Ramón Arturo Guerrero Copiado de
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RAMÓN ARTURO GUERRERO
Periodista
Sobre mí
Graduado de la UASD. Articulista, ha publicado en diversos medios dominicanos y extranjeros. De mayo 2000 a noviembre 2012 perteneció a la redacción del diario Hoy.
El 12 de enero de 1972 cayeron abatidos en combate contra 2 mil soldados y policías, en el kilómetro 14½ de la Autopista Las Américas, en las afueras de Santo Domingo, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta). Estos cuatro revolucionarios, encabezados por Amaury Germán, formaban parte del grupo Comandos de la Resistencia, cuyo líder principal era el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, residente en Cuba.
Con el paso del tiempo el acontecimiento ha adquirido la categoría de hito en la historia dominicana. Los cuatro jóvenes son hoy venerados como héroes nacionales. Después de los padres de la Patria, Gregorio Luperón, las Hermanas Mirabal, Manolo Tavárez y los Héroes de Abril (incluido Caamaño) en el panteón dominicano van en orden de jerarquía los cuatro muchachos del kilómetro 14. Incluso, si usted pregunta hoy día en cualquier aglomeración de personas, pocos podrán responderle y a pocos les importa cuál era la afiliación política de aquellos aguerridos jóvenes.
El website del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, al referirse a la “Plaza Monumento Héroes y Mártires del 12 de Enero” dice “Estos cuatro jóvenes eran dirigentes medios y del Comité Central del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, la organización política democrática, antitrujillista y antiimperialista más importante de siglo XX en la República Dominicana, dirigida por Manolo Tavárez y Minerva Mirabal.
Los Héroes del 12 de enero se encontraban en Cuba en 1967 con el objetivo de preparase política y militarmente para impulsar los cambios políticos de un Estado democrático, con respeto a los derechos humanos. Su objetivo era derrocar la dictadura de Balaguer y restablecer el nuevo orden que inicio después del ajusticiamiento de Trujillo el 30 de mayo de 1961.
Para lograr este objetivo las fuerzas revolucionarias habían enviado a combatientes de la guerra de abril, a miembros del Comité Revolucionario Camilo Torres –Corecato- y otros revolucionarios dominicanos a entrenarse al extranjero.
Dentro de este contexto los héroes del 12 de Enero establecen contacto con el coronel Francis Caamaño y desarrollan un proceso de discusión que culmina con la creación el 17 de diciembre de 1967, de los Comandos de la Resistencia Dominicana, dirigidos por el coronel Francisco Caamaño y Amaury Germán Aristy.
Los Palmeros como también se denominó a los Héroes del 12 de Enero, tuvieron una vida consagrada a la consecución de sus ideales patrios, entregando el alma, la fuerza y la pasión de la juventud en las principales batallas sociales libradas por el pueblo dominicano después de la muerte del tirano Rafael Trujillo”.
El lunes 10 de enero de 1972 por la noche yo había regresado de Venezuela, mi primer viaje al extranjero, y me aprestaba a reanudar la asistencia a clases en la universidad. El miércoles por la mañana, atrapado por la sorpresa que envolvía al resto de los habitantes de la Capital, me detuve en la avenida Duarte con Baltazar de los Reyes entre la multitud que observaba los aviones militares que volaban en grandes círculos hacia el este. Nadie en aquel entorno sabía con exactitud lo que ocurría ni dónde. La falta de información precisa era suplementada por los rumores que circulaban profusamente.
Al releer en estos días la exhaustiva cobertura de “El Caribe” publicada el 13, el 14 y el 15 de enero de 1972 sobre los hechos ocurridos en el kilómetro 14 de Las Américas el día 12 anterior de ese mes y año, metrasladé en el recuerdo a aquella época y reflexioné sobre el sacrificio de estos jóvenes en el contexto más amplio del accionar de la izquierda.
Por cierto, a propósito de una polémica suscitada por Hamlet Hermann sobre la responsabilidad de los sucesos del 12 de enero, el diario digitalA los 7 Días informaba el 30 de enero de 2013 “La Fundación Amaury Germán Aristy refutó este miércoles en un documento público las afirmaciones hechas por Hamlet Hermann en una cronología sobre los hechos que culminaron el 12 de enero de 1972 con la muerte en combate con el ejército y la policía de Germán Aristy, Bienvenido Leal Prandy, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón Polanco.
La Fundación incluye las gestiones de los familiares de los asesinados, desde el momento mismo en que supieron del cerco, para tratar de salvarles la vida, que incluyeron la visita al entonces nuncio apostólico Luciano Storero con el objetivo de crear una comisión de personalidades que solicitara un alto al fuego y una cita con Joaquín Balaguer”.
Resalta el hecho de que “los familiares de los asesinados” gestionaran en altas instancias de la sociedad el salvarles la vida a los revolucionarios sitiados, más bien a dos de ellos porque se sabe que dos habían caído en la emboscada inicial. Al parecer en ningún momento se pensó en acudir a las instancias de masas. Puede que los atribulados familiares tuvieran razón sabiendo que el grupo de los palmeros estaba desvinculado de las masas.
La mayor parte de la izquierda se había negado a asumir la derrota sufrida por las fuerzas del bloque social subalterno frente al bloque social dominante en el enfrentamiento armado de abril de 1965. Optó, en cambio, por alternativas al margen de las masas. El nombre de la organización de los palmeros permite describirlo: Comandos de la Resistencia.
También se incluye el otro sector importante de la izquierda, y tal vez el más numeroso, el Movimiento Popular Dominicano (MPD), que optó por los Comandos Revolucionarios Clandestinos (CRC). Ya el Movimiento Revolucionario 14 de Junio había inmolado a su núcleo más capaz en el alzamiento tras el golpe de Estado de 1963, quedando posteriormente disperso y reducido, aunque se recuperó un poco durante la Guerra de Abril, para luego caer en el desmembramiento definitivo en 1968.
La definición de comando dice: “Pequeño grupo de tropas de choque, destinado a hacer incursiones ofensivas en terreno enemigo”.Así que, mientras ese “pequeño grupo de tropas de choque” era diezmado en el kilómetro 14 decenas de miles de personas que compartíamos sus propósitos y que podríamos haberlos asistido permanecimos durante horas mirando al cielo en las calles de Santo Domingo. Carecíamos de una dirección que nos diera cohesión y, consecuentemente, nos condujera a la acción. Porque, lamentablemente éramos la masa, un ente totalmente desvinculado del comando.
Conocí brevemente a Amaury mientras ambos estudiamos en el liceo Juan Pablo Duarte, yo un curso menos. Más tarde él fue dirigente de laUnión de Estudiantes Revolucionarios (UER) junto a otro conocido mío: Ismael Perdomo (Mayelín), quien moriría en combate, todavía adolescente, a comienzos de mayo de 1965.
Gran sorpresa tuvimos quienes frecuentábamos el comedor de la UASD al leer el día 14 en El Caribeque “El brigadier Nivar Seijas también relató la manera en que la Policía dio con las personas buscadas. Dijo que desde hace 20 días se seguía a un carro modelo 1972, propiedad de César A. Félix, la misma persona que alquiló la casa en la que se supone se escondían los prófugos”. No sabíamos que Félix pertenecía al grupo al que en nuestras conversaciones nos referíamos con el código de “la gente de la estrella en el mapa”
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