Otra vez la guerra, aunque de otra manera, de una manera glamorosa, si cabe la expresión. Una guerra de un presidente showbiz, premio Nobel de la Paz, con más guerras en los bolsillos y en las charreteras que el mismísimo George W. Bush.
Barack Obama ha dado la orden de bombardear a los islamistas sirios, doscientos mil víctimas más tarde. La masacre ya estuvo servida, y continúa. Nadie protesta, ¿por qué? Ahora no estamos en contra de dictadores, dios los guarde, si cabe la expresión, encore une fois, ahora van en contra de los terroristas, que antes eran buenos y gentiles rebeldes y ahora son malos chicos a los que hay que aniquilar para que dejen de decapitar periodistas aquí y allá. Todo revuelto.
Una guerra sin concepto, una guerra con pantalones y a lo loco, una guerra para película de Oscar, y para que sea dirigida por la supra Angelina u otra, siempre que sea mujer, y si es la exmujer del director del filme Titanic, mejor que mejor. Todo es espectáculo, del servido por Hollywood y compañía. Apuesten por quién ganará, ya pueden empezar a apostar. Ganarán un baro largo si apuestan a los americanos. Siempre ellos. Por fin nos librarán, una vez más, de los terroristas islamistas.
¿Y el islam y sus adúlteras lapidadas? ¿Y el islam y los homosexuales ahorcados? ¿Y el islam y las niñas casadas a la fuerza con viejos fanáticos de Mohamed? ¿Y el islam y las caras tapadas con velos negros? ¿Y el islam y el derecho a apalear a las mujeres? Bien, gracias. Contra eso todavía no han establecido una guerra. No, eso es todavía glamour, del de Hollywood, claro.
El caso es que estamos en guerra, la guerra norteamericana junto a aliados árabes y europeos en contra del Estado Islámico (EI). Me parece perfecto, pero ¿por qué no antes? ¿Por qué no ir también en contra de la violencia del islam tout court antes? ¿Hasta cuándo? Ya sé, son muchas preguntas, demasiadas, para las que no tengo ninguna respuesta. Lo siento.
El caso es que estamos en guerra, reitero, y hasta ahora no he visto ningún movimiento a favor de la paz por parte de actores y actrices de Hollywood, ni tampoco se han movilizado los de La Ceja. ¿Será porque esta vez la guerra es justa según su orbita? Que lo es sin duda alguna. ¿Y por qué la guerra de Bush y de Aznar no lo era? ¿Cuál es la diferencia? Ah, dictadores intocables, eso era.
¿Para cuándo por fin una guerra contra otros dictadores? ¿Cuándo un bombardeo contra Punto Cero en La Habana? Cosa de acabar con dos dictadores tan peligrosos como el EI. ¿Será que un acto semejante no iría acorde con la espectacularidad hollywoodiense ni con un presidente como Barack Obama, ni con ningún otro presidente premio Nobel de la Paz? ¿Hasta cuándo? Hasta nunca.
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