Fuente :elcaribe.com.do
21/12/2012 12:00 AM - Rafael Alonso Rijo
Un día como hoy, hace 49 años, murió fusilado en Las Manaclas, San
José de las Matas, el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo),
líder del Movimiento 1J4.Manolo le había mandado a decir al general
Ramiro Matos González, con el historiador y en aquel entonces
guerrillero Emilio Cordero Michel, que él y otros 14 insurrectos del
Movimiento 14 de Junio que operaban en Las Manaclas bajarían de las
montañas con bandera blanca en señal de paz, a fin de negociar la
rendición, pero éste optó por fusilarlo.
La versión es de Rafael Chaljub Mejía, quien con 21 años acompañó a Tavárez Justo en la insurrección, y quien cree que ese hecho merece ser investigado y llevar ante los tribunales a quienes mataron al líder del 1J4 y sus compañeros que habían depuesto las armas.
La insurrección
“Óiganlo, señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el 14 de Junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya; y a ellas, a ellas iremos, siguiendo el ejemplo y para realizar la obra de los Héroes de Junio de 1959, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, el espíritu de la revolución….porque no nos quedará, entonces, otra alternativa, que la de libertad o muerte”.
Con esas palabras, Tavárez Justo advertía al gobierno del Triunvirato que la lucha armada era la vía que dejaban a las fuerzas democráticas que reclamaban la vuelta a la constitucionalidad, quebrada con el golpe de Estado al profesor Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.
El Movimiento 14 de Junio (1J4) representaba en ese momento la más genuina fuerza política del país y luchaba contra los remanentes de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo que habían promovido el golpe de Estado a Bosch y que ostentaban el poder en un triunvirato compuesto por Emilio de los Santos, Enrique Tavárez Espaillat y Ramón Tapia Espinal.
La noche 28 de noviembre el 1J4 dio inicio a una insurrección, con seis frentes guerrilleros. En el más importante, ubicado en Las Manaclas, estaba Manolo Tavárez Justo. Los demás estaban en El Seibo, San Francisco de Macorís, Altamira, Bonao-San José de Ocoa y Sierra de Bahoruco.
A los pocos días los frentes guerrilleros fueron diezmados y en el encabezado por Tavárez Justo se dieron situaciones de indecisión, ya que algunos de los combatientes plantearon deponer las armas y acogerse a las promesas del integrante del triunvirato Tavárez Espaillat, de que se les respetaría la vida, mientras otros prefirieron morir en combate por desconfianza a dichas promesas.
Entre éstos se encontraban José Crespo, José Daniel Ariza, Luis Peláez, Napoleón Méndez (Polón), y Rafael Reyes (Pitifia).
Es cuando Manolo envió a Emilio Cordero Michel frente a un grupo de hombres a informar al comando del Ejército Nacional que bajarían de las montañas en son de paz y portando banderas blancas.
Cuando el grupo se encontró con el Ejército fueron barridos de inmediato, cayendo muertos Leonte Antonio Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi). Emilio Cordero Michel salvó la vida por cosas del destino, y levemente herido fue llevado ante el comando de operaciones, al frente del cual se encontraba el general Ramiro Matos González, quien había acumulado experiencia en contrainsurgencia al enfrentar el desembarco de Constanza, Maimón y Estero Hondo en 1949.
“Todos morirán”
De acuerdo con la versión de Chaljub Mejía, un herido Cordero Michel le informó a Matos González de la intención del líder del 1J4 de entregarse y que como señal bajarían portando banderas blancas. “Aunque traigan banderas blancas de paz, todos morirán” fue la respuesta. Pero a Manolo y el grupo se le hizo saber que el mando militar acogería su rendición.
Al llegar al centro de comando, los 15 guerrilleros fueron apresados. Conociendo ya la suerte que les esperaba, Tavárez Justo asumió la total responsabilidad de la insurrección, tratando de salvar la vida de los demás insurgentes, pero fue en vano.
Tavárez Justo trató de salvar a los insurgentes
El fusilamiento de Manolo Tavárez Justo y los otros 14 insurgentes que bajaron con él de las montañas es descrito como un acto lleno de crueldad y de tortura.
A pesar de las argumentaciones de Manolo, abogado conocedor de pactos como la Convención de Ginebra, Jaime Socías, José Cabrera, Juan Martínez, Jesús Barreiro, José Daniel Fernández, Rubén Díaz, Domingo Sánchez, Manuel de Js. Founder, Leonte Schott, Fernando Martínez, Antonio Filión, Caonabo Abel, Manuel de los Santos, Alfredo Peralta, Francisco Bueno, y Rubén Alfonso Marte Guazo fueron cayendo uno a uno a los pies del líder. Finalmente, la fusilería segó la vida del político que murió guerrillero.
Manolo
“Óiganlo, señores de la reacción, el 14 de Junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya”.
La versión es de Rafael Chaljub Mejía, quien con 21 años acompañó a Tavárez Justo en la insurrección, y quien cree que ese hecho merece ser investigado y llevar ante los tribunales a quienes mataron al líder del 1J4 y sus compañeros que habían depuesto las armas.
La insurrección
“Óiganlo, señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el 14 de Junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya; y a ellas, a ellas iremos, siguiendo el ejemplo y para realizar la obra de los Héroes de Junio de 1959, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, el espíritu de la revolución….porque no nos quedará, entonces, otra alternativa, que la de libertad o muerte”.
Con esas palabras, Tavárez Justo advertía al gobierno del Triunvirato que la lucha armada era la vía que dejaban a las fuerzas democráticas que reclamaban la vuelta a la constitucionalidad, quebrada con el golpe de Estado al profesor Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.
El Movimiento 14 de Junio (1J4) representaba en ese momento la más genuina fuerza política del país y luchaba contra los remanentes de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo que habían promovido el golpe de Estado a Bosch y que ostentaban el poder en un triunvirato compuesto por Emilio de los Santos, Enrique Tavárez Espaillat y Ramón Tapia Espinal.
La noche 28 de noviembre el 1J4 dio inicio a una insurrección, con seis frentes guerrilleros. En el más importante, ubicado en Las Manaclas, estaba Manolo Tavárez Justo. Los demás estaban en El Seibo, San Francisco de Macorís, Altamira, Bonao-San José de Ocoa y Sierra de Bahoruco.
A los pocos días los frentes guerrilleros fueron diezmados y en el encabezado por Tavárez Justo se dieron situaciones de indecisión, ya que algunos de los combatientes plantearon deponer las armas y acogerse a las promesas del integrante del triunvirato Tavárez Espaillat, de que se les respetaría la vida, mientras otros prefirieron morir en combate por desconfianza a dichas promesas.
Entre éstos se encontraban José Crespo, José Daniel Ariza, Luis Peláez, Napoleón Méndez (Polón), y Rafael Reyes (Pitifia).
Es cuando Manolo envió a Emilio Cordero Michel frente a un grupo de hombres a informar al comando del Ejército Nacional que bajarían de las montañas en son de paz y portando banderas blancas.
Cuando el grupo se encontró con el Ejército fueron barridos de inmediato, cayendo muertos Leonte Antonio Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi). Emilio Cordero Michel salvó la vida por cosas del destino, y levemente herido fue llevado ante el comando de operaciones, al frente del cual se encontraba el general Ramiro Matos González, quien había acumulado experiencia en contrainsurgencia al enfrentar el desembarco de Constanza, Maimón y Estero Hondo en 1949.
“Todos morirán”
De acuerdo con la versión de Chaljub Mejía, un herido Cordero Michel le informó a Matos González de la intención del líder del 1J4 de entregarse y que como señal bajarían portando banderas blancas. “Aunque traigan banderas blancas de paz, todos morirán” fue la respuesta. Pero a Manolo y el grupo se le hizo saber que el mando militar acogería su rendición.
Al llegar al centro de comando, los 15 guerrilleros fueron apresados. Conociendo ya la suerte que les esperaba, Tavárez Justo asumió la total responsabilidad de la insurrección, tratando de salvar la vida de los demás insurgentes, pero fue en vano.
Tavárez Justo trató de salvar a los insurgentes
El fusilamiento de Manolo Tavárez Justo y los otros 14 insurgentes que bajaron con él de las montañas es descrito como un acto lleno de crueldad y de tortura.
A pesar de las argumentaciones de Manolo, abogado conocedor de pactos como la Convención de Ginebra, Jaime Socías, José Cabrera, Juan Martínez, Jesús Barreiro, José Daniel Fernández, Rubén Díaz, Domingo Sánchez, Manuel de Js. Founder, Leonte Schott, Fernando Martínez, Antonio Filión, Caonabo Abel, Manuel de los Santos, Alfredo Peralta, Francisco Bueno, y Rubén Alfonso Marte Guazo fueron cayendo uno a uno a los pies del líder. Finalmente, la fusilería segó la vida del político que murió guerrillero.
Manolo
“Óiganlo, señores de la reacción, el 14 de Junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya”.
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