:Katherine Reyes
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Santo Domingo.- Ojo de agua en el municipio Salcedo vio nacer a tres heroína de la República Dominicana. Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes, fueron mujeres que entregaron sus vidas para liberar a la República Dominicana del yugo de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina
Cada 25 de noviembre, República Dominicana la recuerda con desconsuelo y nostalgia, pero a la vez remembra la valentía y arrojo de estas tres mariposas que volaron alto.
Las maltrataron, las torturaron y les quitaron lo más preciado del ser humano, la vida, todo esto para prohibirle que lucharan por un pueblo que estaba subyugado por la dictadura que duró desde 1930 hasta 1961.
Las hermanas Mirabal estaban conscientes del peligro a que se exponían, pero nunca desmayaron en su lucha por terminar con la dictadura. Después de varios encarcelamientos, Trujillo decidió asesinar a las hermanas.
El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa fueron juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, “por atentar contra la seguridad del estado dominicano”. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión.
No obstante, el nueve de agosto fueron puestas en libertad. Sus maridos, sin embargo, continuaron en prisión. Estas disposiciones de Trujillo tenían un propósito.
Las mariposas
Las hermanas Mirabal formaron parte de un grupo de oposición al régimen, conocido como la agrupación política 14 de junio. Dentro de este grupo ellas eran conocidas como “Las Mariposas”, porque ese era el seudónimo con que se identificaba Minerva en la clandestinidad.
No bien habían pasado unas dos semanas de ser liberadas, y ya existían informes sobre reuniones secretas contra Trujillo encabezadas de nuevo por las Hermanas Mirabal.
Fue el 25 de noviembre, poco después de las cuatro de la tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz regresaban de Puerto Plata de ver a sus esposo en la cárcel San Felipe de Puerto Plata.
A menos de dos kilómetros de aquella ciudad había un carro detenido con aparentes pasajeros afuera, el jeep donde venían las hermanas fue asaltado; las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e introducidas al vehículo de los calieses.
“Díganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los caliés van a matarnos”, gritó Patria, quien logró salir huyendo en dirección a un camión del Seguro Social que pasaba por allí, pero fue alcanzada y arrastrada por los cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas.
Los calieses habían ahorcado a Rufino de la Cruz, el chofer de las hermanas . Posteriormente procedieron a exterminar a las mariposas.
El teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecución de las Mirabal, quienes fueron asesinadas a palos y puñaladas.
Las mariposas quizás fueron quebrantadas, apaleadas y violadas, pero jamás serán olvidadas por cada uno de los dominicanos que hoy recuerdan con nostalgia el triste final de tres grandes mariposas que volaron al infinito.
*Este artículo se publicó originalmente en este diario el 25 de noviembre de 2015.
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