24 de abril de 2015 - 12:03 am -
En aquella contienda contra los invasores el país pudo conocer los verdaderos patriotas. Hubo quienes huyeron a esconderse.
Se cumplen este viernes 50 años del estallido de la revolución constitucionalista de 1965, que buscaba el restablecimiento de la institucionalidad y de la Constitución de 1963, emanada por la Asamblea Nacional bajo el gobierno del profesor Juan Bosch. Un golpe de Estado contra ese legítimo gobierno llevó al país a la inestabilidad y hacia una guerra civil que desperdició la vida de miles de dominicanos y dominicanas.
Ese 24 de abril memorable surgió desde las entrañas mismas de las Fuerzas Armadas y se expandió por todo un pueblo ansioso de libertad y de soberanía. Armas en manos, los dominicanos salieron a poner el pecho frente a un gobierno ilegítimo y dictatorial, además de corrupto e ilegal, que asesinó a cientos de ciudadanos, entre ellos al más honorable y carismático líder de la juventud dominicana de entonces, el doctor Manuel Aurelio Tavarez Justo.
Con el estallido del 24 de abril se inicia una contienda bélica que pide restaurar la democracia, el gobierno legítimo, la constitución y la legalidad. Hubo que pelear en una guerra civil que dejó como enseñanza que cuando un pueblo deseoso de justicia sale a las calles a reclamar lo que le corresponde, no hay ejercito antinacional que lo detenga.
Y cuando los verdaderos nacionalistas dominicanos y dominicanas ganaron la guerra, y derrotaron a los militares partidarios del gobierno ilegitimo, fueron los militares derrotados quienes perdieron todas las perspectivas y firmaron una solicitud de intervención militar de los Estados Unidos en nuestro territorio. Esa es la historia. Fueron los gobiernistas quienes pidieron la intervención, claro que por recomendación de los propios gobernantes norteamericanos, quienes estaban preocupados por los supuestos informes de que los comunistas dominaban el movimiento constitucionalista.
Salvador Jorge Blanco, JOttin Cury, Francisco Alberto Caamaño y Héctor Aristy
En aquella contienda contra los invasores el país pudo conocer los verdaderos patriotas. Hubo quienes huyeron a esconderse. Los hubo que justificaron su asilo en embajadas extranjeras para irse del país y los hubo que se adhirieron a servir a las tropas de ocupación. Hoy aparecen algunos nacionalistas de pacotilla que se pavonean como si defendieran la patria contra el llamado peligro haitiano, pero cuando las tropas norteamericanas nos intervinieron salieron huyendo a esconderse debajo de sus camas.
José Francisco Peña Gómez, el más emblemático líder político dominicano, fue el primero en salir a defender la revuelta de abril y a enfrentar a los invasores. Fue hecho preso por pedir al pueblo salir a las calles a defender la soberanía. Expuso su vida en múltiples ocasiones para restablecer el gobierno de Juan Bosch y trabajó junto a Caamaño, Antonio Guzmán y muchos otros para la desocupación de la República Dominicana.
En la reciente VII Cumbre de las Américas el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el mundo había cambiado y que Estados Unidos había cometido actos impropios en el pasado en sus relaciones con los países de la región. La época en que vivimos es diferente, y por eso Estados Unidos ha comenzado unas negociaciones con Cuba y tiene acuerdos de intercambio comercial con todos los países del continente. Ya los tendrá con Cuba. Intervenciones militares como las sufridas por la República Dominicana no pueden repetirse, y más que ello, los ciudadanos de cada país deben cuidar su soberanía, pero nunca luchando contra peligros inventados, sino estableciendo con claridad los verdaderos peligros contra el proceso democrático y contra el crecimiento económico de nuestras naciones.
Recordemos con reverencia a los héroes de nuestra guerra patria y honremos su memoria actuando con justicia y equidad, en su honor.
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