Por Aquiles Julian
RECLAMAR EL DERECHO A TORTURAR, PERSEGUIR Y ASESINAR A LOS DOMINICANOS ¡QUÉ TUPÉ!
Los remanentes de la tiranía trujillista están envalentonados.
Y aspiran a que se les reconozca el derecho a organizar un partido trujillista, disfrazado de "fundación cultural", para darle muerte a nuestras precarias e insuficientes libertades.
Todo lo que nosotros padecemos se debe a las secuelas de aquella dictadura infame.
De ahí viene la cultura de enriquecerse desde el Estado.
Eso fue lo que practicó y enseñó Trujillo.
De allí viene la cultura de la impunidad, de violar cualquier ley o norma sin ningún tipo de sanción.
Eso fue lo que practicó y enseñó Trujillo.
De ahí viene la cultura de desaparecer ciudadanos, de torturar en los cuarteles y de asesinar alegremente a dominicanos.
Eso fue lo que practicó y enseñó Trujillo.
De ahí viene la cultura de parasitar del Estado, de las loas rastreras y las sumisiones indecorosas, de los discursos laudatorios y los mítines y desfiles humillantes.
Eso fue lo que practicó y enseñó Trujillo.
De ahí viene todo lo peor de nuestra incultura e incivilidad políticas, de ahí viene nuestro atraso y nuestra degeneración moral.
Eso fue lo que practicó y enseñó Trujillo.
Al salir, gracias a la acción valiente de los héroes del 30 de Mayo, de aquella odiosa tiranía, la inmensa mayoría de los dominicanos estaba más que embarrada de todas las inconductas.
Y todo el aparato de dominación trujillista: jueces, fiscales, militares, policías, funcionarios públicos, burócratas, etc., siguió en sus puestos, salvo algunos casos escandalosos. ¿No fue Fello Bonnelly, el Secretario de Justicia cómplice de encubrimiento del secuestro y muerte de Galíndez acaso quien encabezó el Consejo de Estado tras la caída de Balaguer en enero de 1962?
Éramos una sociedad envilecida, prosternada y cómplice, porque permitimos a aquel patán y sus pandilleros encaramarse y ensañarse desde el poder.
Y ahora, el Clan Angelita y su delincuentico, el Ranmfito de Segunda Mano, congregan a viejos calieses, torturadores y esbirros y sus descendientes para, aprovechando la frustración de amplias capas de la población por la venalidad, proclividad al delito, carencia de principios y valores y corrupción demostradas por los principales partidos y prácticamente por todos los partidos, mediante una campaña de confusión, engaño y distorsión, convertirse en una fuerza política beligerante.
Pero es que todo lo que sucede es consecuencia del trujillismo que nunca fue erradicado de nuestra sociedad.
Están conduciendo al país a un enfrentamiento. Y si es así, no vamos a rehuir a nuestro deber como dominicano.
Si creen que van a volver, que se preparen a lo que cvan a desatar.
} Aquí hay una campaña interesada en confundir a los dominicanos desprevenidos. Los Trujillo y sus esbirros pueden hablar y expresarse: lo que se les prohíbe legalmente es organizarse para construirse como fuerza política para reinstalar la tiranía, propósito en los que anda el Ramfito de Segunda Mano, delincuente que en el 2007 le estafó al país US$6 millones de dólares en una operación fraudulenta en que contaron con la complicidad de funcionarios del BNV y el Banreservas. A ese nivel tienen cómplices en el Estado para seguir robándole al pueblo dominicano. La falsa defensa de la "libertad" encubre el avieso interés de destruir nuestras limitadas libertades y partirnos el pescuezo a todos los que disentimos. Es usar la libertad para destruir la libertad, mismo que hizo Lenin en Rusia y Hitler en Alemania. Un discurso falaz que revela la siniestra identificación de quienes lo enarbolan con lo peor de este país. Repiten infundios y vomitan sobre los que se arriesgaron y destruyeron sus familias y perdieron sus vidas por librarnos del monstruo. Como ni mis padres ni mis familiares más directos (salvo Antonio Imbert, del que soy pariente lejano por los Barreras), tuvieron el valor de quitarnos de encima a Trujillo ¿con qué moral puedo maltratar a esas familias que pusieron sangre y padecimientos para librarme a mí de crecer en una tiranía? Soy agredecido, leal y partidario de la democracia y la libertad para mí y para los dominicanos y todos los ciudadanos del mundo. Reclamar que se les reconozca al lobo el derecho a matar a las ovejas es ser partidario del lobo y enemigo de las ovejas. El lobo trujillista que se pinta de "cultural y académico" (hay que ver esa pose fementida y ajena a su constitución, asesinos de escritores como Marrero Aristy y Andrés Requena), simula mal. Su intención criminal se trasluce, al igual que su interés en volver a la rapiña. Cuando se les acaba todo lo que nos robaron y que les permitió vivir por más de 50 años sin trabajar, vuelven con la intención de depredar y oprimir, y cuentan con la cohorte de excalieses, esbirros, torturadores y serviles y sus descendientes que se apandillan con ellos y pontifican repitiendo sus "razones" falaces.
¿QUÉ INTERESES SE MUEVEN POR DEBAJO? Hay personas ingenuas, que se dejan confundir por argumentos frívolos, que manipulan la verdad. Hay gente que se dejan engañar en su buena fe. Hay otras que ladinamente se desmandan en una vocinglería por la "libertad de expresión", como si fuera eso lo que se discute. No, nadie ha pedido que a los trujillistas les tapen la boca (aunque ellos se las taparon a todo un pueblo), lo que se les prohíbe es el derecho a organizarse, a lidiar políticamente en el país. Ellos pueden hablar, escribir, expresarse. Lo que no pueden es asociarse políticamente en la "Fundación" criminal ni tampoco ir a elecciones a intentar reinstalar la dictadura, algo que mientras exista el Art. 55 y los derechos faraónicos de los presidentes, no está lejos de ocurrir en el país. Y existe, por igual, el trujillismo desembozado, desvergonzado y cínico, que se solaza en la inmundicia y la abyección y enronquece alabando a Chapitas. Todas las opiniones responden a un propósito y vehiculan una estrategia. No hay opiniones "imparciales", todo el mundo es parcial de algo, propicia algo, se opone a algo. Nada más ridículo que quien quiere venderse como equidistante y "equilibrado", haciendo causa común con asesinos, torturadores y esbirros. Y de paso conspirando contra los dominicanos. Duarte siempre habló del "bando parricida y traidor", y habló de lo que sucede mientras no se escarmiente a los traidores. Son los mismos traidores, el mismo bando, las mismas intenciones y la misma malignidad y perversidad. Y los mismos hombres y mujeres sin decoro, pajarracos del mismo corral cuyo plumaje trujillista se les ve a distancia.
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