Por: Fernando Morales
Una curiosa visita "social" a la más larga dictadura latinoamericana es una buena ocasión para repasar algunos "desagravios" y "honores" que ritman nuestra historia y siembran confusión en política internacional
Qué buen título el de la "Libertad" llegando a Cuba si fuese un preanuncio del fin de la más terrible y larga dictadura del continente americano, padecida por un pueblo resignado, desde hace más de medio siglo.
Pero no, de lo que se trata es del arribo este 1º de julio de la Fragata ARA Libertad a la isla caribeña, por segunda vez en su historia y luego de 41 años de haber tocado La Habana por primera vez.
Una bonita historia
"Con las manos temblorosas pero sin perder la postura firme, Bernardo Agüero, ex marinero de la Armada Argentina, caminó apoyado en su esposa hasta el centro de la plaza Almirante Brown. Allí lo esperaba el delegado naval en la Provincia de San Juan, para entregarle una medalla que lo distingue por su participación a bordo del destructor ARA Espora, en el bloqueo naval a Cuba realizado en 1962". Este reconocimiento se da en el marco del 197° aniversario del combate de Montevideo, tradicionalmente reconocido como "Día de la Armada".
Así reseñaba el 18 de mayo de 2011 el Diario de Cuyo el reconocimiento que el Estado Argentino realizara por intermedio de la Marina de Guerra ya por entonces comandada por la actual Presidente, a un ex integrante de la fuerza de tareas naval, la primera en toda América Latina en desplegar naves al Caribe en apoyo al bloqueo naval dispuesto por el gobierno de EEUU y conocido internacionalmente como la Crisis de los Misiles. La misión de nuestras tropas, de acuerdo a lo ordenado por el entonces presidente José María Guido, era el de interceptar a los buques que pretendieran abastecer a la isla (en especial los soviéticos) y en caso de detectarse la presencia de equipamiento militar, poner a la nave y a su tripulación en forma inmediata a disposición de las autoridades militares de los EEUU. Para tal fin se destacaron al teatro de operaciones caribeño los destructores Rosales y Espora, que fueron puestos al mando del contraalmirante estadounidense John A. Tyree.
Bueno es recordar que José María Guido asume la Presidencia de la Nación luego del derrocamiento militar del presidente Arturo Frondizi. Guido era en ese momento titular del Senado. No habiendo vicepresidente, y a efectos de evitar que un general se apoderara del poder, fue puesto en funciones en forma apresurada, de tal modo que cuando el general Raúl Poggi llega a la Casa de Gobierno para asumir el poder, se encuentra el sillón de Rivadavia ocupado por Guido quien termina negociando con los militares mantener el poder a cambio de anular las elecciones que habían arrojado un triunfo rotundo del justicialismo.
El "desagravio"
Once años después, el presidente Héctor Cámpora, ordena a la Armada Argentina incluir en el itinerario del buque escuela a Cuba, a modo de "desagravio". El odontólogo no podría cumplir con su intención de asistir a la zarpada del buque, ya que fue "invitado" a renunciar antes de la partida; siendo reemplazado en el acto por el presidente interino Raúl Lastiri el 24 de julio de 1973 (Lastiri, aquel que fue acusado de corrupto por tener en su guardarropas muchos trajes y corbatas; bastante menos que una fábrica de hacer billetes, pero escandaloso para la época.) Él despidió en el apostadero naval a la promoción 102 de la Escuela Naval Militar. La "Libertad" zarpó al mando del Capitán de Navío Raúl Suárez del Cerro.
Luego la historia política de Argentina haría imposible concebir que un buque militar volviera a surcar aguas comunistas latinoamericanas en visita social. Tampoco la Fragata había ido anteriormente, a pesar de alguna confusión temporal del actual ministro de defensa, Agustín Rossi, quien ha declarado, en presencia del embajador cubano en Buenos Aires, que la última visita del buque escuela a la isla data de 1967, confundiendo al gobierno de Cámpora con el de Onganía ydemostrando una vez más que todo lo ocurrido antes del "nacimiento de la Patria" el 25 de mayo de 2003 no merece el menor rigor histórico ni documental.
Midiendo con distinta vara
Llegamos así a este 1º de julio de 2014, día en el que, además de recordar el fallecimiento del general Juan Domingo Perón (el que echó a los Montoneros de la plaza) será el que marque elcurioso reingreso del buque escuela de una nación democrática a un puerto de un país gobernado por una tiranía. Estarán esperándola no solo las autoridades locales, sino además el propio Agustín Rossi junto al jefe de la Armada Argentina. El ministro le ha tomado mucho cariño a la "Libertad" ya que no ha perdido ocasión durante el actual viaje para ir a recibirla. Cuestiones de agenda no harán posible que el procesado vicepresidente Amado Boudou, que se encontraba en Cuba abordase la nave, ya que debía concurrir al recambio presidencial en Panamá, algo que ha de generar cierto alivio a ambos lados de la planchada del buque; pues una cosa es esquivar la situación procesal del vicepresidente ante la inexistente prensa libre cubana y otra muy distinta es mirar a los ojos a los marinos argentinos y estrecharles la mano como si no pasara nada.
Se preguntarán los lectores por qué los estoy entreteniendo con esta reseña de historia naval contemporánea; para responder a esto me resulta insoslayable la referencia a una columna de opinión en este mismo diario, en la que hacía referencia al rumbo, al norte y a la importancia de no perderlo...
No nos debería llamar para nada la atención al repasar esta página de la historia nacional, constatar el extremo pendular de la patria en materia de relaciones exteriores que hizo que en 1962 bloqueáramos a Cuba y pocos años después (en 1973) le pidiéramos disculpas y reabriéramos el comercio bilateral. Un poco más llamativo es que la actual administración hubiera permitido a la Armada condecorar a un miembro de aquel bloqueo; máxime considerando que el modelo no es para nada proclive a reconocer actos meritorios que no sean los relacionados al relato nacional y popular.
Itinerario antiembargo
Así las cosas, las estrechas relaciones con el gobierno venezolano han hecho que este país sea uno de los elegidos para hacer escala en el periplo de nuestro barco escuela; nos puede gustar más o menos, pero no podemos negarle al pintoresco mandatario bolivariano que ve a su líder fallecido en cuanto pajarraco revolotea en su balcón que, al menos en las formas, su mandato se basa en un triunfo (ajustadísimo) en las urnas.
Pero Cuba es otra cosa. No me refiero obviamente al pueblo cubano, digno de todo nuestro cariño, comprensión y hasta compasión; pero pasada largamente ya más de una década del siglo XXI, sigue integrando un tristemente célebre puñado de países que no considera a la democracia como un camino válido, consagrando un sistema de gobierno que poco tiene que ver con lo que pregonan nuestros dirigentes cuando se llenan la boca hablando de más y mejor democracia; participación ciudadana, primarias abiertas, democratización de la justicia, de los claustros universitarios, de los medios de difusión, de las fuerzas armadas y de seguridad. Un modelo que se ocupó incluso de terminar con el secuestro sistemático de los goles en el futbol, dándonos goles para todos y todas. Considerando que el viaje de la "Libertad" es un viaje de formación para nuestros futuros oficiales navales, éstos tal vez reciban un mensaje confuso al ver a su llegada a La Habana a uniformados en el poder que no respetan la libertad de quienes piensan distinto y descubran que el futuro más promisorio que le cabe a un opositor es la cárcel cuando no la muerte. Podrían incluso llegar a la peculiar comparación de esos uniformados dictadores con personas que durmieron años atrás en las mismas literas que ellos ocupan ahora y a las que su propia Comandante en Jefe empujó a la cárcel por haber violado la sagrada democracia.Menudo problema tendría el ministro viajero si algún cadete en su tierna inocencia le preguntara cuál es la diferencia entre estos dictadores cubanos y los nuestros.
La ilegal e injusta retención de la Fragata Libertad dejó secuelas. 2013 fue un año sabático en su actividad ya que si bien el relato oficial habló de preparativos para el gran viaje de 2014, todos supimos entender que el trauma post embargo demandaba pensar bien qué hacer para evitar otro susto. La alternativa latinoamericana en dos etapas, para que dos promociones de estudiantes cumplieran con el último escalón de su formación, fue una solución aceptable profesionalmente hablando. Los buitres parecen no tentar suerte en los países de habla hispana. Pero volviendo al ya expresado concepto de un "norte único" en la brújula de la política, sería muy útil pedir a nuestro gobierno que nos ilustre claramente sobre los motivos por los cuales lo que es tan repudiable en este frío y lejano Río de la Plata, es tan bonito, pintoresco y digno de admiración cuando ocurre en el mar Caribe. Debería el ministro de defensa ordenar a los cadetes y tripulantes del buque escuela que, si toman contacto con el pueblo cubano, eviten decir el nombre del buque que los llevó a esas costas; no vaya a ser cosa que por pronunciar en voz alta la palabra "Libertad" les pase lo mismo que en Ghana pero tal vez con un final no tan feliz.
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