Editorial Diario libre
Felipe González asumirá la defensa de dos opositores encarcelados por Nicolás Maduro. Faltaba un apoyo de este renombre a la oposición venezolana, porque la condena internacional al autoritarismo chavista y al recorte de las libertades en Venezuela ha sido tímida y lenta.
Venezuela está sumida en una crisis que ha pasado de ser económica a ser de legitimidad por el recorte en las libertades que sufren los opositores. Y los periodistas. Y los estudiantes. Y los empresarios...
La pobreza crece. De acuerdo con Maduro la culpa es del capitalismo y de acuerdo con todos los demás analistas, la culpa es de la irracional política económica de Maduro. La CEPAL consigna que en Venezuela el índice de pobreza ha pasado de 25.% a 32.1% entre 2012 y 2013. La inflación ya es la más alta del mundo: 64%, según cifras oficiales.
Seguir las declaraciones públicas del heredero de Chávez es asistir a la puesta en escena de un clásico. Todos los dictadores buscan fantasmas, un enemigo común que aglutine el sentimiento patriótico en torno a su figura. Si para los Castro la excusa perfecta fue el embargo, para Maduro ahora es “la amenaza” de Estados Unidos.
Los regímenes personalistas destruyen las instituciones para lograr sus objetivos. Y no se heredan. Desaparece el líder y queda un entramado de complicidades que a la sombra de un nombre tratan de mantener su poder. Imposible una vez más. Para recuperarse, Venezuela necesita recuperar la democracia.
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