La hija del
dictador Trujillo piensa que 50 años son suficientes para borrar una historia y
cambiarla por otra que se acomode a los fines y propósitos de un régimen que
por más de 30 años bañó en sangre el país.
Cree poder cambiar los hechos, sus actores y así eliminar tantas
barbaries cometidas por ese régimen nefasto, intentando matar a nuestros héroes
dos veces, física y moralmente, recurriendo a la ofensa de la honra nacional,
pero gracias a Dios, en los Trujillo nadie cree.
Quizás dicha dama este aprovechando el clima democrático
heredado del 30 de Mayo, para buscar el espacio político perdido por infame.
Pero enlodando la memoria de nuestros próceres, no hace más que ahondar el odio
hacia ese régimen que con crímenes espantosos, nos aterrorizó por más de tres
décadas.
La sociedad suspira y palpitar por el terror implantado durante
todos esos años. La nación le perdonaría que defienda a su progenitor, pero
jamás, que trate de resquebrajar el valor espiritual y moral de esos hombres,
que ofrendaron sus vidas para legarnos un estado de derecho.
La reacción de quienes impidieron el acto donde se pondría en
circulación dicha infamia no la compartimos del todo, pues sin doblegarnos,
debemos hacer la diferencia de esos dictadores, conscientes de que sus palabras
caerán en el vacío, por carecer de integridad moral. Sería mejor pedirle
explicar, cómo su progenitor pasó de simple cuatrero a uno de los hombres más
ricos de la tierra.
A lo mejor su osadía le permita afirmar también, que el
asesinato de Tavito, Martínez Reina, Altagracia Almánzar, los Bencosme, los
Perozo, Mauricio Báez y otros, fueron ordenados por los héroes del 30 de Mayo,
no por su “amable” padre.
La Victoria, El 9 y la 40, siguen siendo puntos de referencias
de eso que de terror nos hace palpitar. Una mentira repetida mil veces, puede
convertirse en verdad, pero ellos la repetirán millones de veces y ningún
incauto sus quimeras creerá.
Tendrán que conformarse con continuar gritando ¡viva el
jefeeeeee! Y añorando aquellos días de la Era, pues el país está sumido en su
desarrollo político, económico e intelectual, marchando hacia la consolidación
de las libertades públicas, legadas por el heroísmo de los hombres del 30 de
Mayo, a quienes por siempre veneraremos.
Ahora resulta, que de acuerdo la hija del tirano, fueron los
mártires del 30 de Mayo, quienes mataron a las Mirabal. Le faltó decir, que
Trujillo fue eliminado por oponerse a ese crimen que conmovió a la humanidad,
pero como el mentiroso y el cojo no llegan lejos, les recordamos esta expresión
de su progenitor pronunciada públicamente “sólo tengo dos problemas, la Iglesia
y las Mirabal”.
Finalmente, es preciso al respecto preguntar ¿Quiénes buscan
revivir el fantasma Trujillo? ¿Se estará aprovechando la inseguridad producto
del narcotráfico y el crimen organizado para eso? ¿Quiénes están interesados en
destruir unas honras tan bien ganadas? ¿Sólo la afrenta? ¡Bueno!
alex15958@MSN.com
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