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viernes, 17 de enero de 2014

A Johnny lo mataron por deslenguado


Tony Raful
Es falsa la idea de que Johnny Abbes García fuera víctima de la purga de militares haitianos ordenada por el dictador FranÁois Duvalier, al descubrirse una trama golpista dirigida por el esposo de su hija, el coronel Max Dominique. Se pretendió asimilar su muerte en Haití a la persecución y fusilamiento de más de dos docenas de militares, involucrados en acciones subversivas o desacato a las orientaciones trazadas por Duvalier. Esa purga se inició el día 7 de junio de 1967 y Johnny Abbes fue asesinado mucho antes, la noche del 30 de mayo de ese año.
La hora y el día escogido para su muerte probablemente no fue coincidencia y tiene mucho que ver con la conexión dominicana participante en su muerte. El coronel Dominique fue extrañado en un cargo diplomático en Francia a fines del mes de junio junto a su esposa que era la hija del dictador. Abbes García llegó a Haití el día 4 de mayo de 1966 con documentación no legal, y según revela el historiador Orlando Inoa, en su introducción a la publicación de las “memorias” de Abbes, citando documentos consignados en una investigación histórica sobre la política exterior dominicana, de la historiadora Mu Kien Adriana Sang, un informe confidencial enviado por el embajador dominicano en Puerto Príncipe de fecha 10 de noviembre de 1966, dirigido al Canciller dominicano, decía refiriéndose a Abbes, que: “se ha operado un cambio en la forma de vida que acostumbraba a llevar en esta capital, antes evasivo, escurridizo y moviéndose casi a escondidas, ahora ostensible, desafiante frente a los dominicanos que visitan esta capital, principalmente con los funcionarios de esta Embajada a quienes ya no oculta su antipatía”.
El día 11 de noviembre de 1966, la Secretaria de Relaciones Exteriores le envió un memorándum al presidente Balaguer, haciendo acopio de varias informaciones sobre Abbes, donde dice, según la valiosa presentación de Inoa en la “memorias”. que “Abbes ha expresado el propósito de cometer un acto criminal contra Balaguer”. El Canciller dominicano agrega en su informe al presidente Balaguer que “es extraño que el excelentísimo señor Francois Duvalier, presidente de la Republica de Haití, habiendo manifestado sentimientos de amistad a vuestra Excelencia, permita en su país un personaje de tan siniestro historial”.
El Canciller sugiere al presidente Balaguer de manera indirecta que pida a Duvalier la expulsión de Haití de Abbes García, por su actitud desafiante y conspirativa contra el presidente Balaguer. El cónsul general dominicano en Haití, Carlos García Mendieta, en comunicación al presidente Balaguer el día 18 de noviembre de 1966, revela que Abbes lo estaba provocando, y según Inoa, dio además detalles de sus actividades en Haití. A fines del año 1966, el presidente Balaguer estaba debidamente enterado por vía oficial a través de la Cancillería de las actividades de Abbes y de sus habladurías.
Lo que no revela el cónsul Mendieta es que Abbes le había solicitado la entrega de pasaporte dominicano para regularizar su documentación, y que por órdenes del presidente Balaguer, quien fue debidamente consultado, se le negó su petición, lo que enfureció a Abbes y virtualmente lo desquició en sus actitudes provocadoras y en sus diatribas contra Balaguer.
Balaguer se convirtió en una obsesión para Abbes García, quien le atribuía haber sido desleal y simulador durante la Era de Trujillo. Muchos dominicanos que visitaron Puerto Príncipe entre mayo de 1966 y mayo de 1967, fueron abordados por Abbes, quien habló pestes de Balaguer y mencionó sus “memorias” como una denuncia de las atrocidades de Balaguer, “memorias” que habían sido concluidas en 1963, y  a las cuales pensaba agregar algunos capítulos, que probablemente escribió y se perdieron el día de su muerte.
Johnny Abbes García muere por mandato dominicano, no haitiano. El presidente Balaguer no se quejó ante el presidente Duvalier, a pesar de los informes de que había recibido amenazas contra su propia vida de parte de Abbes, y a pesar de que Abbes estaba residiendo en Haití como asesor de inteligencia del dictador. A Abbes lo asesinan los temibles “Ton Ton Macoutes”, por órdenes del coronel Jean Tassy, quien pidió 70 mil dólares para hacer esa operación, dinero que le fue entregado parcialmente por el intermediario, un diputado haitiano muy amigo del presidente Balaguer, quien sirvió como enlace para el primer acuerdo o contrato de braceros haitianos con el Gobierno dominicano en 1966.
Ese diputado haitiano recibió el dinero de dos altos oficiales de las Fuerza Armadas, muy cercanos a Balaguer, sin el consentimiento de Balaguer. El coronel Jean Tassy reclamó al diputado André Simó la entrega del dinero restante después de la muerte de Abbes, pero el diputado le comunicó a Duvalier lo que había pasado y Duvalier, indignado porque no se le informó lo ocurrido, mandó a buscar al coronel Tassy quien, cuando se enteró que el diputado estaba en el despacho de Duvalier, se asiló en el camino de su oficina al Palacio de Gobierno en la Embajada de Brasil, obteniendo protección diplomática.
La única vez que Duvalier se refirió a Abbes García fue en una rueda de prensa a propósito de una pregunta de un periodista norteamericano, y dijo: “Hay que preguntarle a su amigos militares dominicanos que deben tener mejores informaciones que yo”, cerrando el capitulo de Johnny Abbes García, asesinado por indiscreto y bocón.

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