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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

sábado, 1 de diciembre de 2012

"LAS HEROÍNAS NO CALLAN", AUTORÍA DE LA ESCRITORA WENDY SANTANA HABLA SOBRE VICTIMAS DE LA DICTADURA





HISTORIA
Para que no haya olvido




  • Silencio. Las heroínas no callan, es una evidencia palpable de lo que en nuestro país ha sido un tema vedado por generaciones.
Palabras pronunciadas por el historiador Juan Daniel Balcácer, Presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, durante el acto de puesta en circulación del libro “Las heroínas no callan”, de Wendy Santana, el miércoles 21 de noviembre de 2012 en el salón de actos del Museo de las Casas Reales.
Señoras y señores:
En los albores del decenio de los ochenta, en Alemania tuvo lugar un encendido debate público acerca del exterminio de casi seis millones de judíos llevado a cabo por los nazi liderados por Adolfo Hitler durante la segunda guerra mundial. La descabellada tesis de que los tristemente célebres lagers o campos de concentración simplemente no existieron y que todo se reducía a un invento de la imaginación del sionismo en su campaña contra el nazismo, fue contrarrestada por una pléyade de historiadores e incluso por algunos sobrevivientes del holocausto (como Primo Levi), quienes presentaron una abrumadora cantidad de testimonios y documentos de irrecusable veracidad desmintiendo a los defensores de sistemas totalitarios como el que representó el Tercer Reich.
Si ese ha sido el caso de Alemania, ¿qué puede esperarse respecto de Santo Domingo, en donde a más de medio siglo de haberse librado el pueblo dominicano de la tiranía trujillista hay quienes pretenden eximir al dictador  Trujillo de la responsabilidad de miles de crímenes políticos ocurridos durante los 30 años en que desgobernó el país? Afortunadamente, desde el año 2000 han salido a la luz pública numerosos testimonios y documentos que dan cuenta de los innumerables asesinatos que se produjeron a lo largo de la llamada Era de Trujillo así como de los horrores y torturas padecidos en las cárceles por los opositores de la dictadura.
Olvido
A pesar de esa incontrovertible realidad histórica, hay quienes propugnan para que hagamos tabla rasa del pasado, aduciendo que solo debemos vivir el presente y preocuparnos por el porvenir. A simple vista la fórmula que antecede parece sensata, sin embargo puede convertirse en un boomerang de consecuencias fatales para el colectivo nacional. Parafraseando a Santayana recordemos que cuando un pueblo  desconoce los errores cometidos en el pasado, está condenado a repetirlos. Es recomendable, y solo coyunturalmente, intentar olvidar las secuelas que puede desencadenar una guerra en determinada colectividad a fin de que, dentro del marco de la unidad nacional, pueda construirse una nueva sociedad; pero nunca debe invocarse el olvido en el caso de una dictadura, de un régimen totalitario, porque del estudio del pasado y de la enseñanza de la historia, tanto en las escuelas como en el conjunto de la sociedad, las generaciones del presente asimilarán los valores y principios morales fundamentales que les permitirán prepararse para evitar que se repitan  modelos de gobiernos totalitaristas.
Acaso uno de los compromisos más solemnes que contrae el historiador cuando oficia en el templo de la Musa Clío es el de contribuir, a través de su narrativa histórica, a la preservación de la memoria histórica con el fin de que las generaciones del presente y del porvenir recuerden permanentemente las venturas y desventuras del pasado. En efecto, el historiador de los siglos XIX y XX ´es el que recuerda, es el profesional del recuerdo y aquella persona a la que su sociedad le encarga que enseñe a sus conciudadanos a recordar. Pero a la vez que cultiva el recuerdo, también cultiva el olvido y no porque el olvido forme parte indispensable del recuerdo. La memoria es selectiva, no podremos recordarlo todo, si solo recordásemos no podríamos vivir. Lo que ocurre es que además de ese olvido que es un elemento constituyente de la memoria, el historiador introduce otro tipo de olvido de carácter excluyenteª. (Cf. José Carlos Bermejo, Genealogía de la historia, 1999: 195).
El olvido constituyente es consustancial al recuerdo, algo así como una de sus caras o su anverso; mientras que el olvido excluyente es selectivo en sentido negativoÖ Y excluye porque existe una voluntad de excluir, de suprimir aspectos, hechos, personajes que se quiere sumergir en zonas profundas del inconsciente colectivo. El olvido excluyente es una parte fundamental del ejercicio del poder político; al tiempo que establece aquello de lo que no puede ni debe hablarse, pues como sentenció George Orwell: “quien controla el presente, controla el pasado.”
El dictamen de Orwell explica el por qué, después de la eliminación física del tirano, acaecida el 30 de mayo de 1961, varias generaciones de dominicanos se formaron en el sistema educativo nacional con la ayuda de ciertos textos de historia patria en cuyo contenido no se hacía referencias ni se explicaba el origen, desarrollo y desaparición de la tiranía trujillista. Por lo tanto, no fue sino hasta después de 1976 cuando en nuestro país algunos textos oficiales comenzaron a abordar la historia dominicana contemporánea del siglo XX incluyendo el estudio del período histórico que transcurrió desde 1924 hasta 1961. Postreramente, tras la publicación de importantes documentos y testimonios relacionados con la resistencia anti-trujillista, fue posible tener un conocimiento mucho más objetivo acerca de la cruel realidad padecida por los dominicanos a lo largo de casi 31 años de tiranía y puede afirmarse que en la subconsciencia colectiva fue acrecentándose el convencimiento de que el sistema de la democracia era y es el modelo ideal para construir una sociedad más equitativa y pluralista para todos.
Con todo y los avances logrados en el marco del sistema democrático, recientemente en República Dominicana ha surgido un movimiento, endeble aún, cuyo propósito es rehabilitar la figura histórica del dictador Rafael L. Trujillo. Los principales exponentes de este movimiento revisionista aducen que durante los 50 años de democracia que han transcurrido en nuestro país desde 1961 a la fecha, los historiadores han ocultado deliberadamente los aspectos positivos de la dictadura y que sólo ha primado interés por destacar la parte mostrenca y abyecta de aquella maquinaria infernal que a lo largo de tres decenios llevó el crespón luctuoso a innumerables hogares dominicanos.
Algunos de los epígonos más conspicuos de los trujillistas revisionistas insisten en que en el decurso de la llamada “Era de Trujillo” la nación dominicana transitó por senderos de desarrollo y crecimiento económicos, al igual que experimentó notables transformaciones sociales. Sin embargo, esas argumentaciones pasan por alto que ese progreso y crecimiento económico se produjo merced a un costo espiritual y de pérdida de vidas humanas muy elevado para el pueblo dominicano, el cual fue compelido a someterse a la voluntad omnímoda del dictador, cuyo régimen tiránico suprimió las libertades públicas y el pluralismo político. De igual modo, los defensores de las bondades de Trujillo relegan a un plano secundario la parte represiva y atroz de la tiranía, argumentando que también en otros países se han cometido, y se cometen, atrocidades y actos de barbarie.
Dictadura
Se trata, evidentemente, de un fútil intento por pretender cambiar la imagen de lo que verdaderamente fue y significó la dictadura de Trujillo. Tal vez logren confundir a mucha gente, pero lo que no podrán lograr, porque es poco menos que imposible, será “transformar al propio pasado en su realidad”, como bien ha consignado el historiador francés Pierre Vidal-Naquet en su obra Los asesinos de la memoria en la que examina ampliamente la tesis quienes pretenden negar el holocausto judío. El caso de la llamada Era de Trujillo, y del gran desconocimiento que existe entre las jóvenes generaciones acerca de las atrocidades cometidas en contra del pueblo dominicano, es también digno de estudio porque constituye otro claro ejemplo de lo que es el olvido excluyente fomentado desde altas instancias del Estado en una determinada coyuntura política.
El libro que hoy presentamos a la consideración del público, Las heroínas no callan, es una evidencia palpable de lo que en nuestro país ha sido un tema vedado para varias generaciones. La propia autora de la obra, Wendy Santana, en sus palabras de presentación revela que ella nació en los albores del período de los “Doce Años” de Joaquín Balaguer, y admite que cuando era ya una adolescente “tenía ansias de saber cómo fue exactamente la dictadura, porque a los escolares no se les hablaba de eso.” “Ningún libro de historia óañadióó que toqué en las aulas me contó ese capítulo de la vida política nacional, ni en primaria ni en bachillerato. En el pensum de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudié, tampoco existía esa materia, y en las bibliotecas y ferias del libro esos temas no estaban muy a la vista ni eran muy comentados.”
Como puede constatarse, estamos aquí frente a un caso típico de olvido excluyente fomentado por determinados escritores e intelectuales al servicio de un gobierno específico que influye para que, en el marco del sistema escolar nacional, y en particular en la enseñanza de la historia patria, se fomente el olvido en torno a ciertos personajes y períodos históricos del pasado.
Naturalmente, el hecho de que haya prohibiciones, manifiestas o veladas, y de que el tratamiento de ciertos sucesos o personajes haya devenido tema tabú por disposiciones de instancias represivas de la superestructura político ideológica del Estado, en modo alguno significa, como bien consigna el historiador español Bermejo, que ´lo indecible, no por serlo, deja de tener existencia y, por supuesto, [que] puede ser conservado en la memoria, pero no en la memoria colectiva, sino en la individual o en la de un pequeño grupo más o menos marginalª (Op. Cit., p. 196).
De ahí que, la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, en el marco de la conmemoración del 50 aniversario del ajusticiamiento del dictador Trujillo, en interés de contribuir a la preservación de la memoria histórica nacional, auspiciara la publicación de varios libros que reúnen testimonios, documentos y análisis lo mismo de la dictadura trujillista que de su principal exponente Rafael L. Trujillo. Los títulos de esos libros son los siguientes: “4 poemas heroicos. Un Ensayo. Un discurso”, originalmente publicado en 1962; “En las garras del terror y recordando los héroes y mártires del 30 de mayo”, por Tomás Báez Díaz; “Relatos de la resistencia”, un conjunto de inapreciables testimonios de víctimas directas de la dictadura; “Escondido. Mi 30 de mayo”, por Josefina Gautier de Alvarez; “Salvador Estrella Sadhalá: del complot a la gloria”, de Luis Salvador Estrella Mueses; “Ayer, el 30 de mayo y después. Vivencias y recuerdos”, de Fernando Amiama Tió; “Esa última semana”, de Annie Reid Cabral; “Trujillo y el 30 de mayo. En honor de la verdad”, de Miguel Ángel Bissié; “30 de mayo. Trujillo ajusticiado”, de Eduardo García Michel; “Análisis de la Era de Trujillo”, de José Cordero Michel; “Las heroínas no callan”, de Wendy Santana; y “Si la mar fuera de tinta”, de Mayra Báez de Jiménez.
Heroínas
El libro Las heroínas no callan, de Wendy Santana, es el décimo primer volumen de la colección recién citada y el mismo constituye, a un tiempo, un acervo testimonial de extraordinaria significación histórica y una obligada fuente de consulta para quienes deseen conocer de las persecuciones, encarcelamientos, torturas, asesinatos y deportaciones que padecieron no pocas personas por el solo hecho de favorecer la democracia y haber rechazado políticamente al sistema unipersonal y dictatorial que encarnó Trujillo. El libro está conformado por una serie de entrevistas exclusivas que la autora realizó con varias heroínas nacionales  y otras víctimas así como también a destacados miembros de la resistencia que enfrentó gallardamente a la maquinaria dictatorial de Trujillo.
“El valor de una obra ñha escrito Sandor Márai- no reside en la procedencia del ladrillo y las tejas con que se ha erigido, sino en lo que el autor construye con esos materiales.” Con la realización de esas entrevistas y reportajes, ahora reunidas en el presente libro, Wendy Santana entrega a la sociedad dominicana una contribución fundamental para el conocimiento de parte de las calamidades experimentadas por muchos ciudadanos y ciudadanas que a despecho del riesgo en que pusieron sus vidas y las de sus familiares combatieron con admirable valor y entereza a la tiranía trujillista; y los dominicanos que valoramos el sistema democrático que disfrutamos desde hace 50 años no debemos permitir que se relegue al olvido el sacrificio de tanta gente valiosa. Que sean, pues, las valientes heroínas, Dedé Mirabal, Tomasina Cabral, Asela Morel, Dulce Tejada, Fe Ortega, Miriam Morales, Pucha Rodríguez, así como algunos de sus descendientes, familiares y amigos más cercanos, quienes narren sus vivencias y dejen constancia indeleble de sus desgarradoras experiencias bajo el degradante sistema dictatorial que encarnó Rafael L. Trujillo. Para que no haya olvido...

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