Estos días hemos sabido que lo último que hizo el PP antes de cerrar la puerta fue asegurar el ducado de Franco y que el título, con Grandeza de España, es para la campante Carmen Martínez-Bordiú, la mayor de los siete nietos del dictador. (Tenerlo 'todo bien atado' siempre fue un 'leitmotiv' familiar). Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez estudia cómo demonios escamoteárselo y qué hacer con la momia del "abuelito", los herederos llevan seis meses gozando de su legado: unos 600 millones de euros entre propiedades y empresas, según calculó Mariano Sánchez, autor del libro 'Los Franco, S.A.'.
El septeto, con cuartel general en la calle Hermanos Bécquer, en el barrio de Salamanca, y permutaciones en los organigramas, controla ya un laberinto societario en el que figuran Sargo Consulting, que gestiona gran parte del patrimonio inmobiliario del grupo y que es matriz de Fiolasa –más de 20 millones en bienes–, presidida por Cristóbal; y Montecopel (16 millones en activos), Pristina (15 millones), Estacionamientos Urme (algo más de un millón), Caspe 99, Bejar 2001, Arroyo de la Moraleja y Ursaria.
Aunque en asuntos de cartera no hay roce que valga, la vida de los siete nietos dan para una serie de Netflix. El menor de todos, Jaime, quiso explicar las diferencias en clave política: "Carmen, Mariola y Francis vivieron como nietos de Franco; Cristóbal y Merry fueron fruto de la Transición y Arancha y yo crecimos en democracia". Una definición que, ojo, no debe llevar a conclusiones precipitadas. Echemos un vistazo a cómo son y dónde están.
CARMEN. LA DUQUESA
Pese a tener 67 años y ser 'tetrabuela' –Eugenia, Luis y Alfonso, prole de su hijo Alfonso de Borbón, y Joseph Rouget, de su hija Cynthia (Rossi)– sigue con su huida hacia adelante. Ha pasado de hablar a los niños de toda España a través del No-Do a tener un 'toy boy' que la anima a recuperar el 'animal print' y las ganas de travesuras, sin un solo rasguño historiográfico.
Hasta que ha pillado título y legado del yayo, las exclusivas han sido su mina de oro, porque pinchó con la venta de destilados 'El orujo de Carmen', y no ha estado muy encima de Ocnarf (Franco al revés, nótese), una sociedad de imagen y publicidad. Ella ha servido con lujo de detalles sus bodas con Alfonso de Borbón –"más que nada por salir de casa"–, con el vetusto anticuario Jean-Marie Rossi y con el exsaltador de longitud santanderino José Campos; así como sus amoríos de intensidad variable. Entre ellos, Luis Miguel Rodríguez, 'El Chatarrero', que marcó un Defcon 2, y ahora el turgente como un globo de agua Tim McKeague, 'coach' emocional 34 años menor.
MARIOLA. LA TAPADA
La segunda nieta, María de la O, empezó 'roja' y ha acabado 'bourgoise'. Estudió Arquitectura, corrió delante de los 'grises' y se casó en El Pardo, en 1974, con Rafael Ardid, nieto de un general republicano condenado a trabajos forzados en el aeropuerto de La Coruña. La suya –¿justicia poética?– fue la última boda del clan a la que asistió el abuelo. Hoy vive con su marido en Boadilla del Monte, se ha centrado en la rama inmobiliaria de los Franco y tiene tres hijos: Borja, Jaime –promotor hotelero casado con Carmen Panadero y padre de Beltrán– y Javier. Su discreción es proverbial.
Francis Franco. /
FRANCIS. EL IDEÓLOGO
El primer nieto varón –y el único que antepone el apellido Franco en el nombre– ha hecho de padrino en las bodas conflictivas, se ha creado varios problemas con la autoridad por su afición a las armas desenfundadas y ha defendido la memoria del 'grandpa', por ejemplo, a través del libro 'La naturaleza de Franco. Cuando mi abuelo era persona', que puso los pelos de punta a los lectores con algo de memoria histórica ("Mi abuelo defendía a la clase trabajadora, a los obreros y a los empresarios, porque todos trabajaban").
Su vida laboral ha tendido a la diversificación: ha sido dueño de un bar de San Pedro de Alcántara (Málaga); alquiló, dicen, la finca familiar de Valdefuentes para rodar películas eróticas y de terror, y se asoció en el Chile de Pinochet con la inmobiliaria PRIM II, acusada de estafar casi cuatro millones de dólares a 600 familias. Siempre con la red de seguridad de las empresas familiares, a la que contribuyó con el 'pelotazo' de la venta de la finca Valdemolinos.
Hoy es un peso pesado en la gestión del legado, y el orgulloso padre de cuatro hijos. Francisco y Juan José (tan aficionado como él a las escopetas de caza), que tuvo con María Suelves, hija de los marqueses de Tamarit, y de otro par, Álvaro y Miriam, fruto de su racheado matrimonio con Miriam Guisasola.
Merry Martínez-Bordiú, en 1983, junto a su hija Leticia y el demonizado Jimmy Giménez Arnau.
MERRY. HIPPY CHIC
La más rebeldona –a los 25 años contó sus desbordamientos en 'Diez Minutos'– vive hoy en Madrid después de varias piruetas existenciales. La mayor, quizá, evitar a toda costa que el mediático Jimmy Giménez-Arnau, con el que protagonizó una levantisca boda en 1977, viera a su única hija, Leticia, hoy esposa del rico salvadoreño Marcos Sagrera. Entretanto, y después del divorcio caníbal de Jimmy, Merry se largó a Canarias dando clases de inglés, conoció a Greg Tamler y se mudaron a Estados Unidos. Hasta su regreso a la capital, se limitó a cruzar el Atlántico, según Paloma Barrientos, para remendar descosidos, como el bulo que afirmaba que mantenía una relación con Felipe González. Y ya divorciada de Tamler, se afincó en Miami y las islas Vírgenes.
Cristóbal Martínez-Bordiú. /
CRISTÓBAL. EL MILITAR (PERO POCO)
Podía haber sido el segundo general más joven de la historia del país –se lanzó inicialmente a la carrera militar en el cuartel del Ejército en Zaragoza–, pero lo dejó porque el uniforme le "ponía cara de gilipollas" (quizá influyó también que atropellara a un peatón y este muriera a las pocas semanas). Eligió escribir el libro 'Cara y cruz de un nieto de Franco' y casarse con la presentadora de TV Jose Toledo, con quien tuvo dos hijos –Daniel, de 28 años, ennoviado con la heredera de zapaterías Marypaz, y Diego, de 20– y partió peras el año pasado. Hasta el divorcio, vivió en la finca Valdefuentes como patrón del picadero Cercano Oeste.
Arancha Martínez-Bordiú. /
ARANCHA. LA HUIDIZA
Cuenta Paloma Barrientos que en sus años escolares, si le preguntaban cómo se llamaba, respondía: "Arancha Martínez". Y sigue sin asomar en el 'front row' social. Se sabe que tuvo una relación con Alfredo Ungría (luego cuñado de Kardam de Bulgaria), que se enamoró hasta las trancas de su primo carnal Alejo Martínez-Bordiú (hermano de Pocholo) y que acabó casándose en con el abogado gallego Claudio Quiroga. Ella está en el organigrama empresarial familiar.
Jaime Martínez-Bordiú. /
JAIME. LA OVEJA NEGRA
Tenía 12 ños cuando Franco se fue al otro barrio. Abogado, tiene voz en la gestión del patrimonio junto a Francis. Solo tiene un hijo, Jaime –que ha heredado la afición a pintar al óleo del bisabuelo–, fruto de su matrimonio fallido con la modelo Nuria March, pero un perfil delictivo más abultado. Tras seis años con Patricia Olmedilla, hija del conde de Cerrajería, admitió en la tele tener un serio "problema con la cocaína". En el 2010 fue acusado de amedrentar a un conductor con un arma, tuvo que declarar por su presunta vinculación con un alijo de seis kilos de coca intervenidos en Requena y pasó una noche en el calabozo por presunto maltrato a su novia, Ruth Martínez.
Si Franco levantara la cabeza –en el Valle de los Caídos o allá donde le metan–, ¿les daría un aprobado?
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