Dice el escritor dominicano José C Novas que la llegada de las tropas norteamericana al país en 1916 produjo un cambio en el panorama social, político, económico y cultural del pueblo dominicano y además encausó la sociedad por un rumbo distinto.
Por lo tanto, analizar el ínterin de nuestra historia entre la caída de Horacio Vásquez y el ascenso de Rafael Leónidas Trujillo al poder, no se puede desarrollar al margen de la ocupación del país por tropas norteamericana en el periodo de 1916 a 1924.
Lo sucedido en Republica Dominicana tiene su origen o motivaciones en el plan de imposición económica de los Estados Unidos y sus instituciones financieras a las naciones de la región. Con igual propósito ocuparon la isla de Cuba e intervinieron Colombia.
De igual manera, todo gobernante que se oponía a las pretensiones expansionista de los Estados Unidos, era sacado o se le impedía alcanzar el poder. Es el caso en nuestro país del general Alejandro Woss y Gil en 1903. Otros gobernantes en la región corrieron la misma suerte
ALEGATOS Y PRETEXTOS
Es real que en la república las luchas intestinas y los levantamientos armados están a la orden del día, el caos se percibe en el ambiente. La inestabilidad social y política dominan el panorama nacional. Sin embargo, ello no justifica la intervención.
A esta situación se le agrega las presiones de la Legación de Estados Unidos en el país exigiéndole al presidente Juan Isidro Jimenes la destitución de su ministro de guerra, Desiderio Arias, y los principales integrantes de la Guardia Republicana. Igualmente, comandantes regionales y gobernadores que no eran del agrado de las autoridades norteamericanos.
Las exigencias alcanzaron extremo inaceptable, como la que solicitaba disolución del ejército dominicano para restablecerlo con otro organizado por oficiales de la marina norteamericana.
En el orden financiero le exigía al presidente Juan Isidro Jimenes que designara en la dirección de recaudación de impuesto un funcionario norteamericano escogido por las autoridades de Washington y solventar los compromisos y acuerdos prestatarios contraídos por el Estado dominicano con la banca de los Estados Unidos llámese Wall Street
Todas estas intimaciones colocaron al jefe del Estado en una disyuntiva: o te convierte en un presidente títere o renuncias.
Lo último fue lo que sucedió. Pero para suceder eso había que rumorar una farsa para desestabilizar la nación, que se oponía a las exigencias del departamento de Estado. Y esa farsa era que el presidente actuaría conforme a las presiones de la Legación, cosa que nunca sucedió.
En consecuencia, el ministro de guerra, Desiderio Arias, imbuido por el runrún se amotina en la Fortaleza Ozama, desencadenando conjuntamente con las presiones de las autoridades norteamericana la renuncia forzada de Juan Isidro Jimenes el 7 de mayo de 1916, fecha en la que el país pasó a ser ocupado por tropas estadounidense. La proclama se efectúa el 29 de noviembre de ese año.
Ahora, ¿Creen ustedes que fue el enfrentamiento entre Desiderio Arias y Juan Isidro Jimenes el acontecimiento de la época causa de la intervención norteamericana de 1916?
No. Como lo expresamos en líneas anteriores, era la necesidad expansionista del imperio en desarrollo, de control económico, adquirir tierras, materias primas y mercados.
En ese contexto estaban diseñadas las decisiones políticas, económicas y sociales. Medidas estas que no tendrían sentidos sin la estructuración de una fuerza militar capaz de garantizar lo establecido después de la ocupación y para tal efecto fue conformada la Guardia Nacional Dominicana
ASCENSOS Y ELECCIONES.
A propósito de la creación de la Guardia Nacional Dominicana, que posteriormente se llamaría Ejercito Nacional, es curioso el ingreso y el ascenso vertiginoso de este personaje en la única fuerza militar organizada del país.
Rafael Leónidas Trujillo, de pesador de caña y guarda campestre. ingresa a la Guardia Nacional Dominicana el 18 de diciembre de 1918, poco tiempo después, el 11 de enero de 1919 ingresa a la escuela de oficiales, como cadete.
En su ascendente carrera militar, con rango de capitán ocupó funciones de mando en diferentes regiones del país. En octubre de 1922 era comandante de la sexta compañía de la Policía Nacional Dominicana (primer nombre del Ejercito Nacional)
De igual manera desempeño el cargo de inspector de distritos militares.
Se percibe que las fuerzas de ocupación están presentado a los estamentos militares y a las regiones del país el próximo hombre fuerte del Ejercito Nacional y próximo presidente de la república.
Antes había que dar la impresión de un Estado funcional y democrático, al efecto se realizaron las primeras elecciones organizadas por las fuerzas interventoras 1916-1924. El 15 de marzo de 1924 resultó electo presidente de la república el general Horacio Vásquez, presidente del partido horacista o rabú al cual pertenecía la familia Trujillo. Tomaría posesión del cargo el 12 de julio del mismo año.
En el ejercicio presidencial de Horacio Vásquez (obediente a las autoridades norteamericana) se le conceden a Rafael L. Trujillo ascensos de las más altas categoría militar. En diciembre de 1924 fue ascendido a teniente coronel, jefe de Estado Mayor comandante auxiliar de la Policía Nacional Dominicana, en junio de 1925 paso a ser comandante de ese cuerpo y el 13 de agosto de 1927 paso a ser general de brigada.
En medio de la galopante carrera militar de Rafael L. Trujillo, la Policía Nacional Dominicana por ley fue transformada en el Ejercito Nacional.
Ejército que sería el aparato represivo del Estado intervenido, necesario para la estabilización político-social del país y de esta manera cimentar la base para el desarrollo del capitalismo en la República Dominicana.
DOS FALSAS
En todo este devenir de esta parte interesante de la historia
dominicana, algunos sectores interesados atribuyen al intento reeleccionista de Horacio Vásquez, el ascenso de Rafael Leónidas Trujillo al poder en la República Dominicana.
Una gran fabula. El presidente Vásquez, como habíamos expresado, asume el solio presidencial producto de elecciones celebradas en el país y cuando extiende su periodo presidencial lo hace en virtud de una reforma constitucional y, la pretendida reelección estaba dentro del marco de la constitucionalidad.
Si había una conspiración del jefe del ejército, Rafael L. Trujillo, para plasmar el plan elaborado por la intervención desde el mismo momento que comenzó la construcción del Ejercito Nacional.
Se aprovecha circunstancialmente el viaje por motivos de salud del presidente de la república el 28 de octubre de 1929 a Baltimore, para activar la fase final plan, con la conspiración, en la cual participa enrolado por Trujillo, Rafael Estrella Ureña, a este se le había asignado una posición militar en el Cibao.
Es importante destacar que la Legación y el departamento de Estados de los Estados Unidos estaban informados en detalles de los sucesos cruciales que estaban en desarrollo en la Republica Dominicana.
Al regreso del presidente desde los Estados Unidos, la conspiración había alcanzado niveles insostenibles, al extremo que el presidente Horacio Vásquez en un momento le expreso al jefe del ejército: “general deseo saber si soy el presidente de la república o su prisionero.” Trujillo le juraba lealtad, porque ni él ni otro aspirante presidencial tenían argumentos justificados para desplazarlo del gobierno o impedirle optar por otro periodo presidencial.
El hecho de que el presidente de la república se exprese en esos términos a su subalterno nos dan una idea del poder acumulado por el jefe militar.
Poder que era real, demostrado por los hechos, cuando con un contingente militar en marcha desde Santiago dirigido por el coronel Simón Díaz, detrás del cual, en la oscuridad, estaba Trujillo. Tropas que arribaron a la capital el 23 de febrero de 1930 desencadenando los acontecimientos que dieron fin con el Gobierno legalmente constituido de Horacio Vásquez.
Abandonado por las fuerzas militares de la capital el presidente Vásquez por segunda y última vez se asila en la Legación norteamericana (embajada). El 26 de febrero la columna del ejército de Trujillo toma la capital. Inmediatamente se inician las negociaciones para que el jefe de los rabuses entregue el gobierno.
El 2 de marzo de ese año el congreso aceptó la renuncia de Vásquez y su vicepresidente el Dr. José Dolores Alfonsesca, pasando Rafael Estrella Ureña, socio del plan conspirador, a ocupar la presidencia de la república, quien facilitaría el ascenso del jefe del ejército al poder.
Dos meses y medio después se organizan nuevas elecciones, una de las mas represivas, terroríficas y sangrienta que recuerde el país, de las cuales resulto electo presidente de la república Rafael Leónidas Trujillo, asumiendo la jefatura del Estado el 16 de agosto de 1930.
Así que, eliminen pues, ese pesado fardo histórico que cabalga por mucho tiempo en hombros de Horacio Vásquez de haber sido el culpa del ascenso de Rafael L. Trujillo al poder del Estado. En realidad fue obra de las tropas norteamericana en la ocupación del país en el periodo 1916-1924 y de los que se plegaron a ellos.
JPM
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