Editorial Diario libre
Con verdadera justicia, el país celebra hoy el 58o. Aniversario de la resurrección de la libertad para el pueblo dominicano.
El ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo fue la condición indispensable para destruir su aparato de terror y miedo que tanta sangre costó a este pueblo, pero lo que conmemoramos es el triunfo de la libertad.
Y es que el plan para eliminar al dictador tenía como objetivo último librar de las garras de la tiranía a nuestro pueblo y darle el aire de libertad que necesitaba para reponer sus fuerzas e iniciar los caminos del desarrollo, desarrollo personal y ciudadano y desarrollo para el país.
Fueron treinta años perdidos para la nación, pues nada pudo desarrollarse si no era para beneficiar al tirano y a su familia. Por eso, nadie iniciaba empresas ni había iniciativas de progreso por el riesgo de despertar los celos del tirano.
Quienes hablan hoy de dictadura de forma tan alegre, debieran hablar con los sobrevivientes de la tiranía. Probablemente creerán que tanta vileza no es posible, pero sí lo fue y por eso es que no podemos permitir que se repita.
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