Editorial del periodico El Heraldo de Ecuador |
EDITORIAL
Como en todos los tiempos, en la actualidad existen varias naciones gobernadas por autócratas de todos los colores y por implacables dictadores, que imponen sus caprichos con acciones violentas y sangrientas y hasta tienen la audacia de invocar a la democracia y a principios doctrinarios como fundamento de sus actitudes despóticas, a pesar de que pisotean los más elementales derechos de sus pueblos a la libertad, al desarrollo, a la salud, a la educación y al buen vivir. En Ucrania y en Siria los resultados de estos regímenes dictatoriales no pueden ser más negativos, a tal punto que las grandes democracias se encuentran seriamente preocupadas y tratan de encontrar salidas a estas encrucijadas en forma pacífica, aunque se enfrentan a la dictadura rusa que, parece, tiene la pretensión de retornar a la nefasta guerra fría del siglo pasado. En Latinoamérica -por desgracia para esta importante porción del mundo- desde más de cincuenta años, Cuba de propiedad de los hermanos Castro soporta una despiadada dictadura comunista que ha sumido en la miseria más grande a su pueblo, con la negación de todos los derechos humanos que para sobrevivir alquila médicos a los países amigos y protectores. Y qué decir de Venezuela -el país hermano al que apreciamos y respetamos- que ha caído su pueblo en la desesperación y la angustia ante la realidad que vive todos los días por la acción nefasta del chavismo que pretende perpetuarse en el poder. Todas las libertades han desaparecido y su sobrevivencia se estrella ante la carencia de lo más indispensable para vivir y la inflación más alta del mundo. Frente a esta dura realidad de los dos pueblos, lamentablemente, los gobernantes vecinos no dan una respuesta firme para condenar los abusos impuestos por la fuerza, por “respeto a la soberanía” de cada pueblo, cuando ésta resulta una ficción. |
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