Escuchando la muy oída emisora Z-101, en su popular programa “El Gobierno de la Mañana”, escuché en la voz del conocido historiador Euclides Gutiérrez Félix mediante llamada telefónica que hiciera, referirse a las circunstancias de la muerte del entonces general retirado Desiderio Arias, en los inicios de la tiranía trujillista.
Las informaciones dadas por el conocido político tuvieron aciertos y varios desaciertos que merecen precisarse, para la efectiva orientación de la ciudadanía, considerando la gran audiencia y la confianza que inspira, por sus dotes intelectuales, Gutiérrez Félix. Llamé insistentemente al programa para ofrecer mis informaciones, pero el acceso resultó mimposible, por lo que me he decidido referirme al caso en este artículo
Desiderio Arias fue asesinado en los cerros de Gurabo, en las a fueras de Mao, próximo a la hoy comunidad de Pueblo Nuevo el20 de junio de 193l. Debe recordarse que Trujillo, ya decidido a establecerse con firmeza en el control de la nación, desarrollaba su estrategia de liquidar a todos los caudillos en cada región del país. Es por esto que días antes del asesinato del principal líder de todo el Noroeste, por sugerencia del ya Presidente Trujillo, Desiderio se reunió con él en Mao en casa de señor Agustín Hernández, donde luego funcionó por años la oficina de la Corporación Dominicana de Electricidad.
Disponemos de numerosos testimonios que afirman que mientras se desarrollaba la reunión Trujillo-Desiderio, seguidores de este último fueron llamados reuniéndose con los altos militares del tirano, comprometiéndoles a traicionar al viejo caudillo a cambio de dinero y de disponer del apoyo político del Gobierno. Se dice que esos desideristas, pasados luego a trujillistas, fueron los hermanos Torres: Alejando, Emiliano y José del Carmen, alias Carmito; así mismo, Victoriano Almánzar y Félix Rodríguez, alias Chaco.
Al concluir el encuentro con Trujillo, quien llegara al mismo completamente desarmado como muestra de que buscaba una paz duradera con Arias, Amado Colón, uno de los principales lugartenientes de Desiderio presente en la reunión, preguntó a su líder mientras Trujillo se alejaba en su caballo “¿Usted quiere que se lo mate? Ese sale más malo que Lilís”, oponiéndose el antiguo Ministro de Guerra de la República y entonces Senador por la provincia de Montecristi. Para el logro del objetivo, que era eliminar a Desiderio Arias, Trujillo facilitaría a través de los traicioneros desideristas armas inservibles y de limitados usos al núcleo de Desiderio, haciendo llegar al general Arias la voz de que las tropas de Trujillo se acercaban a Mao para hacerle preso, obligando al viejo caudillo y sus pocos hombres a tomar contra su voluntad el monte con las armas que los traicioneros le decían tener guardadas.
El periódico El Caribe destacó con informaciones diarias “la rebelión de Desiderio contra el gobierno legalmente constituido”. Todo estaba previamente montado. Mientras tanto, el Dictador esperaba el desenlace de los acontecimientos en la casa de su amigo Pedrito Chávez, en la comunidad de Guayacanes, a unos 5 kilómetros de la ciudad de Mao. Pedrito Chávez fue el padre de Pedro Chávez y este a su vez padre del conocido médico maeño Pedro José Chávez, que todo el que le conoció le recuerda con afectos como el Doctor Chávez. Aunque el El Caribe reseña que en las proximidades de las lomas de Gurabo se escuchaban intensos tiroteos, la verdad es que Desiderio y sus seguidores no lograron disparar un tiro. El disparo escuchado fue el de Victoriano Almánzar dado a la espalda de Desiderio Arias, seguido de tiros para avisar que el objetivo había sido alcanzado.
El Teniente Mélido Marte entró con sus tropas al filo de la medianoche por las espesas breñas hasta llegar al lugar donde reposaba el cuerpo sin vida de Desiderio Arias. El teniente Ludovino Fernández le corta la cabeza para llevarla a Trujillo como muestra de que la misión había acabado, haciendo sepultar su cuerpo cerca de donde fue asesinado por uno de sus hombres.
En la mañana del día siguiente la cabeza de Desiderio fue mostrada por las principales calles de Mao, como demostración de que la Era de Desiderio había concluido y de lo que le esperaba a quienes seguían al ya muerto caudillo noroestano.
Ya en la residencia de Pedrito Chávez, en Guayacanes, frente al tirano que esperaba, Ludovino saca del macuto que cargaba la cabeza de Desiderio. Trujillo reacciona con muestra de desaprobación, mandando a coloca de inmediato la cabeza a su cuerpo original; pues eso no encajaba con su plan de entregarlo a su esposa Pomona Navarro en Montecristi y mostrarlo a la prensa en Santiago, al tiempo de mostrarse compungido por el triste desenlace.
Al retornar la guardia a los predios de Gurabo en procura del cuerpo de Desiderio, el teniente Ludovino Fernández y acompañantes no lograron localizar el lugar exacto donde se diera sepultura, por lo que debieron dar muerte a un pobre hombre que se movía por el área para colocar a su cuerpo la cabeza y así cumplir con el mandato del tirano. Fue visible el desconcierto de doña Pomona al recibir el cadáver de su esposo, afirmando entre sus íntimos que ese cuerpo no correspondía al de Desiderio.
Al tiempo que Trujillo daba a la viuda las más sentidas condolencias y su pesar por “la caída de quien fue mi aliado y amigo”, sus fuerzas represivas perseguían, apresaban y asesinaban a los más cercanos seguidores de Desiderio. El ejemplar ciudadano Chaguito Espaillat fue asesinado, de lo que fue inculpado el valiente Amado Colón, aquel que en la reunión de mayo del 1931 le preguntara a Desiderio que si quería que asesinara a quien su olfato ya le decía saldría “más malo que Lilís”. Amado fue desaparecido.
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