Por Aquiles Julián .En el MES DE LA LIBERTAD, mes en que honramos la acción valiente y patriótica de los héroes del 30 de Mayo, los que en 1961 portaron sobre sí el decoro de muchos hombres, de todo un pueblo, y ajusticiaron al delincuente y criminal consuetudinario Chapitas Trujillo, los chapitómanos están buscando legitimarse en el país, apelando a dos temas en que son los iniciadores de lo que hoy vivimos: la traída al país de braceros haitianos, llevados a los bateyes a trabajar en condiciones infrahumanas, indignas; y la corrupción desde el Poder.
Da risa que sean los chapitómanos, esa hez social de serviles, esbirros, aspirantes a torturadores, calieses y basura sin moral ni decoro, los que quieran dar hipócritas gritos de patriotismo o de crítica a los desafueros y latrocinios desde el Poder.
¿Por qué la risa? Porque, luego de una infancia, adolescencia y primera juventud delictiva, como parte de la "Pandilla de Pepito" en San Cristobal, Chapitas Trujillo, alias El Chivo, se incorporó a la banda de represión antinacional formada por los marines norteamericanos, que habían sido diezmados por la viril resistencia de los campesinos de la región Este, y que reunió en siendo crápula y basura social del país, con el fin de torturar, perseguir, despojar, acosar y asesinar a los dominicanos.
Chapitas, que participó en las correrías sangrientas en que se quemaban bohíos con la gente dentro (ah, porque es necesario que la verdad se conozca) y se torturaba a infelices para que denunciaran a sus parientes y amigos, aprovechó para violar mujeres, extorsionar comerciantes y campesinos y enriquecerse, mientras servía a sicópatas como los capitanes Charles Merkel y Charles R. Buckalew del U.S. Marines Corps a los que asistía en sus abusos contra la población civil dominicana.
Esas malas mañas nunca las perdió. Se agudizaron con los años.
El grado de abyección antinacional de Trujillo llegó al extremo de nombrar el paseo Presidente Billini como U.S. Marines Corp., una afrenta a los dominicanos que habían sido invadidos y sometidos por la soldadesca yanki.
Imaginen a los chapitómanos locales presumiendo de "nacionalismo". Más patético no pueden verse.
El trujillismo se impuso en el país en base al terrorismo. El mismo Joaquín Balaguer, colaborador de Trujillo en su larga tiranía de 31 años así lo declara al tocar en sus Memorias el asesinato del poeta Virgilio Martínez Reyna y su esposa embarazada, por órdenes de Trujillo. “Con ese acto inicuo se iniciaba el terrorismo político en la “era de Trujillo”. Balaguer yerra (con conciencia), había comenzado antes, en la "campaña electoral".
Y el régimen de los 31 años fue un régimen basado en el terrorismo, algo que no sólo imperaba en el país, sino que también se extendió a otros países: Estados Unidos, México, Cuba, Guatemala, Venezuela... donde los esbirros y asesinos a sueldo del trujillismo eliminaban opositores al régimen y atentaban, como lo hicieron en Guatemala y Venezuela, incluso contra jefes de Estado.
Ese es el terrorismo que los trujillistas chapiteros quieren reeditar en el país.
Contra esa pretensión no hay ningún tipo de permisividad indiferente; ningún tipo de facilidad. Ni nos vamos ni les vamos a permitir que reinstalen la tiranía.
Repito, aquí quedó pendiente la tarea de destrujillizar y el tumor trujillista ha hecho metástasis.
A grandes males, grandes remedios.
Da risa que sean los chapitómanos, esa hez social de serviles, esbirros, aspirantes a torturadores, calieses y basura sin moral ni decoro, los que quieran dar hipócritas gritos de patriotismo o de crítica a los desafueros y latrocinios desde el Poder.
¿Por qué la risa? Porque, luego de una infancia, adolescencia y primera juventud delictiva, como parte de la "Pandilla de Pepito" en San Cristobal, Chapitas Trujillo, alias El Chivo, se incorporó a la banda de represión antinacional formada por los marines norteamericanos, que habían sido diezmados por la viril resistencia de los campesinos de la región Este, y que reunió en siendo crápula y basura social del país, con el fin de torturar, perseguir, despojar, acosar y asesinar a los dominicanos.
Chapitas, que participó en las correrías sangrientas en que se quemaban bohíos con la gente dentro (ah, porque es necesario que la verdad se conozca) y se torturaba a infelices para que denunciaran a sus parientes y amigos, aprovechó para violar mujeres, extorsionar comerciantes y campesinos y enriquecerse, mientras servía a sicópatas como los capitanes Charles Merkel y Charles R. Buckalew del U.S. Marines Corps a los que asistía en sus abusos contra la población civil dominicana.
Esas malas mañas nunca las perdió. Se agudizaron con los años.
El grado de abyección antinacional de Trujillo llegó al extremo de nombrar el paseo Presidente Billini como U.S. Marines Corp., una afrenta a los dominicanos que habían sido invadidos y sometidos por la soldadesca yanki.
Imaginen a los chapitómanos locales presumiendo de "nacionalismo". Más patético no pueden verse.
El trujillismo se impuso en el país en base al terrorismo. El mismo Joaquín Balaguer, colaborador de Trujillo en su larga tiranía de 31 años así lo declara al tocar en sus Memorias el asesinato del poeta Virgilio Martínez Reyna y su esposa embarazada, por órdenes de Trujillo. “Con ese acto inicuo se iniciaba el terrorismo político en la “era de Trujillo”. Balaguer yerra (con conciencia), había comenzado antes, en la "campaña electoral".
Y el régimen de los 31 años fue un régimen basado en el terrorismo, algo que no sólo imperaba en el país, sino que también se extendió a otros países: Estados Unidos, México, Cuba, Guatemala, Venezuela... donde los esbirros y asesinos a sueldo del trujillismo eliminaban opositores al régimen y atentaban, como lo hicieron en Guatemala y Venezuela, incluso contra jefes de Estado.
Ese es el terrorismo que los trujillistas chapiteros quieren reeditar en el país.
Contra esa pretensión no hay ningún tipo de permisividad indiferente; ningún tipo de facilidad. Ni nos vamos ni les vamos a permitir que reinstalen la tiranía.
Repito, aquí quedó pendiente la tarea de destrujillizar y el tumor trujillista ha hecho metástasis.
A grandes males, grandes remedios.
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