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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

martes, 31 de marzo de 2020

Lo que mas me aterra

Omar Rancier
Por Omar Rancier.
Cada mañana, desde que se declaró la cuarentena por la epidemia, me paro en mi balcón, veo el cielo azul y brillante, siento la brisa fresca. Oigo y veo gorriones y palomas revolotear entre las ramas de la trinitaria que trepa por los balcones del edificio. Veo la calle, desierta y sin vehículos,  todo esto me parece un día festivo cualquiera. ¡todo tan normal!

El Conde Peatonal, vacío, desolado, sin un alma, a plena luz del día

He pasado por otras situaciones de emergencia en la que se decretaron quedas y, mas que cuarentenas, acuartelamientos voluntarios. Desde los de el ajusticiamiento de Trujillo en el 1961, cuando el silencio se hizo físico sobre una ciudad desconcertada, asediada en su momento por los “paleros de Balá”. Durante el golpe de estado a Bosch el 25 de septiembre de 1963 , con la irrupción en el escenario nacional de los “cascos blancos” y la ofrenda de Manolo y los muchachos del 14 de junio, herederos de la Raza inmortal del 59, que demostraron con creces que bien sabían donde estaban “las escarpadas montañas de Quisqueya”.
Luego vino la guerra de abril del 65, con aviones y barcos disparando al Palacio Nacional, un pueblo en armas reclamando la Constitución del 63, los muertos en las aceras, la fatídica invasión de los “cuarenta y cinco mil hijos de perra” del Versainograma a Santo Domingo de Neruda y el coronel heroico asumiendo el rol que los políticos no asumieron solo para caer asesinado posteriormente, de nuevo, en las montañas de Quisqueya.
En 1979, con apenas un año del mejor de los gobiernos que hemos tenido en nuestra joven vida democrática, nos azotan el huracán David y la tormenta Federico, que destruyen buena parte de la infraestructura del país, principalmente de la ciudad de Santo Domingo, causando muerte y desolación a su paso y dejándonos sin suministro de agua y sin energía eléctrica varias semanas.
En 1984, de nuevo en abril, durante el gobierno de Jorge Blanco, tuvimos la poblada posterior a Semana Santa. Ese día recuerdo haber salido con Emilio Brea muy temprano hacia San Pedro de Macorís, donde impartíamos docencia. Era día de pago y la idea era ir a cobrar. Saliendo de la ciudad, en mi pequeño Mazda 323, cruzando el puente de la bicicleta, notamos una serie de columnas de humo que subían a lo lejos pero no le dimos importancia. En San Pedro, en el restaurant donde almorzábamos, se nos acercó un mozo y nos dijo “ Ustedes son de la capital, ¿verdad? ¿Y no saben lo que está pasando?” así nos enteramos de la poblada y los muertos. Apenas pudimos cruzar el puente de regreso.
En el 1998 fue el huracán George quien golpea la capital, aunque no con tanta fuerza como en 79. La ciudad quedó en silencio y solo se oía, en los barrios marginales, el continuo martilleo que testimoniaba la reconstrucción de las casuchas devastadas, un increíble ejercicio de resiliencia urbana que tuve la oportunidad de vivir acompañado por Pablo Morel, Geo Ripley, Luis Guzmán y Oscar Barahona, cuando trabajábamos el proyecto RESURE.
En todas esas situaciones la ciudad estaba físicamente afectada, destruida, desordenada. El peligro era evidente: tiroteos, ventarrones y patrullas disparando. Se veían los arboles y postes tirados en medio de las calles. Oíamos los tiros y nos enterábamos del amigo muerto por los disparos de los yanquis
En esta ocasión, nada parece afectado,  todo parece normal.
Como dice la canción de los Beatles Dear Prudence (https://www.youtube.com/watch?v=wQA59IkCF5I):
The sun is up, the sky is blue
It’s beautiful and so are you
Como decía al principio:
Cada mañana, desde que se declaró la cuarentena por la epidemia, me paro en mi balcón, veo el cielo azul y brillante, siento la brisa fresca. Oigo y veo gorriones y palomas revolotear entre las ramas de la trinitaria que trepa por los balcones del edificio. Veo la calle, desierta y sin vehículos,  todo esto me parece un día festivo cualquiera. ¡todo tan normal!
Sólo nos queda el silencio.
¡Y eso es lo que mas me aterra!

Una batalla distinta

Carmen Imbert Brugal.
Carmen Imbert Brugal
Antes del Covid-19 todo era conquistable y adquirible. Al alcance de un click estaba el paraíso. Intruso, el virus invadió el planeta y la realidad se adueñó de la fantasía.  Indetenibles las escenas dantescas, retan creencias, usos, hábitos. Ceremoniales de despedida sin dolientes. Agonías sin abrazos. El dolor carcomiendo la individualidad que hasta enero era protagonista. Es el medioevo, oscurantismo en busca de hechiceros, agotamiento de paradigmas y de opciones.  El santo grial es la vacuna que pueda permitirnos vivir sin Covid-19. Caen una tras otras las personas que nunca soñaron con la finitud. Nada parecido a la invulnerabilidad occidental tentada el 11 de septiembre del 2001 y el 11 de marzo de 2004. Nada. Hoy el mundo ni es ancho ni es ajeno, es único en la desgracia.  ¿Cómo llegamos a esto si nos pertenecía el planeta? ¿Cómo, si fuimos capaces de rejuvenecer y reinventarnos, de jugar con pócimas, retar arrugas y achaques? ¿Cómo, si el patrimonio ha hecho invencibles a tantos y a otros los ha convertido en jueces sin mallete que condenan con la injuria y crean su propio universo de impunes? Clientela de intocables, gracias al capricho y a la connivencia.
El papa Francisco, en su homilía urbi et orbi mostró al planeta su doliente humanidad, conmoviendo a creyentes, agnósticos, ateos. La desolación de la Plaza de San Pedro, al momento del clamor de Jorge Bergoglio, el día 27, es semejante a la desolación universal. El Director de la Organización Mundial de la Salud-OMS-Tedros Adhanom, reitera, a cada instante, su llamado a la solidaridad. Cuando esboza el protocolo para enfrentar la pandemia, adoptado por el estado dominicano, y sus actualizaciones repite: Solidaridad. En esta dramática e inédita situación, el Director insiste: “Esto no es solo una amenaza para personas o países individuales. Todos estamos juntos en esto, y solo podemos salvar vidas juntos.”  Y aquí, bajo palmeras, entre trigales inexistentes, se revuelve la rabia de los inconformes que no alcanzan la categoría de ciudadanos. Esos “habitantes” como los bautiza Moscoso Puello, en sus “Cartas a Evelina”, sin conciencia nacional, reniegan no solo de la condición de ciudadanos sino de personas. Se divierten difundiendo el indecoroso discurso de la falacia. Saduceos y fariseos inclementes, con derecho adquirido para reclamar, sin importarles la congoja, la pendencia, el esfuerzo comunitario, los desvelos.
Un día como hoy ocurrió “La Batalla de Santiago” proeza que permitió avalar lo ocurrido el 27 de febrero del año 1844, apuntalada en Azua el día 19. La acción resaltó el talante de quienes apuestan por una causa y no se detienen hasta lograr el objetivo. Aquel embate expuso la creatividad en la urgencia. Los comandantes de las tropas dominicanas usaron un oportuno ardid que provocó la desazón en el ejército enemigo. El general Pierrot solicitó una tregua para disponer de las víctimas caídas en combate y mientras negociaban las condiciones, los generales   nuestros exhibieron un impreso que anunciaba la muerte de Charles Rivière-Hérard. El texto apócrifo, azuzó a Pierrot. Su ambición pautó la retirada pensando que relevaría al difunto.  Cuando se percataron de la estratagema ya no había vuelta atrás. La batalla hoy es distinta. Otras las armas y la estrategia. Distinto el terreno y la emboscada. Diferente el ánimo y la arenga. 176 años después de aquel 30 de marzo que permitió ratificar la existencia de la República Dominicana, recordar la gesta aviva la esperanza y desafía la calidad del ser nacional. El temple de un pueblo que puede y sabe vencer la adversidad, a pesar de una minoría aviesa, temeraria e incansable, que apuesta al desastre desde antes y en el vórtice del desastre mismo. Omitida la piedad durante el Estado de Emergencia, retuercen hechos y difunden bulos con el objetivo de intrigar, amedrentar. Conocen las consecuencias del miedo y optan por el odio para redituar. Su agenda es inmutable. No hay fuerza humana ni natural, capaz de alterar el contenido. Esta batalla se gana juntos. Perderla, afecta a todos. La arrogante inclemencia debería entenderlo.

Yuval Noah Harari: El mundo después del coronavirus

Yuval Noah Harari: El mundo después del coronavirus
Yuval Noah Harari.
El autor alerta de los peligros de las tecnologías de la vigilancia sobre la población a propósito del coronavirus, así como del vacío de liderazgo en la política mundial para acometer esta crisis, pero también de la posibilidad que estas tecnologías ofrecen para controlar a los gobiernos y la oportunidad de la ciudadanía de apostar por la solidaridad mundial.

Esta tormenta pasará. Pero las decisiones que tomemos ahora podrían cambiar nuestras vidas en años venideros.

Yuval Noah Harari, 20 Marzo 2020. Publicado originalmente en The Financial Times.
La humanidad se enfrenta ahora a una crisis global. Quizás la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que la gente y los gobiernos tomen en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los años venideros. No sólo darán forma a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política y cultura. Debemos actuar con rapidez y decisión. También debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre las diferentes alternativas, deberíamos preguntarnos no sólo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué clase de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros todavía estaremos vivos – pero habitaremos un mundo diferente. 
Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en una constante de nuestras vidas. Esa es la naturaleza de las emergencias. Adelantan los procesos históricos. Decisiones que en tiempos normales podrían llevar años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Tecnologías inmaduras e incluso peligrosas son puestas en servicio, porque los riesgos de no hacer nada son mayores. Países enteros sirven como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala. ¿Qué sucede cuando todo el mundo trabaja desde casa y se comunica sólo a distancia? ¿Qué sucede cuando escuelas y universidades enteras se conectan a Internet? En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y los consejos educativos nunca estarían de acuerdo en realizar tales experimentos. Pero estos no son tiempos normales. 
En esta época de crisis, nos enfrentamos a dos opciones particularmente importantes. La primera es escoger entre la vigilancia totalitaria o el empoderamiento de los ciudadanos. La segunda es elegir entre el aislamiento nacionalista o la solidaridad global. 
Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, la tecnología permite controlar a todo el mundo todo el tiempo. Hace 50 años, la KGB no podía seguir a 240 millones de ciudadanos soviéticos las 24 horas del día
Vigilancia subcutánea
Para detener la epidemia, poblaciones enteras deben cumplir con ciertas pautas. Hay dos formas principales de lograrlo. Un método es que el gobierno controle a la gente y castigue a los que rompen las reglas. Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, la tecnología permite controlar a todo el mundo todo el tiempo. Hace 50 años, la KGB no podía seguir a 240 millones de ciudadanos soviéticos las 24 horas del día, ni podía esperar procesar eficazmente toda la información recogida. La KGB dependía de agentes y analistas humanos, y no podía colocar a un agente humano para seguir a cada ciudadano. Pero ahora los gobiernos pueden confiar en sensores omnipresentes y poderosos algoritmos en lugar de espías de carne y hueso.
En su batalla contra la epidemia de coronavirus, varios gobiernos ya han desplegado las nuevas herramientas de vigilancia. El caso más notable es el de China. Mediante una estrecha vigilancia de los teléfonos inteligentes de las personas, el uso de cientos de millones de cámaras de reconocimiento facial y la obligación de comprobar e informar sobre la temperatura corporal y el estado de salud de las personas, las autoridades chinas no sólo pueden identificar rápidamente a los presuntos portadores del coronavirus, sino también seguir sus movimientos e identificar a cualquiera con el que hayan estado en contacto. Una serie de aplicaciones móviles advierten a los ciudadanos sobre su proximidad a los pacientes infectados. 
Este tipo de tecnología no se limita al este de Asia. El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, autorizó recientemente a la Agencia de Seguridad de Israel a desplegar tecnología de vigilancia normalmente reservada para combatir a los terroristas para rastrear a los pacientes con coronavirus. Cuando el subcomité parlamentario competente se negó a autorizar la medida, Netanyahu la impuso con un «decreto de emergencia».
Se podría argumentar que no hay nada nuevo en todo esto. En los últimos años, tanto los gobiernos como las empresas han utilizado tecnologías cada vez más sofisticadas para rastrear, vigilar y manipular a las personas. Sin embargo, si no tenemos cuidado, la epidemia podría marcar un hito importante en la historia de la vigilancia. No sólo porque podría normalizar el despliegue de herramientas de vigilancia masiva en países que hasta ahora las han rechazado, sino más aún porque significa una transición dramática de la vigilancia «sobre la piel» a la vigilancia «bajo la piel». 
Hasta ahora, cuando tu dedo tocaba la pantalla de tu smartphone y hacía clic en un enlace, el gobierno quería saber exactamente sobre qué estaba haciendo clic tu dedo. Pero con el coronavirus, el foco de interés cambia. Ahora el gobierno quiere saber la temperatura de tu dedo y la presión sanguínea bajo su piel. 
El pudín de emergencia
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos al trabajar en la vigilancia es que ninguno de nosotros sabe exactamente cómo se nos vigila, y lo que los años venideros podrían traer. La tecnología de vigilancia se está desarrollando a una velocidad vertiginosa, y lo que parecía ciencia-ficción hace 10 años es hoy en día una noticia vieja. A modo de experimento, piense en un hipotético gobierno que exige que cada ciudadano lleve un brazalete biométrico que monitorice la temperatura corporal y el ritmo cardíaco las 24 horas del día. Los datos resultantes son acumulados y analizados por los algoritmos del gobierno. Los algoritmos sabrán que estás enfermo incluso antes de que te des cuenta, y también sabrán dónde has estado y a quién has conocido. Las cadenas de infección podrían acortarse drásticamente, e incluso cortarse por completo. Se podría decir que tal sistema podría detener la epidemia en su camino de contagio en cuestión de días. Suena maravilloso, ¿verdad?
La monitorización biométrica haría que las tácticas de hackeo de datos de Cambridge Analytica parecieran algo de la Edad de Piedra. Imagina a Corea del Norte en 2030, cuando cada ciudadano tenga que llevar un brazalete biométrico las 24 horas del día. Si escuchas un discurso del Gran Líder y el brazalete capta las señales de ira, estás acabado
La desventaja es, por supuesto, que esto daría legitimidad a un nuevo y aterrador sistema de vigilancia. Si sabes, por ejemplo, que he hecho clic en un enlace de Fox News en lugar de un enlace de la CNN, eso puede enseñarte algo sobre mis puntos de vista políticos y tal vez incluso mi personalidad. Pero si puedes vigilar lo que sucede con mi temperatura corporal, presión sanguínea y ritmo cardíaco mientras veo el video clip, puedes averiguar lo que me hace reír, lo que me hace llorar y lo que me hace enojar mucho. 
Es crucial recordar que la ira, la alegría, el aburrimiento y el amor son fenómenos biológicos como la fiebre y la tos. La misma tecnología que identifica la tos también podría identificar las risas. Si las empresas y los gobiernos empiezan a recoger nuestros datos biométricos en masa, pueden llegar a conocernos mucho mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos, y entonces no sólo pueden predecir nuestros sentimientos sino también manipularlos y vendernos lo que quieran, ya sea un producto o un político. La monitorización biométrica haría que las tácticas de hackeo de datos de Cambridge Analytica parecieran algo de la Edad de Piedra. Imagina a Corea del Norte en 2030, cuando cada ciudadano tenga que llevar un brazalete biométrico las 24 horas del día. Si escuchas un discurso del Gran Líder y el brazalete capta las señales de ira, estás acabado.
Se podría, por supuesto, abogar por la vigilancia biométrica como una medida temporal tomada durante un estado de emergencia. Desaparecería una vez que la emergencia haya terminado. Pero las medidas temporales tienen el desagradable hábito de durar más que las emergencias, especialmente porque siempre hay una nueva emergencia acechando en el horizonte. Mi país natal, Israel, por ejemplo, declaró el estado de emergencia durante su Guerra de Independencia de 1948, lo que justificó una serie de medidas temporales, desde la censura de prensa y la confiscación de tierras hasta reglamentos especiales para hacer pudín (no bromeo). La Guerra de Independencia se ganó hace mucho tiempo, pero Israel nunca declaró el estado de emergencia, y no ha logrado abolir muchas de las medidas «temporales» de 1948 (el decreto de emergencia del pudín fue abolido misericordiosamente en 2011). 
Incluso cuando las infecciones por coronavirus se han reducido a cero, algunos gobiernos ávidos de datos podrían argumentar que necesitan mantener los sistemas de vigilancia biométrica porque temen una segunda oleada de coronavirus, o porque hay una nueva cepa de Ébola que está evolucionando en África central, o porque… ya se hacen a la idea. En los últimos años se ha librado una gran batalla por nuestra privacidad. La crisis del coronavirus podría ser el punto de inflexión de la batalla. Porque cuando a la gente se le da a elegir entre la privacidad y la salud, normalmente elige la salud.
La policía del jabón
Pedirle a la gente que elija entre la privacidad y la salud es, de hecho, la raíz misma del problema. Porque esta es una falsa elección. Podemos y debemos disfrutar tanto de la privacidad como de la salud. Podemos elegir proteger nuestra salud y detener la epidemia de coronavirus no instituyendo regímenes de vigilancia totalitarios, sino más bien dando poder a los ciudadanos. En las últimas semanas, algunos de los esfuerzos más exitosos para contener la epidemia de coronavirus fueron orquestados por Corea del Sur, Taiwán y Singapur. Aunque estos países han hecho también cierto uso de las aplicaciones de rastreo, han confiado mucho más en las pruebas exhaustivas, en la información honesta y en la cooperación voluntaria de una población bien informada. 
La vigilancia centralizada y los castigos severos no son la única forma de hacer que la gente cumpla con las directrices beneficiosas. Cuando a la gente se le comunican los hechos científicos, y cuando la gente confía en que las autoridades públicas les comuniquen estos hechos, los ciudadanos pueden hacer lo correcto incluso sin un Gran Hermano que les vigile. Una población auto-motivada y bien informada es usualmente mucho más poderosa y efectiva que una población ignorante y vigilada. 
Considere, por ejemplo, lavarse las manos con jabón. Este ha sido uno de los mayores avances de la historia de la higiene humana. Esta simple acción salva millones de vidas cada año. Aunque lo damos por sentado ahora, fue sólo en el siglo XIX cuando los científicos descubrieron la importancia de lavarse las manos con jabón. Anteriormente, incluso los médicos y enfermeras iban de una operación quirúrgica a otra sin lavarse las manos. Hoy en día, miles de millones de personas se lavan las manos diariamente, no porque tengan miedo de la policía del jabón, sino porque entienden los hechos. Yo me lavo las manos con jabón porque he oído hablar de virus y bacterias, entiendo que estos pequeños organismos causan enfermedades, y sé que el jabón puede eliminarlas. 
En los últimos años, los políticos irresponsables han socavado deliberadamente la confianza en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación. Ahora estos mismos políticos irresponsables podrían sentirse tentados a tomar el camino del autoritarismo, argumentando que no se puede confiar en que el público haga lo correcto. 
Pero para lograr tal nivel de cumplimiento y cooperación, se necesita confianza. La gente necesita confiar en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación. En los últimos años, los políticos irresponsables han socavado deliberadamente la confianza en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación. Ahora estos mismos políticos irresponsables podrían sentirse tentados a tomar el camino del autoritarismo, argumentando que no se puede confiar en que el público haga lo correcto. 
Normalmente, la confianza que se ha erosionado durante años no puede reconstruirse de la noche a la mañana. Pero estos no son tiempos normales. En un momento de crisis, las mentes también pueden cambiar rápidamente. Puedes tener discusiones amargas con tus hermanos durante años, pero cuando ocurre alguna emergencia, de repente descubres una reserva oculta de confianza y amistad, y te apresuras a ayudar. En lugar de construir un régimen de vigilancia, no es demasiado tarde para reconstruir la confianza de la gente en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación. Definitivamente deberíamos hacer uso de las nuevas tecnologías también, pero estas tecnologías deberían servir para dar poder a los ciudadanos. Estoy a favor de controlar la temperatura de mi cuerpo y la presión sanguínea, pero esos datos no deberían utilizarse para crear un gobierno todopoderoso. Más bien, esos datos deberían permitirme tomar decisiones personales más informadas, y también hacer al gobierno responsable de sus decisiones. 
Si pudiera hacer un seguimiento de mi propia condición médica las 24 horas del día, aprendería no sólo si me he convertido en un peligro para la salud de otras personas, sino también qué hábitos contribuyen a mi salud. Y si pudiera acceder a estadísticas fiables sobre la propagación del coronavirus y analizarlas, podría juzgar si el gobierno me está diciendo la verdad y si está adoptando las políticas adecuadas para combatir la epidemia. Siempre que se hable de vigilancia, recuerde que la misma tecnología de vigilancia puede ser utilizada normalmente no sólo por los gobiernos para vigilar a los individuos, sino también por los individuos para vigilar a los gobiernos. 
La epidemia de coronavirus es, por lo tanto, una prueba importante de ciudadanía. En los días venideros, cada uno de nosotros debería decidir confiar en los datos científicos y en los expertos en salud, en lugar de en teorías de conspiración infundadas y en políticos egoístas. Si no tomamos la decisión correcta, podríamos encontrarnos renunciando a nuestras más preciadas libertades, pensando que es la única manera de salvaguardar nuestra salud.
Necesitamos un plan global
La segunda opción importante que enfrentamos es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad mundial. Tanto la propia epidemia como la crisis económica resultante son problemas globales. Sólo pueden resolverse eficazmente mediante la cooperación mundial. 
En primer lugar, para derrotar al virus necesitamos compartir información a nivel mundial. Esa es la gran ventaja de los humanos sobre los virus. Un coronavirus en China y un coronavirus en Estados Unidos no pueden intercambiar consejos sobre cómo infectar a los humanos. Pero China puede enseñar a los EE.UU. muchas lecciones valiosas sobre los coronavirus y cómo tratarlos. Lo que un médico italiano descubre en Milán por la mañana temprano podría salvar vidas en Teherán por la tarde. Cuando el gobierno del Reino Unido vacila entre varias políticas, puede obtener consejos de los coreanos que ya se han enfrentado a un dilema similar hace un mes. Pero para que esto suceda, necesitamos un espíritu de cooperación y confianza global. 
Los países deben estar dispuestos a compartir la información abiertamente y buscar humildemente asesoramiento, y deben poder confiar en los datos y las opiniones que reciben. También necesitamos un esfuerzo mundial para producir y distribuir equipo médico, sobre todo equipos de pruebas y máquinas respiratorias. En lugar de que cada país trate de hacerlo localmente y acapare cualquier equipo que pueda conseguir, un esfuerzo global coordinado podría acelerar enormemente la producción y asegurar que los equipos de urgencia sanitarios se distribuyan de forma más justa. Al igual que los países nacionalizan industrias clave durante una guerra, la guerra humana contra el coronavirus puede requerir que «humanicemos» las líneas de producción cruciales. Un país rico con pocos casos de coronavirus debería estar dispuesto a enviar un equipo precioso a un país más pobre con muchos casos, confiando en que cuando posteriormente necesite ayuda, otros países acudirán en su ayuda. 
Podríamos considerar un esfuerzo mundial similar para reunir personal médico. Los países actualmente menos afectados podrían enviar personal médico a las regiones más afectadas del mundo, tanto para ayudarles en su hora de necesidad como para adquirir una valiosa experiencia. Si más adelante el foco de la epidemia se desplaza, la ayuda podría empezar a fluir en la dirección opuesta. 
La cooperación mundial es vitalmente necesaria también en el frente económico. Dada la naturaleza global de la economía y de las cadenas de suministro, si cada gobierno se ocupa solo de lo suyo sin tener en cuenta a los demás, el resultado será el caos y una crisis cada vez más profunda. Necesitamos un plan de acción global, y lo necesitamos rápido. 
Otro requisito es llegar a un acuerdo mundial sobre los viajes. Suspender todos los viajes internacionales durante meses causará tremendas dificultades, y obstaculizará la guerra contra el coronavirus. Los países deben cooperar para permitir que al menos un pequeño grupo de viajeros esenciales sigan cruzando las fronteras: científicos, médicos, periodistas, políticos, empresarios. Esto puede hacerse alcanzando un acuerdo mundial sobre la pre evaluación de viajeros por parte de su país de origen. Si sabes que sólo se permite subir a un avión a los viajeros cuidadosamente supervisados, estarás más dispuesto a aceptarlos en tu propio país. 
Una parálisis colectiva se ha apoderado de la comunidad internacional. Parece que no hay adultos en la sala. Uno habría esperado ver ya hace semanas una reunión de emergencia de los líderes mundiales
Lamentablemente, en la actualidad los países apenas hacen ninguna de estas cosas. Una parálisis colectiva se ha apoderado de la comunidad internacional. Parece que no hay adultos en la sala. Uno habría esperado ver ya hace semanas una reunión de emergencia de los líderes mundiales para llegar a un plan de acción común. Los líderes del G7 lograron organizar una videoconferencia sólo esta semana, y no resultó en ningún plan de este tipo. 
En crisis mundiales anteriores, como la crisis financiera de 2008 y la epidemia del Ébola de 2014, los Estados Unidos asumieron el papel de líder mundial. Pero la actual administración de EE.UU. ha renunciado al trabajo de líder. Ha dejado muy claro que se preocupa por la grandeza de América mucho más que por el futuro de la humanidad. 
Esta administración ha abandonado incluso a sus aliados más cercanos. Cuando prohibió todos los viajes de la UE, no se molestó en dar a la UE ni siquiera un aviso previo, y mucho menos en consultar con la UE sobre esa drástica medida. Ha escandalizado a Alemania ofreciendo supuestamente mil millones de dólares a una empresa farmacéutica alemana para comprar los derechos de monopolio de una nueva vacuna Covid-19. Incluso si la administración actual finalmente cambia de rumbo y presenta un plan de acción global, pocos seguirían a un líder que nunca asume la responsabilidad, que nunca admite errores y que rutinariamente se adjudica todo el mérito a sí mismo mientras deja toda la culpa para los demás. 
Si el vacío dejado por los Estados Unidos no es llenado por otros países, no sólo será mucho más difícil detener la actual epidemia, sino que su legado seguirá envenenando las relaciones internacionales durante los próximos años. Sin embargo, cada crisis es también una oportunidad. Debemos esperar que la actual epidemia ayude a la humanidad a darse cuenta del grave peligro que supone la desunión mundial. 
La humanidad debe tomar una decisión. ¿Viajaremos por la ruta de la desunión o adoptaremos el camino de la solidaridad mundial? Si elegimos la desunión, esto no sólo prolongará la crisis, sino que probablemente dará lugar a catástrofes aún peores en el futuro. Si elegimos la solidaridad mundial, será una victoria no sólo contra el coronavirus, sino también contra todas las futuras epidemias y crisis que puedan asolar a la humanidad en el siglo XXI. 
Yuval Noah Harari es el autor de «Sapiens», «Homo Deus» y «21 Lecciones para el siglo XXI».

Las huellas del trujillismo

En España se ha creado una comisión para emprender cuarenta años después lo que nosotros  no hemos siquiera intentado cinco décadas y media después de la tiranía: eliminar todo vestigio del franquismo.  Tras la muerte de Franco en 1975 se inició allí un proceso de transición a la democracia. Pero aún quedan huellas del régimen por toda la geografía española, en calles, plazas, pueblos, museos y monumentos, que mantienen viva en la memoria las crueldades de la tiranía que siguió a una guerra civil en la que murieron un millón de personas tras el derrocamiento de la segunda República. La eliminación de esa herencia franquista cerraría de la memoria española una de sus etapas más oscuras.
Miguel Guerrero
Por Miguel Guerrero
Han transcurrido seis décadas del asesinato de Trujillo y las huellas de esa férrea etapa sigue viva en muchos aspectos de la vida nacional. Es cierto que se derrumbaron sus estatuas y bustos de plazas y avenidas, se proscribieron las actividades que tiendan a exaltarlo, se exiliaron a sus familiares más cercanos, se confiscaron muchos de sus bienes, no todos, y la capital recobró su nombre original. Pero con el tiempo, la transición que se engendró dentro del mismo régimen lo perpetuó y sus herederos, parapetados detrás de nuevos disfraces, lograron hacer del autoritarismo que lo caracterizó un legado a la posteridad.
Los verdugos y los intelectuales que hicieron posible a Trujillo se insertaron en el nuevo régimen, sobreviviendo con éxito a los avatares de esa herencia terrible de muerte y corrupción. Y al igual que en España nuestras ciudades están llenas de plazas y calles que honran ciudadanos cuyos únicos méritos, en muchos casos, fueron servirles lealmente a Trujillo.
Tal vez necesitemos del exorcismo que sería iniciar el desmonte definitivo de ese vergonzoso legado, para así, por lo menos, compensar el imperdonable error de no haberle hecho justicia a los miles de muertos de la tiranía.

Fallece miembro destacado del 1J4, Rafael Francisco Bonnelly Battle

EL NUEVO DIARIO; SANTO DOMINGO.- El doctor Rafael Francisco Bonnelly Battle, miembro destacado del Movimiento 14 de Junio (1J4) y de la lucha antitrujillista, falleció este lunes a los 87 años de edad, según confirmaron sus familiares a El Nuevo Diario.
Bonnelly Batlle nació el 4 de octubre de 1933, era el segundo de los cuatro hijos del expresidente Rafael Filiberto Bonnelly Fondeur (1962-1963) y su esposa Aida Battle Morel.
Formó  parte del referido movimiento, que luchaba en contra de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, por lo que fue capturado y torturado en las cárceles de La 40 y La Victoria.
Más tarde, en 1960, fue liberado y marchó al exilio en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde contrajo matrimonio con Lucía Amelia Ricart Pellerano (1940-1999).
Al finalizar la dictadura, Bonnelly Battle regresó a su tierra natal, donde asistió a su padre, ya en la Presidencia, a desmontar todo el aparato económico y político del régimen del tirano.
Desde 1964, abrazó la fe católica y los cursillos de cristiandad, desde donde se dedicó a formar a individuos y parejas y llegó a ser el rector de los mismos. Fue precisamente durante uno de los cursillos que se ofrecían en la Casa San Pablo de Santo Domingo, cuando su fe se puso a prueba, pues se vio frente a frente con uno de sus torturadores, al que terminó abrazando y perdonando.
Su mayor llamado fue siempre su devoción cristiana, pero pasión más ferviente era el béisbol. Por más de 30 años, fue el delegado del equipo de las Águilas Cibaeñas ante la Liga de Beisbol Profesional, y hasta sus últimos días, sólo un buen partido de pelota se interponía ante el canal de TV de la Iglesia.
En el golf, también encontró un deporte que podía practicar con sus hijos hasta que el cuerpo se lo permitió; se hizo socio de varios círculos sociales, como el Santo Domingo Country Club, el Deportivo Naco y La Romana Country Club.
A nivel profesional, el Dr Bonnelly Batlle se graduó de doctor en derecho de la Universidad de Santo Domingo, y fue socio fundador de la Asociación Dominicana de Abogados en 1962. Posteriormente, ya en el mundo de los seguros, presidió la Asociación de Corredores de Seguros, la cual le realizó un homenaje en 2019.
Su partida enluta a su esposa Margarita Casals, hoy viuda Bonnelly; a sus hijos, Rafael y Marta, Carlos y Grace, Lourdes y Alberto, Gina y Julio; a sus hermanos Luisa Amelia, Juan Sully y Purita, Aida y Papi; sus nietos: Carlos José, Vanessa, Carlos Alberto, Alvaro, Enrique, Alfredo, Elena, Jorge, Emil, Karla, Rodrigo y Adriana; y las familia Bonnelly Batlle, Bonnelly Álvarez, Hernández Bonnelly, Bisonó Bonnelly y a toda la familia Bonnelly en su conjunto.
Rafael Francisco Bonnelly partió de la vida terrenal a solo horas de haber participado en una video conferencia con sus hijos y nietos, hermanos y sobrinos, que en estos momentos de confinamiento quisieron devolverle, aunque fuese en la distancia, una pequeña dosis del amor infinito que siempre demostró por todos sus semejantes.

Se busca un estadista

Pablo Gómez Borbón
Por Pablo Gomez Borbon
Crisis como la actual requieren de estadistas. En nuestro país, lamentablemente, los estadistas son, como los dinosaurios,  una especie en extinción. Peor aún, puede que, como los unicornios, sean una especie que nunca existió. De esta carencia no son nuestros políticos los únicos culpables. De esta carencia somos culpables todos.
Pero ¿Qué es un estadista?
Quizás la mejor definición de lo que es – y de lo que no es – un estadista la dio Otto von Bismarck: “El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”. Bismarck hablaba con propiedad, siendo, como fue, uno de los más grandes estadistas de todos los tiempos. Si no lo hubiese sido, se habría limitado a ser un político prusiano. En cambio, su visión trascendió las fronteras del espacio y del tiempo. Bismarck logró unificar los estados germánicos, disgregados durante mil años, y fundar Alemania, uno de los estados más importantes desde entonces.
Además de tener visión, un estadista es honesto con sus conciudadanos. A diferencia de los demagogos, que dicen lo que estos quieren oír, los estadistas les presentan las cosas tal como son. Cuando todo presagiaba que el Reino Unido sería la próxima víctima de Hitler, Churchill prometió a los británicos “sangre, sudor y lágrimas”. Y cuando la victoria empezó a cambiar de bando, Churchill no cayó en triunfalismos, advirtiendo que no se trataba del principio del fin de la guerra, sino “del fin del principio”.
Pero los estadistas no son fuente de desánimo, sino de inspiración, porque su tenacidad está fuera de toda duda. La firmeza de sus creencias insufla ánimos en sus pueblos. Ninguna situación, por más adversa que sea, es capaz de hacerlos cambiar de opinión. Poco le importó a Churchill el que prácticamente la totalidad de los políticos británicos pensara que la única salida para su pais era firmar un armisticio con Hitler. Churchill se mantuvo firme en su posición: para salvar su nación, había que combatirlo. Y no solo tuvo razón, sino que logró su objetivo. Y es que los estadistas son eficaces.
Y es que, además de firmeza, un estadista debe tener lucidez. Para Churchill era evidente que, de haber pactado con Hitler, su país hubiera corrido la triste suerte de Austria, Checoslovaquia, Polonia y prácticamente el resto de Europa: ser invadidos por Hitler. La lucidez de Churchill se demostró también luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue el primero que vislumbró el enfrentamiento que se avecinaba con la Unión Soviética. Fue Churchill, de hecho, quien, en uno de sus discursos, acuñó la frase “Cortina de Hierro”.
Un estadista tiene un alto sentido de su propia dignidad. Charles de Gaulle prefirió exilarse con un puñado de hombres antes que formar parte de un estado francés, que de estado tenía solamente el nombre, que colaboró con los invasores.  Poco le importó que el mariscal Pétain, el más grande héroe francés de esa época lo hiciera. Para él, Pétain dejó de serlo desde que aceptó el yugo nazi, y se convirtió en un traidor.
Un estadista es fiel a sus convicciones y a su palabra. Actúa siguiendo solamente los mandatos de su conciencia. En 1968, De Gaulle prometió que renunciaría de la presidencia si su posición era derrotada en el referéndum de ese año, y cumplió con su palabra. Para un estadista, la línea de su partido no puede estar por encima de su conciencia. Pocos saben que Churchill fue un “tránsfuga”. Pero él, que denunció que muchos políticos cambian de convicciones en nombre de su partido, decidió “cambiar de partido en nombre de sus convicciones”.
Los estadistas no sufren de adicción al poder, por lo que no se aferran al mismo. Todos cayeron en desgracia, y lo asumieron. A pesar de ser héroes, tanto Churchill como De Gaulle tuvieron que esperar una década antes de retornar al escenario político de sus respectivos países. A pesar de ser héroes, tanto Churchill como De Gaulle fueron derrotados en las urnas. A pesar de haber sido el padre de la Alemania moderna, Bismarck fue cancelado por el Káiser Guillermo II. Todos aceptaron sus derrotas con humildad. Y eso muestra que fueron grandes.
Un estadista no se cree un mesías, no se endiosa, asume plenamente su condición humana. Churchill no tenía problemas en admitir que era un relajao y un borracho. Kennedy no tenía problemas en admitir que era un mujeriego. Bismarck no tenía problemas en admitir que era un glotón. De Gaulle no pedía excusas por su mal humor. Y sin embargo, fueron grandes estadistas.
En nuestro país no hemos tenido estadistas. Con frecuencia se cita a Trujillo y a Balaguer como ejemplos, pero, a mi entender, no lo fueron: no se puede ser estadista y dictador al mismo tiempo. Hubo políticos que, como Espaillat y Bosch, tuvieron altas dotes morales, pero carecieron del pragmatismo necesario – de la realpolitik – para mantenerse en el poder.
En cuanto a nuestros políticos actuales, tenemos de todo: borrachos, relajaos, mujeriegos, mesías y sangrús, pero ningún estadista. Ni los que quieren estar ni, sobre todo, los que están. Los que están no ven más allá de mayo que viene, mienten como bellacos, provocan rabia y desaliento (nunca admiración), se creen dioses y reyes, no sirven ni para botarse (ni para votarse) y no tienen dignidad: por un carguito venderían hasta a sus madres.
Más que pena, lo que siento es rabia. Porque solo nosotros somos culpables de tener este tipo de políticos. George Bernard Shaw lo decía: “Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”. Seamos honestos: si no cambiamos, olvidémonos de estadistas.

viernes, 27 de marzo de 2020

El dominicano es así

Amazon.com: E QUE SOMO' ASI: LA REPUBLICA DOMINICANA CUENTOS Y ...
Según el sociólogo José del Castillo Pichardo y algunos pensadores, el perfil psicosocial del pueblo dominicano, es el siguiente:
Pereza, violencia,sumisión, individualismo y desconfianza. Con todo el respeto a esos pensadores sociales, quiero traer otra perspectiva del comportamiento del dominicano y más ahora donde hemos sido golpeado por dos fenómenos, uno político y el otro biológico; me refiero al colapso del primer intento de las elecciones municipales y luego esta situación del Coronavirus.
– Como dominicanos somos una sociedad fuerte, a pesar de todos los engaños que hemos vivido en la esfera política, seguimos CONFIANDO en el liderazgo político; aunque casi todos han gobernado sin integridad y dejando a un lado el espíritu de la democracia, la confianza del dominicano sigue firme y en busca de una mejor sociedad.
-También es bueno resaltar que el dominicano desde el punto de vista étnico tiende a valorar la COMUNIDAD. Somos un mosaico cultural, compuesto, salpicado de naciones y etnias practicantes de acciones comunal. Llevamos una vida conectada a la estructura familiar/comunidad. Por ser isleños y caribeños, tendemos a un comportamiento más colectivo. Filosóficamente el individualismo protege la supremacía de los derechos individuales frente a los derechos de la sociedad y a la autoridad del Estado. Este no es el caso del dominicano, nuestra cultura es taína, es española, es africana negra y africana del norte, todas esas etnias y naciones mencionadas han vivido en comunidad. He podido saborear la sociedad de Marruecos, España, el Sáhara que está al sur de Marruecos, y hemos estudiado el comportamiento de nuestros taínos, y todos ellos nos dejaron un legado que fortalece la familia, la dependencia en los demás (la cual no es una debilidad en una sociedad solitaria), el individualismo se refleja más en sociedades caucásicas. Si estudiamos lo que yo le he llamado, “Cultura Tangible”, notaremos que el
Individualismo es opacado por las acciones cotidianas del dominicano, entre ellas: El café en comunidad, la habichuela con dulce, llegar a las casas de forma espontánea, comunicación y saludos extendidos, salimos en grupos, y nuestro accionar está basado en la aprobación del grupo, aún el pensamiento político es moldeado y canalizado por un comportamiento colectivo. El dominicano filosóficamente hablando no es individualista.
– La palabra SUMISIÓN debe ser analizada en diferentes contextos. Si eres religioso es una virtud. Si eres un activista social la sumisión es una opción o una debilidad. Si eres empresario, ser sumiso es andar con el cliente para lograr un fin; pero cuando eres un dominicano que ha sido castigado durante generaciones y marcado por una cultura colonialista e imperialista, en este caso tengo que reconocer que el dominicano y el latino han desarrollado un mecanismo de defensa que responde a su pasado oscuro y tortuoso. Pero nuestra tendencia étnica no es caótica o anárquica; aunque si poseemos una rabia reprimida que busca una válvula de escape que nos genera identidad y alimenta el sentir existencial de nuestra cultura; por esta razón no fuimos sumisos al dictador Rafael Leonidas Trujillo u otros acontecimientos que rompieron el orden de los tejidos social del dominicano.
– No somos una cultura VIOLENTA, no tenemos grupos terroristas. Claro, nuestra forma de hablar espanta y es muy expresiva.
Pero para poder decir que somos una cultura violenta debemos estudiar a Polibio, un historiador griego, quien fue uno de los primeros narradores de la cultura de la violencia, explica las crueldades y la conducta de los Bizancio. También debemos mirar a los romanos, mirando los gladiadores sangrando y los cristianos devorados por las fieras salvajes. También podemos recordar la muerte de casi 6 millones de judíos por los alemanes. Los dominicanos hemos reaccionado a momentos históricos que nos han llevado a pelear por razones patrióticas.
– La PEREZA tiene varias causas, una de ellas es la falta de empleo y al mismo tiempo la mala remuneración en dicho empleo. Históricamente el africano fue traído para ser explotado, el taíno por igual, y esto genera conductas que se proyectan en el diario vivir. Pero el campesino dominicano es trabajador, lo que necesita es tierra y mercado. El empresario por igual, los demás gremios de producción se han esforzado para ser parte del engranaje de producción en la República Dominicana. A pesar del bajo salario, que crea y genera desánimo e impotencia, el dominicano sigue en busca de trabajo. Debemos dejar claro que hay fenómenos socioeconómicos que han inclinado esta realidad debido a la cantidad de personas que viven de las remesas.
Mi meta en este artículo no es contradecir, es crear un balance que sirva de motivación para nuestro pueblo. El dominicano es un mosaico y una cultura my rica para estudiar. Por eso digo: ¡El dominicano es así!

Hora de unir voluntades.

Hay acuerdo de voluntades cuando se recibe un e-mail? - Rating Legis
Tomado del periódico Hoy
La sociedad dominicana arriba ostensiblemente a un nivel de la emergencia nacional suscitada por la covid-19 que coloca a gobernantes y gobernados ante un mayor desafío a su capacidad de neutralizar el avance de la enfermedad que es también un reto para la ciencia médica. El virus, de cifras crecientes pero moderadas hasta antier, es visto ya por las propias autoridades como riesgo de directa presencia en la comunidad. En compromiso consigo mismo y con la colectividad, el ciudadano debe acogerse sin excusas al marco de programas y acciones contra la pandemia reforzadas con disposiciones adicionales para acentuar sus efectos protectores.
Alejarse de aglomeraciones y de contactos cercanos son aspectos clave de esta cruzada de prevención. En la agenda oficial consta como prioridad habilitar más espacios con personal capacitado para un eventual crecimiento de las hospitalizaciones y cuarentenas al tiempo de abrir el sistema de salud a más opciones de laboratorio para el público. Providencias que eran reclamadas juiciosamente al Gobierno. Las inmovilizaciones de carácter colectivo que el momento reclama, algunas de claros, pero transitorios perjuicios, son el precio a pagar para la preservación de la salud y la vida a nivel comunitario. Es una consecuencia que llega a los desasosiegos y que el Estado debe empeñarse en mitigar a las capas sociales.
Que no falte de comer
El Estado dispone de medios, estrategias y experiencias que servirían para acentuar el consumo interno de los frutos del campo, incluyendo lácteos de producción nacional; y es evidente además que está en capacidad de apropiar fondos para lograrlo. El desplome de consumos alimentarios en los ámbitos turísticos con que repercute la pandemia de covid-19 tendería a generar excedentes que deben hallar mercados complementarios inmediatos en lo que el hacha va y viene. Coincide este mal episodio para la economía agropecuaria con la gruesa pérdida de empleos y medios de vida para multitudes de trabajadores de la formalidad e informalidad por la misma repercusión nefasta. Los planes oficiales de auxilio a personas afectadas deben hacer posible los encuentros bajo muchos techos de comida criolla con gente necesitada.

jueves, 26 de marzo de 2020

Series, peliculas y peliculones que recomendamos


Series y películas sobre temas relacionados con dictadores y dictaduras que recomendamos 

El teniente Amado

Aunque tiene algunos errores desde el punto de vista historico, es una pelicula que retrata el terror en que se vivía en la epoca nefasta de la dictadura trujillista y sin ser una obra maestra, la pelicula es de acción y resulta entretenida.   El largometraje recrea la vida del teniente Amado García Guerrero, uno de los ajusticiadores del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina. Fue el único militar activo participante en la conjura y fue quien ofreció al grupo de complotados información sobre la salida del sátrapa a San Cristóbal, =)(la historia cuenta de que Miguel Angel Báez Díaz también ofreció la información) con seguridad reducida a un chofer. También participó en el ajusticiamiento y posteriormente fue asesinado por los agentes de la ya decapitada dictadura.






ARCANGEL 
Esta serie estuvo en Netflix, se consigue en otras plataformas de streaming, es muy interesante, muestra la idolatria por el hombre, por ese que representa la continuidad de aquellos que el fanatismo veían como un ser mesianico. Trujillo, Duvalier, Pinochet, Hitler, cualquier nombre pudiese ser, aunque este representado en este caso por el gobernante que mas muertes ha tenido en la historia de la humanidad, Stalin. Serie corta y muy interesante. Vale la pena verla y para los desconocedores de lo que son las dictaduras, es un buen documento que retrata la mentalidad de los dictadores y de los seguidores de las dictaduras. Un final sorprendente
Archangel cuenta la historia de Kelso (Daniel Craig) un hombre que se entera de la existencia y del paradero de un documento que cuenta con uno de los secretos mejor guardados del régimen soviético, el cual podría cambiar radicalmente el futuro político de Rusia y posiblemente del mundo.
Daniel Craig, el nuevo James Bond es acompañado en esta serie de la actriz Yekaterina Rednikova, además de un elenco reconocido en Inglaterra.





ECOS DEL DESIERTO  es una miniserie chilena, la puedes ver completa en youtube. 
La miniserie cuenta, en dos épocas, la historia de Carmen Hertz, reconocida abogada de derechos humanos que trabajó en la Vicaría de la Solidaridad, en la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, y fue directora del tema en la Cancillería.
Una parte está centrada en su juventud, en los años 70, donde es interpretada por María Gracia Omegna. Ahí se retrata el llamado "tanquetazo" o primer intento golpista contra el Gobierno del presidente Salvador Allende, el golpe militar y, sobre todo, la Caravana de la Muerte, la comitiva militar liderada por el general Sergio Arellano Stark que recorrió el país a finales de 1973 y que terminó con 97 personas asesinadas, entre ellas el esposo de Hertz, Carlos Berger Guralnik. La otra parte está ambientada entre los años 1985 y 2000, con Hertz interpretada por Aline Kuppenheim, y se enfoca principalmente en su trabajo como abogada de derechos humanos y las continuas amenazas que recibió por parte de la policía secreta de la dictadura.




Denial o Negación  (película)La puedes ver en Netflix.

Ecelente esta película dramática britanoestadounidense del 2016 dirigida por Mick Jackson, basada en el libro History on Trial: My Day in Court with a Holocaust Denier de Deborah Lipstadt. Está protagonizada por Rachel WeiszTom WilkinsonTimothy Spall y Andrew Scott (actor). La película narra el caso de Irving v Penguin Books Ltd, en el que Lipstadt, una estudiosa del Holocausto, fue demandada por el escritor David Irving por difamación, pues Lipstadt lo acusó de manipular información acerca del hecho.1
La cinta se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 11 de septiembre de 2016. Fue estrenada en teatros en los Estados Unidos por Bleecker Street el 30 de septiembre de 2016 y en el Reino Unido por Entertainment One el 27 de enero de 2017.23​.



La dama de oro

El filme está basado en la historia real de Maria Altmann, una anciana judía refugiada que vive en Cheviot Hills, Los Ángeles, que junto con un joven abogado, Randy Schoenberg, lucharon contra el gobierno de Austria por casi una década para reclamar el icónico retrato de su tía Adele Bloch-Bauer, pintado por Gustav Klimt, robado a sus familiares por el régimen nazi en Viena antes de la Segunda Guerra Mundial. Altmann llevó la batalla legal hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos, que se pronunció en el caso de la República de Austria vs. Altman (2004).


La ladrona de libros

La ladrona de libros, novela narrada desde el punto de vista de la Muerte, nos presenta a Liesel Meminger, una niña de 9 años que se va a vivir con una familia adoptiva, compuesta por dos miembros, Hans y Rosa Hubermann, en un pueblo cercano a Múnich (Molching), en la Alemania anterior a la Segunda Guerra Mundial. El partido de Hitler, está en auge y sus seguidores son más numerosos cada día. A lo largo de toda la historia, se muestra el interés de Liesel por la literatura, al tiempo que se narra cómo deberá tomar partido y demostrar todo su valor en tiempos convulsos.




El pianista

Es una película del año 2002 dirigida por Roman Polanski y con Adrien Brody como actor principal. La película es una adaptación de las memorias del músico polaco de origen judío Władysław Szpilman.1
Recibió en el 2002 la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cannes. Fue ganadora con tres Premios Óscar: al mejor director, al mejor actor principal y al mejor guion adaptado, de un total de 7 candidaturas; siete Premios César del cine francés: a la mejor película, al mejor director, al mejor actor principal, a la mejor banda sonora, a la mejor fotografía, al mejor decorado y al mejor sonido; dos Premios BAFTA: a la mejor película y a la mejor dirección.



La vida es bella

es una película italiana dramática de 1997, escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni. Benigni interpreta a Guido Orefice, un judío italiano dueño de una librería, que debe emplear su fértil imaginación para proteger a su pequeño hijo de los horrores de un campo de concentración nazi. La historia está parcialmente basada en la experiencia real de Rubino Romeo Salmoni, uno de los pocos judíos que pudo sobrevivir al Holocausto y que narró su experiencia en un libro titulado Al final derroté a Hitler, y en la experiencia del propio padre de Benigni, que pasó dos años en un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial.
La película fue un éxito comercial y de crítica a nivel internacional, siendo galardonada con varios premios internacionales, destacando el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes, nueve David di Donatello en Italia y siete nominaciones al Óscar, incluyendo a Mejor película, convirtiéndola en la sexta película de habla no inglesa en recibir dicha nominación, y siendo además la segunda vez que una película italiana compite por el Óscar en la categoría principal desde Il Postino en 1995, así como también una nominación simultánea en la categorías de Mejor película y Mejor película extranjera desde Z en 1969, aunque finalmente solamente ganaría tres estatuillas, en las categorías de Mejor banda sonoraMejor Actor y Mejor película extranjera en la ceremonia de 1998.















EL MERENGUE Y TRUJILLO

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CUENTO SOBRE LA DICTADURA DE TRUJILLO

COMUNICACION Y PRENSA EN LA DICTADURA DE TRUJILLO

POESIA EN LA DICTADURA