La familia del dictador argentino lo enterró en un cementerio con otro apellido
ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 28 MAY 2015 - 04
El dictador argentino Jorge Videla (1976-1981) lleva dos años enterrado en una tumba con nombre falso en un cementerio privado del Gran Buenos Aires (periferia de la capital). Su familia quería enterrarlo en el panteón en el que están sus antepasados en su ciudad natal, Mercedes (100 kilómetros al oeste de Buenos Aires), pero desistieron por las protestas ciudadanas ocurridas allí días después de su muerte. El periódico ‘Clarín’ publicó este miércoles que empleados del cementerio Memorial del municipio de Pilar señalaron que Videla se encuentra enterrado allí bajo una lápida que dice “Familia Olmos”, aunque el propietario de esa parcela, un militar condecorado por el tirano, no confirmó la información.
Videla murió el 17 de mayo de 2013 a los 87 años en el baño de su celda en la prisión de Marcos Paz (51 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires). Había sido condenado en varios juicios por secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones en el régimen más sanguinario que sufrió Argentina. Otros 562 responsables del terrorismo de Estado de aquellos años también fueron condenados por la justicia de este país.
Poco después de la muerte de Videla, un juez inició una investigación sobre sus causas. El cuerpo del dictador permaneció entonces seis días en la morgue hasta que fue entregado a su viuda y sus seis hijos vivos (un séptimo ya murió). El abogado de la familia, Adolfo Casabal, anunció por aquellos días que lo enterrarían en Mercedes y entonces cientos de militantes de izquierdas se manifestaron allí en contra de que esa ciudad de 63.000 habitantes y ligada a la producción agrícola acogiera los restos. También alzaron sus voces políticos y defensores de los derechos humanos de Mercedes. Por eso los Videla optaron por enterrerarlo en Pilar en una ceremonia secreta de la que participó solo una decena de personas. El abogado Casabal explicó que lo sepultaron en una tumba sin su nombre para evitar que el cadáver fuera profanado por "filoterroristas".
La familiar del dictador pidió desde un principio la autorización para cremar su cuerpo, pero el juzgado que investiga los motivos de su muerte aún no lo ha librado. No se han difundido los motivos del retraso. Mientras tanto, el cuerpo de Videla sigue enterrado en una tumba del cementerio Memorial. Hasta allí marchan militantes de los derechos humanos de Pilar cada 24 de marzo, el día en que se recuerda el golpe de Estado que encabezó Videla contra el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976).
“Aquí está, pero no figura con su nombre”, señaló la tumba un empleado del cementerio a un periodista de ‘Clarín’, Enrique La Hoz Velarde. “El bloque de granito no tiene ni flores ni rastros de haberlas tenido en los últimos meses. Lo primero que alcanza a leerse es una inscripción en la parte central: Familia Olmos”, cuenta el periódico. “El propietario del terreno, Florencio Alberto Olmos, se ataja: ‘Tengo una parcela a nombre de mi familia en esa ubicación, pero ningún Videla está enterrado ahí, salvo que lo hayan puesto sin mi permiso’”, añade 'Clarín'. Videla dirigía el Colegio Militar cuando Olmos se graduó y después lo condecoró, lo ascendió, lo nombró secretario de la Gobernación de la provincia norteña de Salta y lo envió como diplomático a España. “¿Entonces Videla no está enterrado en esa parcela?”, insistió ‘Clarín’. “Lo desconozco. Quizá se hizo entre gallos y medianoche”, respondió Olmos.
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