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Periodismo digital de alto interes
Mediapart, el fenómeno periodístico de Francia que vive de sus lectores
Nuestro desafío consiste en defender la tradición democrática de la prensa. También mantenemos la capacidad de investigar, revelar y ser independientes. En seis años, hemos conseguido estar en el centro de los debates públicos franceses y, además, ser una china en el zapato que molesta a muchos.
PARIS, Francia.-Mediapart es un fenómeno del periodismo en Francia. Fundado hace apenas 6 años, por un grupo de periodistas renunciantes del área de investigación de Le Monde, puso su objetivo en Internet, pero no para regalar las informaciones, sino para establecer un sistema de pago de parte de los lectores que quisieran recibir las investigaciones realizadas por ellos. Sin publicidad.
Mediapart es un caso único en el mundo. Hace apenas dos años tenían suscripciones por encima de 10 mil, pero tan pronto las investigaciones periodísticas tuvieron éxito, el boom no se hizo esperar. En este momento tienen más de 80 mil suscriptores, que pagan alrededor de 12 euros mensuales por tener acceso a este diario, que ha sentado cátedras de buen periodismo.
Edwy Plenel, el director y fundador de Mediapart, lo tiene claro. Su diario es un caso especial, que tiene todas las de ganar y a eso ha apostado, aún en los peores momentos. Ha tenido que acudir a los tribunales. Se ha enfrentado a los líderes políticos más encumbrados, incluyendo al presidente Nicolás Sarkozy, o a una de las familias más poderosas de Francia.
Edwy Plenel lo tiene claro, y está orgulloso del resultado. Marthe Rubió entrevistó al director de Mediapart y esto que sigue fue el resultado.
Entrevista a Edwy Plenel
“Mediapart es el laboratorio de la prensa del siglo XXI”
Marthe Rubió | París | 26/02/2014
Edwy Plenel es el fundador y director deMediapart, el medio francés que reveló los escándalos político-financieros más importantes de los últimos seis años en el Hexágono. El lanzamiento de este periódico digital en marzo de 2008 sorprendió al mundo mediático por ser un modelo único en su género: un sitio web de pago sin publicidad. Seis años después de su nacimiento, Mediapart está extraordinariamente situado en el paisaje mediático francés y Edwy Plenel puede alegrarse de haber ganado la apuesta al fidelizar a más de 80.000 suscriptores.
Mediapart goza de una gran popularidad en Francia gracias al efecto dominó de sus revelaciones periodísticas. El descubrimiento de una cuenta bancaria en Suiza del ex ministro de Presupuesto Jérôme Cahuzac, que provocó su dimisión; o el caso de evasión fiscal de LilianeBettencourt, la segunda fortuna de Francia y sus conexiones con el gobierno del ex presidente Nicolas Sarkozy, son algunas de las investigaciones más importantes.
El encuentro con Edwy Plenel tiene lugar en las oficinas de Mediapart, a dos pasos de la Plaza de la Bastilla, icono de la revolución francesa. Y durante esta entrevista hablamos de otro cambio radical con este defensor de otra revolución, la digital.
¿En qué contexto se produce el nacimiento de Mediapart?
Nació en un contexto de crisis. La crisis de la profesión periodística, de la industria digital y la crisis de la democracia, como se demostró durante la presidencia de Nicolas Sarkozy.
¿Cuál era el proyecto de partida?
Creamos Mediapart como un laboratorio para demostrar lo que podría ser la nueva prensa del siglo XXI: digital, independiente, participativa y con la fidelidad del lector. Ese es el modelo económico pionero de Mediapart, que en la actualidad sólo vive de la suscripción de sus lectores.
Nuestro desafío consiste en defender la tradición democrática de la prensa. También mantenemos la capacidad de investigar, revelar y ser independientes. En seis años, hemos conseguido estar en el centro de los debates públicos franceses y, además, ser una china en el zapato que molesta a muchos.
¿De qué forma se produjo el lanzamiento del sitio?
Lanzamos un sitio web gratuito de presentación el 2 de noviembre de 2007 para mostrar el tipo de periodismo que íbamos a hacer. Con ella conseguimos 3.000 suscriptores antes del lanzamiento del periódico online en su forma de pago, el 15 de marzo de 2008. Pero la publicación digital no es un “muro de pago”, puesto que la premisa deMediapart es que cada suscriptor pueda compartir su contraseña y sus datos de identificación con otros. Sabemos que detrás de cada suscriptor hay varios lectores. Un suscriptor puede ofrecer nuestras informaciones a sus amigos y eso les anima a venir a Mediapart.
Nos hemos construido a medida que crecíamos porque somos pioneros de esto modelo comercial y de marketing. Éramos los únicos en el mundo en escoger esta fórmula, pero en seguida comprobamos que funcionaba: cada día, teníamos nuevos suscriptores. Perseveramos y hoy ya tenemos 84.000 abonados.
¿Cómo han conseguido financiar el periódico?
Teníamos nuestro propio capital. La apuesta era conseguir suficiente dinero para mantenernos durante tres años y tener, al mismo tiempo, un equipo de periodistas de nivel. Pusimos en marcha Mediapart con 27 trabajadores, 25 de ellos periodistas. Me comprometí con ellos a pagarles aceptablemente durante tres años.
Hasta nuestra última recapitalización, que fue en el verano de 2009, habíamos recaudado 5,7 millones de euros. Alcanzamos el punto de equilibrio en 2010. Durante esos años observamos que la curva de las nuevas suscripciones había ido creciendo de manera constante. Después, se incrementó el número con casos como el de Bettencourt y el de Cahuzac.
Mediapart se ha convertido en una verdadera marca en Francia y especialmente gracias a la promoción que han hecho de sus trabajos de investigación en los platós de televisión. ¿Cómo manejan su comunicación?
Siempre he sido un buen vendedor. Fui yo quien propuso esa idea del logotipo deMediapart. Cogí una antigua litografía del siglo XIX de un vendedor de periódicos callejero y me dije: «Eso es lo que nos hace falta». Siempre defendí esto. Cuando trabajaba enLe Monde [Entre 1996 y 2004 fue director de la redacción de ese periódico], también defendía la idea de que teníamos que pelearnos por nuestras informaciones para que fueran conocidas, sabidas, hacer ruido. Pienso que no existe otra receta. Los que creen que se construye una prensa con regalos… Eso es otra cosa.
Nosotros hacemos periodismo. Nuestra promoción es vendernos. No tenemos miedo a hacer mucho ruido en defensa de nuestras investigaciones. Le damos un carácter personal a nuestro trabajo. Además, sé que un periódico nuevo, totalmente independiente, no se impone sin hacer nada. El trabajo en un periódico tiene que ser encarnado, tiene que ser llevado donde sea necesario y tiene que ser defendido.
Venía de la prensa escrita, pero cuando creó Mediapart fue un portal web y no una edición en papel. Argumentó que los beneficios económicos llegarían con la eliminación de los costes de producción y distribución. ¿Cuál es ahora su punto de vista sobre internet?
Creo que Mediapart ha demostrado que creemos que el periodismo digital es un periodismo más profundo, más documentado, más justificado.
Un periodismo que permanece accesible en la Red y lo hace, por tanto, más fiable en el tiempo que el periodismo impreso, el cual se ve limitado por el tipo de soporte.
Antes solía decir que la web era la tercera revolución industrial. Hoy pienso que es una batalla mucho más importante. Quizá es incluso una revolución que tiene la misma importancia que la revolución editorial provocada por la invención de la imprenta en el siglo XV. O sea, una revolución que modifica las condiciones de producción y de distribución de los conocimientos.
¿En algún momento tuvo miedo al fracaso?
Le voy a contar una anécdota. Cuando el camino se nos hacía un poco largo y todavía no se veía el umbral de rentabilidad, irónicamente comparé nuestra aventura con el viaje de Cristóbal Colón a América. Cuando los equipos se impacientaban, tenía la impresión de ver y oír lo que los marineros le decían a Colón: «¿Dónde está tu tierra prometida, tu tierra desconocida?». Decidimos iniciar la aventura por intuición. No teníamos ni idea de cuánto tiempo duraría la travesía, pero dimos ese salto. Pienso que en este sentido fuimos pioneros.
En su opinión, ¿cómo se debe ejercer la investigación periodística?
Hay un periodismo de investigación que es un periodismo de holgazanes: el periodismo de atestados. Van a buscar cosas que están en un dossier judicial, pero en el fondo se convierten en los aliados, los portavoces de una de las partes. Eso es fácil. Todo el mundo lo hace. No es una verdadera investigación. La investigación consiste en que el periodista tenga iniciativa propia. Por ejemplo, que se publique una información que ni siquiera ha llegado al conocimiento del gabinete de un ministerio. Y es lo que hacemos en Mediapart. Es lo que hicimos con Bettencourt, es lo que hicimos con el caso Gadafi-Sarkozy y es lo que hicimos con Cahuzac. Esa es la marca de Mediapart.
¿Hay diferencias en las técnicas de investigación entre el papel e internet?
Tenemos los mismos valores: no se graba a nadie a sus espaldas, no se le espía, no se compra información. Lo que ha cambiado es la prueba. Por eso tenemos importantes batallas jurídicas. En internet se puede publicar un documento sonoro, una imagen, un vídeo. Dispusimos de esa fuerza ilustrada de manera magistral durante los casos Bettencourt y Cahuzac.
Todos los grandes asuntos de Mediapart se refieren a políticos, ¿por qué no investigar otros sectores?
Y bien que lo siento. Hay asuntos en los que no nos hemos empleado suficientemente [Plenel se defiende del comentario de MasInvestigacion y señala tres investigaciones sin carga política: la primera sobre las cuentas irregulares de “Sciences Po” (una universidad francesa muy prestigiosa y selectiva); la segunda está relacionada con la discriminaciónracial en el fútbol; y la tercera tiene relación con un escándalo que se produjo en la sanidad pública.
Cuando lanzamos Mediapart, dije: «Hay que seguir la pista del dinero». Con los políticos, ya lo hemos hecho a izquierdas y a derechas. En el fondo, eso no cambia las líneas porque el verdadero corazón del poder es el dinero. El dinero está en el fútbol, en la sanidad... Creo que muchas preguntas se relacionan con esto, con una sociedad donde el dinero, con su capacidad de corrupción y sus conflictos de intereses, está a punto de explotar y eso pesa mucho en la sociedad.
¿El éxito de Mediapart ha influido en otros periódicos y los ha obligado a apostar más por la investigación?
Sí, ha despertado a los otros medios. Quisieron, incluso, contratar a nuestra gente. Le Mondefichó a un periodista de investigación que desde el principio había trabajado para Mediapart e intentaron convencer a otros para que se fueran con ellos. Despertamos la competencia. Me parece muy bien. Me gustaría que eso se acompañara de cierta confraternidad y solidaridad. Pero no lo percibo. A menudo estamos solos y sufrimos el desdén de ese periodismo impreso que está celoso de nuestro dinamismo. Hay mucha más curiosidad y generosidad por parte de los medios extranjeros hacia lo que representa Mediapart, su modelo, que por parte de los medios franceses.
Los tres casos que han hecho grande a Mediapart
Bettencourt: 25 000 nuevos suscriptores
El 16 de junio de 2010 Mediapart consiguió una información importante: unas grabaciones de Liliane Bettencourt, heredera de la multinacional L’Oréal. En ellas se hablaba de las cuentas secretas que la octogenaria tenía en bancos suizos.Después, las investigaciones periodísticas demostraron que Bettencourt había colaborado económicamente con la campaña electoral de Nicolas Sarkozy. El caso sigue abierto judicialmente.
Con esa exclusiva periodística Mediapart consiguió duplicar sus suscriptores en menos de cinco meses y pasó de 25.000 en junio de 2010 a 50.000 en diciembre.
Tres años después de esa información, el Tribunal de Apelación de Versailles condenó aMediapart por vulnerar el derecho a la “protección de la intimidad” de Liliane Bettencourt. El portal web tuvo que retirar todas las grabaciones. La reacción del resto de medios franceses en apoyo de Mediapart no se hizo esperar. Gran parte de ellos colgaron las grabaciones de Bettencourt en sus respectivas ediciones digitales.
Gadafi-Sarkozy: una bomba en plena campaña electoral
Mediapart publicó el 28 de abril de 2012, en plena campaña electoral, una nota de los servicios secretos libios donde se reflejaba que Muamar el Gadafi había autorizado el pago de 50 millones de euros para financiar la candidatura de Nicolas Sarkozy en las elecciones de 2007.
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