAS SOCIALES E HISTORIADORES NACIONALES E INTERS. SOBRE TRUJILLO
Un nuevo documental realizado en Alemania afirma que Adolf Hitler dispuso de un explosivo nuclear y un extraño aeroplano mediante el que arrojarlo a sus enemigos
Mucho se ha hablado sobre la posibilidad de que los nazis pudieran crear una bomba atómica. Con todo, hasta ahora se creía que el «Club Uranio» (el equipo ideado por Adolf Hitler para ganar la carrera armamentística nuclear a los Estados Unidos) no había alcanzado nunca su objetivo. Sin embargo, un nuevo documental emitido la semana pasada por la cadena alemana «ZDF» cree lo contrario. Concretamente, los autores afirman que, en la Segunda Guerra Mundial, los germanos llegaron a construir este ingenio de la ciencia y que planeaban arrojarlo sobre sus enemigos mediante un extraño avión en forma de platillo volante.
En el documental, llamado «La búsqueda de la bomba atómica de Hitler», los autores entrevistan a varios historiadores que afirman haber llegado a estas conclusiones tras tener acceso a una serie de documentos oficiales elaborados por los norteamericanos. Al parecer, estos fueron creados en base a una serie de interrogatorios realizados a varios científicos nazis que participaron en el diseño y la construcción tanto del explosivo como del susodicho aeroplano, además del relato de algunos testigos. De hecho, los expertos llegan a determinar que este arma no solo se construyó, sino que se llegó a probar con prisioneros de guerra soviéticos.
Un controvertido proyecto
Uno de los historiadores que afirma que los nazis llegaron a construir la bomba atómica es Matthia Uhl, quien ha señalado también que -finalmente- no pudo utilizarse debido a que se terminó de diseñar al final de la contienda. A su vez, tanto este experto como el programa analizan la figura de Hans Kammler, un general de las SS que -históricamente- usó a más de 175.000 presos para trabajar en las fábricas «vergeltungswaffen» (las cuales estaban dedicadas a producir carros de combate y todo tipo de armas).
Hans Kammler, presunto artífice de la bomba atómica nazi
WIKIMEDIA
En palabras de los expertos entrevistados en el documental, Kammler fue puesto al frente del proyecto para lograr conseguir la fisión nuclear y, posteriormente, la bomba atómica. Según se explica en la investigación, uno de los destinos de este oficial fue Turingia, en Alemania del Este, uno de los centros neurológicos de la bomba atómica y del programa espacial germano. No obstante, el explosivo no habría llegado a ser operativo debido a que se logró materializar «en la agonía de la contienda». Aunque eso sí, según los presuntos informes consultados, este arma secreta contaba con un gran poder destructivo.
«ZDF» cita -además de los informes ya comentados- dos documentos de la inteligencia militar soviética en los que se afirman la existencia del programa nuclear. En el primero, los servicios secretos de Stalin señalan que la bomba disponible tiene un diámetro de 1,5 metros y se compone de esferas huecas. Mientras, en el segundo se señala que los nazis han iniciado sus pruebas atómicas en una serie de túneles secretos de Alemania del Este: «Una fuente fiable de Alemania lo ha corroborado: los alemanes han hecho explotar dos de estas bombas en Turingia». Al parecer, Eisenhower ordenó que se llevaran a cabo varios vuelos de reconocimiento sobre la zona para corroborar los datos, pero no se halló nada.
«El club uranio» y los platillos volantes
Dejando de lado los datos ofrecidos por «ZDF», y tal y como señalamos desde ABC en el reportaje «El misterio de la bomba atómica que quisieron fabricar los científicos nazis», la historia oficial nos cuenta que los alemanes intentaron idear un explosivo nuclear, pero no lo consiguieron nuca. El grupo que más cerca estuvo de lograr este objetivo fue el «Club Uranio», al frente del cual se hallaba Werner Heisenberg.
No obstante, los bombardeos constantes sobre los laboratorios al servicio de este objetivo y los problemas económicos provocaron que el proyecto se retrase y, al final, se abandonase. De hecho, los mismos científicos nazis no pudieron contener su asombro cuando fueron informados de que los americanos habían lanzados dos de estas armas sobre Japón.
Tampoco parece factible la teoría sobre los aviones nazis con forma de platillo volante, aunque lo cierto es que no es la primera vez que se escucha este mito. De hecho, una de las leyendas más famosas de la Segunda Guerra Mundial afirma que, en 1940, Hitler ordenó crear estos aeroplanos para generar terror en los pilotos aliados. Con todo, esta teoría ha sido desechada por historiadores tan reconocidos como Jesús Hernández, autor -entre otros- de «Pequeñas grandes historias de la Segunda Guerra Mundial». «Es un mito sin ningún tipo de base, apenas un testimonio de un supuesto vuelo de pruebas», explicaba el experto en declaraciones a ABC.
El viceministro de Interior y Policía, Dr Euclides Gutiérrez Félix, dispone mediante norma del 26 de julio de 1965 la venta de bebidas alcohólicas en la Zona Constitucionalista de 8 de la mañana a 6 de la tarde.
Autoriza a la Policía Militar Constitucionalista a arrestar a quienes violen la disposición. Hoy 27 de julio de 1965 los comisionados constitucionalistas y de la Ad-Hoc de la OEA se reúnen de 3:30 a 5:30 de la tarde y se aproximan a acuerdos trascendentales.
El Consejo de Seguridad de la ONU debate la crisis dominicana y el representante del Gobierno Constitucionalista, Rubén Brache, solicita que se exija el retiro inmediato de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP). El consejo concluye que (1) debe respetarse el alto al fuego, (2) condenar las violaciones a los Derechos Humanos, (3) que se elaboren nuevos informes sobre la situación de Santo Domingo y (4) volver a reunirse si las circunstancias lo ameritan.
Carteleras de Lucha Libre Profesional y de Boxeo se desarrollan en el Gimnasio del parque Eugenio María de Hostos, que es abarrotado por un público deseoso de distracciones en medio del conflicto cívico militar matizado por la ocupación extranjera.
Patria denuncia que el médico Chan Aquino y una hermana fueron atropellados y detenidos por una patrulla de EU luego que intervinieran a favor de un joven que estaba siendo vejado por un marine.
César Saillant Valverde, quien fuera asistente personal de Ramfis Trujillo y que denunciara en una carta extensa pormenores del fusilamiento de los héroes del 30 de Mayo en la Hacienda María en noviembre de 1961, es denunciado por Patria como agente de la Unidad de Inteligencia No.7 de las tropas de E.U.
Familiares de militares presos en la Base de la Marina en Haina denuncian que están en condiciones deplorables. Solicitan que sean visitados por comisionados de los Derechos Humanos de la OEA.
Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana fueron quemados vivos. El primero murió. La segunda sobrevivió para contarlo*.
El caso estremeció a Chile y al mundo hace casi 30 años. Y recién ahora tiene coletazos en la justicia.
El ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, dictó el jueves cinco nuevos procesamientos por homicidio y homicidio frustrado contra exmilitares que participaron en lo que se conoce como el “Caso Quemados”: dos jóvenes que en julio de 1986 fueron quemados vivos en medio de unas protestas contra el gobierno del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El caso fue reabierto luego de que Fernando Guzmán, entonces recluta, rompiera un “pacto de silencio” -que según él implicó dinero y beneficios con tal de que quienes estuvieron envueltos en los hechos no hablaran- y contara por primera vez detalles de cómo se produjo el crimen.
Su testimonio permitió por primera vez procesar en la justicia civil a los presuntos autores.
Sin embargo, la versión de la única víctima que sobrevivió para contarlo era distina.
En julio de 2013, Carmen Gloria le contó a Mike Lanchin del programa Witness de la BBC cómo una patrulla de Pinochet la roció con combustible, le prendió fuego y luego la abandonóen un terreno baldío a las afueras de Santiago. Este fue su testimonio.
El 2 de julio había sido declarado paro nacional y Pinochet había amenazado con sacar a las Fuerzas Armadas a reprimir a todos los que salieran.
Yo me levanté temprano, con mi hermana Emilia, la mayor. Era un día nublado, invierno, tipo 7:30 de la mañana y salimos a caminar por la población desde la que se suponía iríamos en marcha hacia la Universidad de Santiago.
Nos juntamos con algunos vecinos, con Rodrigo Rojas y dos jóvenes más que yo no conocía prácticamente.
Estos jóvenes se preparaban para hacer una barricada con neumáticos para interrumpir el tránsito de una avenida bien importante y nos piden ayuda. Como nuestro ánimo era de protestar, les dijimos que bueno.
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Una protesta que terminó en tragedia
El 2 de julio de 1986 Chile se preparaba para un paro nacional contra del gobierno de facto del general Augusto Pinochet.
Carmen tenía 18 años entonces. Estaba en la universidad y como tantas otras veces, se disponía a participar activamente del paro.
Sin embargo, camino a las protestas, el grupo con el que iba se encontró cara a cara con una patrulla militar, comandada por el entonces teniente Pedro Fernández Dittus.
Los jóvenes iban con neumáticos y combustible para construir barricadas. Al ver a los militares, huyeron. Sin embargo Carmen y el joven fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri fueron alcanzados por los militares.
Según la versión oficial del gobierno de Pinochet, cuando Quintana y Rojas fueron detenidos, algunas de las bombas molotov que llevaban se rompieron y explotaron, prendiéndoles fuego accidentalmente.
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Cuando íbamos caminando se nos acerca una camioneta de militares, todos con maquillaje y vestidos de camuflaje.
Tuvimos miedo, dejamos botados los neumáticos y salimos arrancando, todos en distintas direcciones.
Nos salieron persiguiendo a nosotros con Rodrigo, que corrimos hacia la misma dirección.
A Rodrigo lo sometieron y lo patearon en el suelo.
A mí me tomaron, me revisaron por todas partes, me pusieron contra la pared. Me preguntaron qué andaba haciendo, les dije que iba a estudiar a la universidad. Me revisan los documentos, me los quitan.
Me echaban garabatos (insultaban), me pegaban en la espalda con la punta de la metralleta y yo lloraba porque tenía mucho miedo.
Se comunican por sus aparatos con su gente, viene un grupo de militares de la esquina. Estaban los neumáticos y traen un bidón de bencina. “En esto andaban”, nos dicen.
El militar que mandaba más, el teniente Pedro Fernández Dittus, toma el bidón.
Yo estaba de pie contra la pared. Me empieza a echar bencina desde la cabeza y a Rodrigo lo rocía como a una planta, porque él estaba tendido en el suelo sangrando.
En esos momentos yo no pensé que la idea era quemarnos. Se me pasó por la mente que era como una burla, que nos iban a soltar y me iba a poder bañar.
Repentinamente ellos nos tiran un aparato incendiario que explota y yo me convierto en una antorcha humana. Y Rodrigo también.
Yo me desesperé y traté de apagarme con las manos, empecé a revolcarme en el suelo a ver si las llamas se apagan y no pasaba nada.
Entonces siento que alguien me tira una frazada encima, me envuelven y me ponen en la parte de atrás de un camión.
Después de eso yo pierdo la conciencia.
[Según la declaración de Guzmán, tras ser rociados con combustible, quien los encendió fue otro de los oficiales a cargo de la operación: el entonces teniente Julio Castañer, también procesado hoy por homicidio por el juez Carroza.
Según la versión de Guzmán, “el fuego lo inició el teniente Castañer con el encendedor”.
“Cuando estaban en el suelo, escuché que el teniente Castañer le decía a Fernández que lo mejor era matarlos, pero este último dijo que no, porque el era católico”, declaró Guzmán ante la justicia]
Quemados caminando por ayuda
Despierto cuando nos están tirando en una zanja en el campo donde corre el agua, pero estaba seca.
Me tiran a mí y después a otro cuerpo. Yo tenía miedo, así que me hago la dormida, no reacciono. Y nos dejan ahí botados.
Rodrigo me empieza a mover para que despierte. Nos levantamos y lo miro: tenía toda su cara negra, le faltaba la mitad del pelo. Me empiezo a mirar y veo toda mi ropa oscura y mis manos negras. Y le digo a él: “Mira como nos dejaron estos desgraciados”. Y él se queda callado.
Nos dejaron en un camino campestre, muy hacia adentro, de polvo y tierra. Tuvimos que caminar a la calle.
Salimos a una carretera y ahí nos dimos cuenta de que estábamos cerca del aeropuerto. Empezamos a tratar de hacer parar los autos, pero yo creo que los autos se asustaban al ver nuestra imagen de zombies.
Al rato después llega una patrulla de policía y Rodrigo me dice que no digamos nada, porque nos pueden hacer desaparecer.
La Policía nos pregunta qué nos pasó y nosotros no decimos nada, nos quedamos en silencio.
Había justo una construcción donde había obreros. La policía llama a la ambulancia y la ambulancia no llega nunca. Los obreros nos hacen como una camilla de ladrillos y ahí yo me acuesto.
Yo tenía tanta rabia que le digo a la Policía: “Tíreme un balazo por favor, para no seguir sufriendo”.
Estuvimos como 30 minutos, creo. No lo sé realmente.
Ante mis palabras, la Policía reaccionó. Pararon un vehículo civil y nos llevaron a un consultorio cercano.
Ahí la enfermera les dice a los carabineros que se vayan y me dejen sola con ella. Ella, muy amable, me pregunta qué me hicieron y yo le digo la verdad. Me dice si quiere que hable con alguien. Yo le digo: “Sí, con mis papás”. Y ahí ella le avisa a mi familia.
Después de que hablan con mi familia, nos transportan a la Posta Central, que es el hospital más grande de Urgencias en Chile y ahí yo pierdo la conciencia.
No sé qué más ocurre conmigo. Sé que estuve en coma, que me hicieron muchas operaciones de trasplante de piel, donaciones de sangre…
Fue un periodo muy oscuro para mí, porque es como que hubiera estado muerta todo ese tiempo. Después reconstituí la historia por lo que mis padres y mis amigos me han contado.
En el hospital: hermana de novia y atentado a Pinochet
Empecé de poco a darme cuenta. Todo mi cuerpo estaba vendado entero, porque me hacían injertos de piel. Era muy doloroso, porque cada vez que me cambiaban las sábanas, se me pegaban.
También estaba con un respirador artificial, no podía respirar por mí misma.
Rodrigo Rojas no logró sobrevivir. Tenía un 70% de la superficie de su cuerpo quemado y falleció cuatro días después.
Yo tenía el 65% de mi cuerpo quemado, también con quemaduras de segundo y tercer grado.
Pasaron dos meses y medio (en el hospital, antes de viajar a Canadá donde se le ofreció un tratamiento de recuperación).
Me acuerdo de algunas enfermeras que eran bastante cariñosas. Hubo días de paro en que algunas no podían llegar y otras, aunque no les correspondía, se quedaban haciendo doble turno para cuidarme.
También recuerdo que me impactó mucho ver a mi mamá la primera vez, porque había perdido como 15 kilos.
Mi mamá me hizo cariño y me dijo que era una chica valiente. Ella tiene harto sentimiento de culpa, porque cuando me vio la primera vez quemada pensó que era mejor que me muriera para que no sufriera.
Mi hermana Emilia, la que salió ese día conmigo, fue a verme vestida de novia con su marido.
También recuerdo que el doctor Jorge Villegas, que era el cirujano plástico que llevaba mi caso, me contó que habían hecho un atentado contra Pinochet en septiembre. Y eso me alegró mucho.
Se preocuparon mucho porque pensaron que podían tomar represalias y me podían asesinar ese día. Entonces toda mi familia se quedó en el hospital ese día.
Vocera de los sin voz
Cuando llegué a Canadá fue la primera vez que empecé a ver mi cuerpo, cómo estaba. Fue bastante impactante.
Yo resistí al principio mirarme. Iba al baño, había un espejo y no me quería mirar.
Al principio estaba completamente inmóvil. Cuando llegué a Canadá no podía caminar ni usar las manos. Tuve que crear nuevamente músculos en mis piernas para volver a caminar.
Los primeros años me hicieron 40 operaciones aproximadamente.
Las manos y el cuello me quedaron muy quemadas y me tuvieron que operar varias veces para poder recuperar la movilidad.
Tenía que estar en kinesioterapia todos los días. No podía agarrar lápices, cucharas, pinzas. Eso lo recuperé, pero la motricidad fina aún me cuesta. Soy torpe con las manos y no puedo hacer cosas muy delicadas.
La boca me quedó bastante atrofiada y me tuvieron que hacer varias operaciones para poder abrirla.
Volví a Chile el año 1988 yo creo que ahí me operé unas dos veces más, pero ya tenía fobia al olor de la anestesia. Dije que ya era suficiente, ya no quería nada más.
Empecé a contar lo que me había sucedido y viajé a muchos países denunciando la situación de violación de los derechos humanos que vivíamos en Chile.
Viajé a EE.UU., Alemania, Francia, las dos Alemanias, Bélgica, Suiza, Suecia, Australia y a algunos países de Latinoamérica. Me convertí en una especie de vocera de la situación de derechos humanos en Chile.
La fuerza me la dio la rabia, saber que tanta gente había muerto y no tenía voz para denunciar lo sucedido. Yo me sentí una portavoz de toda esa gente.
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* Este reportaje de Witness fue originalmente publicado el 2 de julio de 2013, para el aniversario número 27 de los hechos y fue actualizado el 31 de julio con los últimos avances del proceso.
SILVIA AYUSO / ROCÍO MONTESWashington / Santiago de Chile 31 JUL 2015 - 12:29CEST El dictador chileno Augusto Pinochetfue el principal responsable de las maniobras de encubrimiento de uno de los peores crímenes del régimen, conocido como elcaso Quemados, según indican cinco cables confidenciales del Gobierno de Estados Unidos que publicará este viernes elNational Security Archive. De acuerdo a la organización investigadora independiente de la Universidad de Georgetown, Pinochet en persona ordenó que se frenaran las pesquisas para determinar la responsabilidad de los hechos ocurridos el 2 de julio de 1986, cuando patrullas militares quemaron con gasolina a dos jóvenes que protestaban en la primera de las dos jornadas del Paro Nacional contra la dictadura. El fuego provocó la muerte del fotógrafo de 19 años, Rodrigo Rojas, y las heridas graves de la estudiante universitaria, Carmen Gloria Quintana, de 18, que sobrevivió con una inmensa parte de su cuerpo desfigurado.
Según explicó a EL PAÍS Peter Kornbluh, responsable de la investigación, aunque estos cables llevan desclasificados más de una década, adquieren especial relevancia ahora que la Justicia chilena ha reabierto recientemente el Caso Quemados, 29 años después de los sucesos. “Los abundantes detalles de los documentos desclasificados podrían servir de apoyo a la acusación (…) Los documentos vinculan a Pinochet con el encubrimiento de un crimen de cuya autoría militar no caben dudas”, señaló.
La causa sufrió un vuelco la semana pasada, luego de que un exmilitar rompiera un pacto de silencio entre los involucrados y testigos. Junto con detallar capítulos desconocidos de lo que ocurrió el 2 de julio de 1986 en un callejón de la comuna de Estación Central de Santiago, el ex conscripto Fernando Guzmán denunció una operación de encubrimiento digitada por el Ejército para que nunca se supiera la verdad: “A cambio de nuestro silencio, la institución nos proveyó de permisos, de dinero, como una manera de continuar con esta mentira y mantenernos callados”, indicó ante los tribunales.
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Los documentos exponen detalles de un caso crucial en la historia de violaciones de derechos humanos en Chile
El magistrado Mario Carroza, tras decretar nuevas diligencias, determinó el procesamiento de un grupo de doce militares en retiro del Ejército, por los delitos de homicidio y homicidio frustrado. La decisión del Poder Judicial ha puesto nuevamente a los derechos humanos en la primera línea de la agenda pública, como sucede cada cierto tiempo en Chile. El debate se ha centrado, sobre todo, en la supuesta información que todavía mantienen las Fuerzas Armadas sobre el paradero de las víctimas de la represión y los involucrados en los delitos de lesa humanidad. “Basta de silencio. Hay personas que saben la verdad de muchos casos que aún permanecen sin resolver. Chile les pide que sigan el ejemplo del conscripto Fernando Guzmán, que ayuden a reparar tanto dolor”, señaló el lunes pasado la Presidenta Michelle Bachelet.
De acuerdo a los archivos confidenciales que este viernes publica el National Security Archive, las maniobras para ocultar los hechos comenzaron en el mismo hospital de urgencias adonde fueron transportados los jóvenes, gravemente heridos. En un primer cable estadounidense, enviado desde la embajada en Chile al Departamento de Estado el 8 de julio, dos días después de la muerte de Rojas, se dice ya que el joven fue “quemado de forma deliberada por soldados”. Se revela el primer obstáculo de los muchos que se interpondrían a lo largo de los siguientes días, meses y hasta décadas para ocultar el rastro que llevaba a los militares. “Médicos en la Posta Central (el hospital público de urgencias) afirman que el director de la Posta obstruyó el traslado de Rojas a una clínica mejor equipada para tratarlo”, reseña el reporte estadounidense. El director médico de la Posta Central, identificado como el doctor Guzmán, “escribió una nota en el historial médico (de Rojas) ordenando que no recibiera visitas debido a los problemas legales de su caso y de Quintana, y que tampoco debía ser trasladado”, continúa el cable. Esta disposición “impidió que se tomara cualquier declaración legal” al joven malherido, agrega.
En un segundo documento, remitido esta vez a la Casa Blanca con fecha de 14 de julio, se advierte de que, pese a las declaraciones de testigos y una investigación de la inteligencia chilena que “claramente” señalan a miembros del Ejército como responsables del ataque a los dos jóvenes, “el Gobierno chileno, siguiendo directivas de Pinochet, está tratando de tachar públicamente como terroristas a Rojas y a Quintana, que habrían sido víctimas de sus propios cócteles molotov”. “No es probable que Pinochet vaya a permitir que se juzgue a soldados, ni siquiera si un investigador oficial los señalara como los culpables. Si se desbarata la defensa del cóctel molotov, deberíamos esperar otras explicaciones, como que responsabilicen a comandos comunistas”, señala el escrito.
El 22 de julio llega otro recuento desde Santiago al Departamento de Estado en Washington. En él se explica que el informe final de Carabineros concluye que la investigación “indica claramente que los miembros de una unidad militar chilena de patrulla estuvieron involucrados en la quema de los dos jóvenes”, aunque solo se identifica a uno de los responsables con nombre. El reporte es redactado en “una sola página sin copias”. El director general de Carabineros de la época, Rodolfo Stange, le entregó el informe el 11 de julio a Pinochet. “El presidente Pinochet le dijo al general Stange que no creía el informe y se negó a recibir el documento del general Stange”, describe el cable estadounidense.
Un mes más tarde, el 27 de agosto, la inteligencia militar estadounidense afirma que el Gobierno chileno “ha cambiado varias veces su versión sobre su implicación en la quema y posterior muerte de Rodrigo Rojas y aparentemente ha emprendido una campaña de intimidación para presionar a los testigos” del crimen. “Algunos miembros del Gobierno probablemente seguirán intimidando a los testigos para convencerles para que cambien su testimonio, con el objetivo de liberar al régimen de responsabilidad alguna del crimen”, agrega.
El último cable publicado data del 18 de diciembre y lo firma la CIA. En él se cita a abogados relacionados con el caso según los cuales “el ministro de Justicia, Hugo Rosende Subiabre, está ejerciendo presión sobre el fiscal del Estado y los jueces para atascar y finalmente desestimar el caso por falta de pruebas”. El objetivo, según deduce el informe estadounidense, es “alargar el caso”, porque mientras no haya una sentencia los abogados de Rojas no podrán acudir a la Corte Suprema, que es “su mejor oportunidad de exponer los detalles del asesinato” del joven.
Los documentos exponen detalles desconocidos de “un caso crucial en la historia de violaciones de derechos humanos en Chile y, también, en las relaciones entre el régimen de Pinochet y EE UU”, resumió Kornbluh, para quien este caso supuso la ruptura definitiva de Washington con la dictadura chilena y el comienzo de las presiones del presidente Ronald Reagan a favor de un regreso a la democracia en el país sudamericano.
Durante más de cuatro décadas, Muammar Gaddafi fue el hombre más poderoso de Libia a través de un cuestionado gobierno, el cual terminó con la "Primavera Árabe" en 2011. Hoy, cuatro años después, un tribunal del país sentenció a muerte a su hijo Saif al Islam, tras ser acusado (con una docena de funcionarios) de reprimir las protestas contra el exlíder fallecido en 2011.
Actualmente, Saif al Islam no está en poder de las autoridades. Se encuentra detenido por un antiguo grupo rebelde en la comunidad de Zintan, los cuales se niegan a entregarlo, informó"BBC".
¿Qué sucedió con los hijos de los dictadores?
Los hijos de Muammar Gaddafi
El dictador libio tuvo en total siete hijos: Muhammad, Saif al-Islam, Al-Saadi, Mutassim, Hannibal, Saif al-Arab y Khamis.
Entre los escándalos de sus hijos, se encuentran los escándalos de Hannibal, quien fue acusado de golpear a mujeres; no solo su esposa, también las empleadas que trabajaban en su casa.
En 2012 pidió asilo político al gobierno de Omán.
Por otro lado, Al-Saadi utilizó su influencia para obtener un lugar en la Selección de fútbol nacional. Se aprobaron leyes que prohibían a los locutores mencionar otros nombres de jugadores y los árbitros fueron pagados a favorde su equipo.
De acuerdo a Mandatory.com, en un partido las fuerzas de Gaddafi abrieron fuego contra los asistentes, después de que Al-Saadi fue abucheado. El 5 de marzo de 2014, fue arrestado en Nigeria y extraditado a Libia.
Los hijos de Hosni Mubarak
El dictador egipcio, quien gobernó de 1981 a 2011, tuvo dos hijos: Alaa y Gamal.
Y fue precisamente Gamal Mubarak quien podría sucederlo en el poder. A la caída de su padre del poder, se le acusó de corrupción, cargo del que fue absuelto en diciembre de 2013
Los hijos de Saddam Hussein
En total, el dictador iraquí tuvo cinco hijos de dos matrimonios: Uday, Qusay, Raghad, Rana, y Hala Hussein.
Uno de los casos más recordados es el de Uday Hussein, quien siempre fue señalado de usar el "puño de hierro" de su padre para su beneficio personal.
Entre los peores momentos de Uday, se recuerda el momento en el que, estando ebrio, golpeó a quien probaba la comida de su papá hasta causarle la muerte y le cortó la garganta con un cuchillo eléctrico frente a una multitud. Murió el 22 de julio de 2003 en un bombardeo estadounidense.
Casi nadie en el mundo, salvo él y sus seguidores, duda que Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte, está más loco que una cabra. Pese a eso no hay que caer en el error de pensar que es un idiota. Muy por el contrario, es un loco inteligente. O hace cosas que -desde el punto de vista de la propaganda política- le rinden frutos. Los argentinos conocemos algo de eso. Este gordito peligroso es el tercer mandatario de la dinastía de los Kim, que arrancó en 1948 con su abuelo Kim II-sung y se extendió hasta la muerte de éste en 1994, y prosiguió con Kim Jong-il, el padre del actual, que gobernó entre 1994 y el 2011, cuando falleció misteriosamente durante un viaje en tren. Ahora acaba de protagonizar otra de sus payasadas. Rindió tributo en Pyongyang a su padre y a su abuelo, para conmemorar el fin de la Guerra de Corea, que enfrentó al norte y al sur entre 1950 y 1953
El 27 de julio es considerado en Corea del Norte como el "Día de la victoria", un delirio de magnitud, un "relato" sostenido en el tiempo, ya que aquella larga batalla culminó con un alto el fuego que favoreció a ambas Coreas, nunca se firmó un tratado de paz y técnicamente aún siguen en guerra. Pero los Kim necesitaron inventar el mito de la victoria para perpetuarse en el poder. Cada vez que llega la fecha de marras, el líder norcoreano saca a relucir esa mentira que lleva décadas ( basta señalar que cuando se decretó el alto el fuego en aquel lejano 1953, todo volvió al minuto cero del conflicto, es decir, a la restauración de la frontera en el célebre Paralelo 38).
Pero ésta no es la única noticia que nos llega desde aquellos pagos de la península asiática. Paralelamente a la reinvención constante de la farsa histórica, y en medio de sus delirios nucleares y sangrientas persecuciones a los opositores, Kim mandó a destruir, en todos sus formatos (hay que recordar que internet está prácticamente vedado), la música considerada "peligrosa para la población" por el partido Comunista. Y como en la recordada novela de Bradbury, "Fahrenheit 451", los discos serán quemados. La secretaría de Propaganda y Agitación elaboró un listado de canciones no permitidas y la ciudadanía debe deshacerse de las mismas. El fuego hará el resto. Mientras, el "kimismo" sigue con la tradición de ponerle el nombre de los miembros de la familia a cualquier cosa que inauguran y levantan estatuas de ellos mismos por todo el país. Locos y peligrosos.
Cuando todavía en el país se sienten los vientos huracanados que originó la aprobación en el Congreso de la modificación a la Constitución, en el interés de reintroducir la reelección y con ello garantizar una nueva repostulación del Presidente Danilo Medina, el diputado oficialista Rubén Maldonado acaba de anunciar otro proyecto de modificación a nuestra Carta Magna.
Antonio María Jiménez.
Según el vocero de la bancada peledeista en la Cámara de Diputados, el nuevo proyecto de modificación es de la autoría del expresidente doctor Leonel Fernàndez y busca en todas sus partes blindarla, para evitar que en el futuro pueda ser modificada fácilmente por cualquier motivo.
Obligaría por ley a los interesados hacer un referéndum con el 60% de los votantes del padrón electoral existente en la Junta Central Electoral y tendría que ser votada por las tres cuartas partes del Congreso, tal y como lo había planteado el doctor Fernàndez previo a la reciente reforma, pero que fue doblegado por el poder económico de los reeleccionistas, con el consabido apoyo del Presidente licenciado Danilo Medina.
El nuevo proyecto de modificación, pueda ser que este lleno de buenas intensiones por parte del ex Presidente Fernàndez, pero nadie puede asegurar que otra vez sea derrotado por los actuales reeleccionistas y el Gobernante, para finalmente ajustarla a su conveniencia más allá de las elecciones nacionales del 2020.
El liderazgo político y social del país tiene que estar al acecho para evitar sorpresas, porque entre reformas y reformas los legisladores peledeistas podrían de manera mañosa colocar por debajo de la mesa algún artículo, que garantice la instauración de un partido único, como así lo logró el general Rafael Leonidas Trujillo Molina en aquella Era de Terror y de tanto oprobio al pueblo dominicano.
Nadie hubiera creído que se confabulara, como lo hizo, para que el tirano cayera, definitivamente y para siempre, bajo su singular copa de hojas puntiagudas.
El día anterior, sin que se esperara tormenta alguna, el cielo se encapotó y cayeron lluvias gruesas que purificaron su tronco, ramas y hojas del polvo sucio que provenía del casco del caballo del arrogante general, que había dado horas de gloria a la patria pero degenerado con el largo uso del poder.
Ya Lilís no era otra cosa más que un dictador sanguinario y desalmado, sumergido en una espantosa corrupción. El mal ejemplo que prodigaba desde las alturas, maleó el espíritu de la nación e hizo rodar la ética social por el piso, abatida, llena de manchas oscuras.
Sus papeletas, emitidas sin respaldo y sin medida, habían llevado a la ruina y sus empréstitos indecorosos comprometido por largos años el crédito y la soberanía.
ESTREMECIMIENTO TORMENTOSO
El día previo al que habría de convertirse en episodio de honra nacional, al dirigirse el ya cansado titán al almacén del viejo Jacobo de Lara, sus botas pisaron las hojas caídas de la hermosa guásuma. Fue en ese momento cuando sintió el estremecimiento tormentoso del árbol, testigo de la conjura desde mucho tiempo atrás, y lo tomó por mal augurio.
Silenciosa, callada, enigmática. Había escuchado a sus pies las quejas de los conjurados; sus lamentos por la triste situación imperante en el país; la amenaza de prisión y tal vez de muerte que flotaba sobre Horacio Vásquez y sus planes de convertir la nación en democrática; el ansia de reivindicación que anidaba en Mon Cáceres Vásquez; el arrebato juvenil de Jacobito de Lara, el adolescente que dibujaba caprichos de héroe; y los sueños por un país mejor y distinto expresados por el nutrido grupo de participantes en el movimiento.
Pero, ¿cómo una guásuma, con vida sí, pero desprovista de inteligencia, podía hacerse parte de la conjura sin que sus integrantes ni siquiera lo sospecharan?
No se supo ni hoy se sabe, pero fue testigo y también actuó.
Al día siguiente al del mal augurio que penetró la costura de la conciencia del general, el tirano recorrió las calles de la en aquel entonces aldea de Moca. Lustró sus botas de cuero. Y se introdujo en su vistoso uniforme que destilaba poder e instintos desbordados.
Su presencia imponía respeto en aquella villa poblada por agricultores, cuyo medio de vida era la tierra negra que fructificaba acorde a sus desvelos.
Era un día espléndido, sin una nube que desfigurase el contorno.
La guásuma lo contempló desde lejos, mientras se acercaba. Movió sus ramas con inusual vigor, como si hubieran sido impulsadas por un resorte, pareciendo decirles a los conjurados ¡ahí viene! Lo vio entrar al almacén, confiado pero aún así inquieto, porque ese maldito árbol le daba mala espina.
Fue entonces cuando, antes de que Lilís se percatara de que Jacobito se encontraba armado en la parte posterior del almacén preparado para dispararle, la guásuma produjo una súbita y breve ventolera, acompañada de un ronquido profundo, que distrajo al tirano.
De pronto surgió el primer fogonazo que le rozó el cuello, y lleno de espanto reculó herido hacia la acera.
Mon lo esperaba. Con objeto de evitar que el monstruo herido lo viera, la guásuma concentró su savia y produjo un aterrador torbellino que expulsó sus hojas y nubló la visión del titán de tantas gloriosas batallas.
Ahí entró Mon en acción y consumó el magnicidio junto a quienes le acompañaban. El tirano atinó a disparar, hiriendo a un pordiosero transeúnte que por allí se encontraba.
El monstruo sanguinario, con la muerte rondándole los entresijos, fue atraído por la guásuma para que muriera bajo sus ramas en el piso acolchado por sus hojas ya desprendidas, porque quería enjugar esa sangre envilecida para que la raíz del despotismo quedara cercenada hasta el final de los tiempos, aunque luego se supo que no pudo lograrlo a plenitud porque esa naturaleza viscosa es huidiza y engañosa.
SIMBOLO DE COMBATE
Desde aquel entonces, la guásuma es símbolo de combate a los tiranos y defensa de la libertad.
En 1929, una resolución del cabildo de Moca, propuesta por el munícipe Elías Jiménez, dispuso que ese árbol, ubicado en el lugar del tiranicidio de Lilís, fuese preservado para que sirviera de ejemplo y disuasivo de futuros dictadores.
La tiranía de Trujillo hizo olvidar aquella guásuma y la democracia que advino perdió la memoria. No se recuerda cuando aquel glorioso árbol se quebró abatido por el cruel olvido en que se le mantuvo.
El Ayuntamiento de Moca acaba de reintegrar un retoño genérico de aquella guásuma al sitio donde contempló el episodio augusto, para que sirva de símbolo de la lucha por la libertad, valor intrínseco a este pueblo, y ayude a conformar la consciencia nacional.