Paleros.
José Antonio Jiménez era Balá
Una calle de Alma Rosa, en Santo Domingo Este, rinde homenaje
al “tristemente célebre” jefe de los paleros, quien en los meses
posteriores al trujillicidio dirigió una banda de malhechores que
reprimía a luchadores antitrujilistas
El nombre de “José Antonio Jiménez”, que lleva una avenida de
“Las Palmas de Alma Rosa”, debería ser eliminado y colocar en su lugar
el de un patriota de los que en 1961, al ser eliminado Trujillo,
resistieron los intentos de Balaguer y de Ramfis por evitar el final de
la dictadura.
Alejandro Paulino Ramos formuló esa propuesta porque, según sus investigaciones, la calle rinde homenaje al “tristemente célebre” jefe de los paleros apodado “Balá”, quien en los meses posteriores al trujillicidio dirigió una banda de malhechores que reprimía a luchadores antitrujilistas. Se le acusó de incendiar Radio Caribe y atribuirlo a miembros del Movimiento Popular Dominicano, entre los cuales resultaron muertos y heridos cuando el pandillero asaltó su local en la avenida Duarte.
El subdirector del Archivo General de la Nación, quien residió en esa zona y conoció al temible bandolero que se autoproclamaba “El patriota”, fue informado de que la designación es obra de una abogada que fue prominente trujillista, miembro destacada del Partido Dominicano y amiga de “Balá”, a quien ocultó en su residencia en 1966 cuando éste fue libertado de la cárcel por una presunta llamada del presidente Héctor García Godoy al jefe de la Policía Nacional, Hermán Despradel Brache, que el mandatario desmintió. Entonces también fueron liberados Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Mayeta (Manota), Néstor Antonio Pérez Terrero y Ciriaco de la Rosa Luciano, acusados de asesinar a las hermanas Mirabal. García Godoy ordenó la recaptura de todos pero ninguno fue reapresado.
Paulino Ramos significó que la amiga de Jiménez era la dueña de los terrenos donde está la cuestionada vía, “los dividió en solares y puso nombres a las calles. La principal la bautizó “José Antonio Jiménez”. Comenzó a vender en 1972, momento, añade, “en que se estaba inaugurando la “San Vicente de Paul”, lo que dio valor a esas tierras. Agrega que la señora vivió y ejerció en la zona y que todavía están allí su residencia y el bufete de abogados.
En 1972 y 1973 no hay resolución del Ayuntamiento del Distrito Nacional avalando la denominación. El historiador pidió que el Concejo de Regidores investigue “y si sus hallazgos coinciden con las explicaciones que estoy dando, que actúe en justicia”.
Paulino Ramos describe la trayectoria de “Balá”, hasta su muerte, en un libro sobre historia política contemporánea que tiene en preparación.
Es posible que si realmente se trata de “Balá”, haya pasado inadvertido porque pocos conocieron al presunto homenajeado por su nombre, sino por el apodo. “¿Cómo estableció Alejandro Paulino Ramos que se trata del “tristemente” recordado palero?
“A través de consultas con personas de esa época que vivieron en el barrio en el que también tuve mi domicilio. Además de que es muy coincidente que él viviera en esa casa, en ese sector, y fuera amigo de quien señalizó las calles. Creo que ese nombre no se lo puso el Ayuntamiento y me gustaría saber si es a otra persona, con igual identificación, a la que se reconoce”, respondió.
Aclaró que no se refiere a la parte de los terrenos ocupada en abril de 1965 “desde la calle “César Linval” hasta la Carretera de Mendoza” sino a la restante. Manifestó que es una arteria “bastante larga, pero sólo lleva el nombre “José Antonio Jiménez” desde la San Vicente de Paul hasta la Carretera Mella. Ahí comienza el barrio “La 40”, de Los Mina.
Trágico final de “Balá”. Alejandro Paulino consigna que “Balá” vivió en lo que es hoy “Las palmas de Alma Rosa” en 1963 y que en 1961 su morada estuvo en la calle “Enriquillo”, de Villa Francisca. Entonces pertenecía al Partido Dominicano y por esa condición recibía comida para repartir a pobres. Tenía un taller de ebanistería. A partir de julio de 1961 preparó en el negocio los garrotes con que azotaba a los opositores a los remanentes del trujillato. Andaba en un camión que rezaba: “Aquí están Balá y sus 200 hombres”, recuerda.
El funesto personaje atacó a manifestantes de los primeros mítines por la democracia, entre ellos el muy concurrido del PRD realizado en el parque “Colón”. “Balá y sus paleros arrastraban sin compasión a los heridos. Su lugarteniente era Virgilio Martínez, mejor conocido como “Quinielita”, y además se encontraban otros como Pedro Vásquez, Eduardo Pérez Miniño, Domingo Figueroa, Pascasio García, Rafael Antonio Félix Báez, Agustín Berroa, Rafael Arias Richardson y Fernando A. Jiménez Herrera”, apunta Paulino en el texto inédito.
El 12 de febrero de 1963, “Balá” fue condenado a diez años de prisión acusado de “asociación de malhechores, incendio voluntario contra propiedad privada, porte ilegal de armas de fuego y propinar golpes y heridas voluntarias mientras dirigía el grupo Los Paleros”. Había sido apresado el día anterior, precisamente “en los alrededores del ensanche Alma Rosa, de esta ciudad”, se publicó.
Lo pusieron en libertad la noche del 6 de febrero y Despradel Brache declaró que la voz que le dio la orden por teléfono era “muy parecida” a la del presidente García Godoy.
Paulino Ramos asegura que Balá se movía libremente desde que Balaguer asumió el poder. “Volvió a su trabajo de ebanistería y se mudó a la calle “Seibo” 146 donde también instaló un taller”, declaró.
Entonces inició el reclamo de unos solares de su propiedad ubicados en la calle “Doctor Betances” esquina Barahona” que habían sido ocupados por las turbas a finales de 1961, narró el bibliotecólogo, y agregó que “Balá” se enemistó con un hijo, Víctor Antonio Jiménez, residente en esas tierras, porque supuestamente no las defendió. “Se decía que lo maltrataba y le decía que no debía llevar el apellido, pidiéndole que abandonara la vivienda”.
El muchacho, según datos de Paulino, pertenecía al MPD, “y aseguran que participó en la conjura para dar muerte a Balá”, lo que, aclara, “no he confirmado”. Pero fue apresado cuando mataron a “Balá” el 7 de diciembre de 1968, en la calle “Seibo”. Estaba junto a otros dos hijos pequeños cuyas fotos se publicaron entonces.
Un “Comando Clandestino Revolucionario “Miguel Fortuna” se responsabilizó de la muerte.
La calle
La avenida que supuestamente reconoce la infausta memoria de “Balá” nace en la calle “Primera” de “Las palmas de Alma Rosa”, atraviesa la “San Vicente de Paul” y se extiende hasta el “Reparto Alma Rosa”.
Alejandro Paulino Ramos formuló esa propuesta porque, según sus investigaciones, la calle rinde homenaje al “tristemente célebre” jefe de los paleros apodado “Balá”, quien en los meses posteriores al trujillicidio dirigió una banda de malhechores que reprimía a luchadores antitrujilistas. Se le acusó de incendiar Radio Caribe y atribuirlo a miembros del Movimiento Popular Dominicano, entre los cuales resultaron muertos y heridos cuando el pandillero asaltó su local en la avenida Duarte.
El subdirector del Archivo General de la Nación, quien residió en esa zona y conoció al temible bandolero que se autoproclamaba “El patriota”, fue informado de que la designación es obra de una abogada que fue prominente trujillista, miembro destacada del Partido Dominicano y amiga de “Balá”, a quien ocultó en su residencia en 1966 cuando éste fue libertado de la cárcel por una presunta llamada del presidente Héctor García Godoy al jefe de la Policía Nacional, Hermán Despradel Brache, que el mandatario desmintió. Entonces también fueron liberados Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Mayeta (Manota), Néstor Antonio Pérez Terrero y Ciriaco de la Rosa Luciano, acusados de asesinar a las hermanas Mirabal. García Godoy ordenó la recaptura de todos pero ninguno fue reapresado.
Paulino Ramos significó que la amiga de Jiménez era la dueña de los terrenos donde está la cuestionada vía, “los dividió en solares y puso nombres a las calles. La principal la bautizó “José Antonio Jiménez”. Comenzó a vender en 1972, momento, añade, “en que se estaba inaugurando la “San Vicente de Paul”, lo que dio valor a esas tierras. Agrega que la señora vivió y ejerció en la zona y que todavía están allí su residencia y el bufete de abogados.
En 1972 y 1973 no hay resolución del Ayuntamiento del Distrito Nacional avalando la denominación. El historiador pidió que el Concejo de Regidores investigue “y si sus hallazgos coinciden con las explicaciones que estoy dando, que actúe en justicia”.
Paulino Ramos describe la trayectoria de “Balá”, hasta su muerte, en un libro sobre historia política contemporánea que tiene en preparación.
Es posible que si realmente se trata de “Balá”, haya pasado inadvertido porque pocos conocieron al presunto homenajeado por su nombre, sino por el apodo. “¿Cómo estableció Alejandro Paulino Ramos que se trata del “tristemente” recordado palero?
“A través de consultas con personas de esa época que vivieron en el barrio en el que también tuve mi domicilio. Además de que es muy coincidente que él viviera en esa casa, en ese sector, y fuera amigo de quien señalizó las calles. Creo que ese nombre no se lo puso el Ayuntamiento y me gustaría saber si es a otra persona, con igual identificación, a la que se reconoce”, respondió.
Aclaró que no se refiere a la parte de los terrenos ocupada en abril de 1965 “desde la calle “César Linval” hasta la Carretera de Mendoza” sino a la restante. Manifestó que es una arteria “bastante larga, pero sólo lleva el nombre “José Antonio Jiménez” desde la San Vicente de Paul hasta la Carretera Mella. Ahí comienza el barrio “La 40”, de Los Mina.
Trágico final de “Balá”. Alejandro Paulino consigna que “Balá” vivió en lo que es hoy “Las palmas de Alma Rosa” en 1963 y que en 1961 su morada estuvo en la calle “Enriquillo”, de Villa Francisca. Entonces pertenecía al Partido Dominicano y por esa condición recibía comida para repartir a pobres. Tenía un taller de ebanistería. A partir de julio de 1961 preparó en el negocio los garrotes con que azotaba a los opositores a los remanentes del trujillato. Andaba en un camión que rezaba: “Aquí están Balá y sus 200 hombres”, recuerda.
El funesto personaje atacó a manifestantes de los primeros mítines por la democracia, entre ellos el muy concurrido del PRD realizado en el parque “Colón”. “Balá y sus paleros arrastraban sin compasión a los heridos. Su lugarteniente era Virgilio Martínez, mejor conocido como “Quinielita”, y además se encontraban otros como Pedro Vásquez, Eduardo Pérez Miniño, Domingo Figueroa, Pascasio García, Rafael Antonio Félix Báez, Agustín Berroa, Rafael Arias Richardson y Fernando A. Jiménez Herrera”, apunta Paulino en el texto inédito.
El 12 de febrero de 1963, “Balá” fue condenado a diez años de prisión acusado de “asociación de malhechores, incendio voluntario contra propiedad privada, porte ilegal de armas de fuego y propinar golpes y heridas voluntarias mientras dirigía el grupo Los Paleros”. Había sido apresado el día anterior, precisamente “en los alrededores del ensanche Alma Rosa, de esta ciudad”, se publicó.
Lo pusieron en libertad la noche del 6 de febrero y Despradel Brache declaró que la voz que le dio la orden por teléfono era “muy parecida” a la del presidente García Godoy.
Paulino Ramos asegura que Balá se movía libremente desde que Balaguer asumió el poder. “Volvió a su trabajo de ebanistería y se mudó a la calle “Seibo” 146 donde también instaló un taller”, declaró.
Entonces inició el reclamo de unos solares de su propiedad ubicados en la calle “Doctor Betances” esquina Barahona” que habían sido ocupados por las turbas a finales de 1961, narró el bibliotecólogo, y agregó que “Balá” se enemistó con un hijo, Víctor Antonio Jiménez, residente en esas tierras, porque supuestamente no las defendió. “Se decía que lo maltrataba y le decía que no debía llevar el apellido, pidiéndole que abandonara la vivienda”.
El muchacho, según datos de Paulino, pertenecía al MPD, “y aseguran que participó en la conjura para dar muerte a Balá”, lo que, aclara, “no he confirmado”. Pero fue apresado cuando mataron a “Balá” el 7 de diciembre de 1968, en la calle “Seibo”. Estaba junto a otros dos hijos pequeños cuyas fotos se publicaron entonces.
Un “Comando Clandestino Revolucionario “Miguel Fortuna” se responsabilizó de la muerte.
La calle
La avenida que supuestamente reconoce la infausta memoria de “Balá” nace en la calle “Primera” de “Las palmas de Alma Rosa”, atraviesa la “San Vicente de Paul” y se extiende hasta el “Reparto Alma Rosa”.
La señora de los terremotos se llamaba luz saldaña
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