Editorial diario liibre
"No roba para él, roba para el pueblo". Así hablaba para acento.com.do un sanjuanero defensor de Félix Bautista. Nadie puede explicar mejor y más concisamente la esencia del clientelismo como fachada de la corrupción.
La ironía es que Félix Bautista no tendrá ya el mejor escenario para convencer de su inocencia. Sus defensores, desde el vecino de San Juan que así hablaba, hasta sus compañeros de partido que empujan el silencio para que no se embarre a nadie más, le privan de demostrar que sí, que uno "puede" hacerse multimillonario en ocho años a base de "talento para los negocios".
El clientelismo, ese cáncer que los políticos alimentan únicamente porque les beneficia, ha terminado por moldear la relación de los ciudadanos con el Estado. El clientelismo envenena los derechos privados y sociales. Corrompe el tejido social, el empresarial. La justicia, la libertad. Genera impunidad.
La impunidad de los políticos, y no sólo a Félix Bautista es lo que se estaba tratando de llevar a juicio. No será posible esta vez tampoco. El mundo es otro, pero los políticos se aferran a las formas de usar el poder del pasado. Pero su acumulación económica es ahora medible, no sólo en términos de la fortuna que exhiben, sino también en el retraso que para el resto de la sociedad implica la corrupción.
Que el PLD no asuma la responsabilidad histórica de terminar con la impunidad, de defender la institucionalidad, es algo que pagarán nuestros nietos... y los suyos.
IAizpun@diariolibre.com
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