Santo Domingo.-Hoy se conmemora el 49 aniversario del inicio de la Revolución de Abril de 1965, uno de los hechos más relevantes en la historia reciente de la República Dominicana, y la Fundación Caamaño recordará la fecha con la realización de varias actividades en la capital.
A las 9:00 de la mañana habrá una ofrenda floral en las tumbas de los héroes y mártires de esa guerra patria, en el cementerio de la avenida Independencia.
A las 10:00 de la mañana, un acto frente al edificio Copello, lugar donde el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, presidente constitucional de la República en armas dirigió la guerra patria.
A las 12:00 del mediodía habrá un homenaje a Caamaño Deñó en la sede del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), en la avenida 27 de Febrero esquina Alma Mater.
A las 3:00 de la tarde, una misa en la iglesia Las Mercedes, por los caídos en el frente de batalla, durante la guerra.
La Revolución de Abril de 1965
El conflicto inició cuando un grupo de oficiales jóvenes del ejército y la policía se propuso restaurar el gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, primer gobierno elegido democráticamente en las urnas tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo y que habia sido derrocado en septiembre de 1963 por las Fuerzas Armadas Dominicana.
Motivos
El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una rareza en la historia dominicana en ese momento: unas elecciones libres, un gobierno liberal, democrático, que expresó su preocupación por el bienestar de todos los dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional.
En abril de ese año una nueva constitución garantizaba los derechos civiles e individuales y respaldaba el control civil de los militares. El nuevo documento otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos ilegítimos.
Ests y otros cambios, como la reforma sobre la posesiones de tierra, golpeaba a los terratenientes conservadores y militares, sobre todo cuando se yuxtapuso en contra de tres décadas de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Trujillo.
La jerarquía de la Iglesia Católica también reprochó el carácter laico de la nueva Constitución, en particular la disposición de la legalización del divorcio. La jerarquía, junto con la cúpula militar y la élite económica, también temían la influencia comunista en el país, y advirtieron de la posibilidad de “otra Cuba”. El resultado de esta preocupación y la oposición fue dar un golpe militar el 25 de septiembre de 1963.
El golpe de Estado efectivamente negaba las elecciones de 1962 mediante la instalación de una junta civil, conocida como el “Triunvirato”, dominada por los remanentes Trujullistas.
El líder inicial del Triunvirato fue Donald Reid Cabral. El Triunvirato no logró establecer su autoridad sobre las facciones conservadoras, ni dentro ni fuera del ejército, tampoco convenció a la mayoría de la población de su legitimidad. La insatisfacción generalizada con Reid y su gobierno, junto con las lealtades hacia el persistente Bosch, produjo una revolución el 16 de mayo.
La guerra civil
La vanguardia de la revolución de 1965, los perredeístas (miembros del PRD) y otros partidarios de Bosch encabezados por Francisco Alberto Caamaño, se llamaron constitucionalistas (en referencia a su apoyo a la constitución de 1963). El movimiento contó con algunos oficiales militares jóvenes entre sus filas.
Una combinación de militares reformistas y aguerridos combatientes civiles salieron a las calles el 24 de abril, tomaron el Palacio Nacional, e instalaron a José Rafael Molina Ureña como presidente provisional.
La revolución tomó la dimensión de una guerra civil, cuando las fuerzas conservadoras del ejército, dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin, devolvieron el golpe contra los constitucionalistas el 25 de abril.
Estas fuerzas conservadoras se autodenominaron leales. A pesar de los ataques con tanques y bombardeos aéreos por las fuerzas leales, de todos modos, los constitucionalistas mantuvieron sus posiciones en la capital, y extendieron el conflicto para asegurar el control de todo el país.
Ocupación estadounidense de la República Dominicana (1965-1966)
El 28 de abril, los Estados Unidos intervinieron el país. El presidente Lyndon B. Johnson envió una fuerza que ascendía a 20,000 militares, para garantizar la seguridad en Santo Domingo y para restablecer el orden.
Johnson había actuado con la firme creencia de que los constitucionalistas estaban compuesto por comunistas y que por lo tanto no se podía permitir que llegaran al poder.
La intervención fue concedida en cierta medida debido a una aprobación hemisférica con la creación de una fuerza de paz auspiciada por la OEA, la cual complementó la presencia militar estadounidense en la República Dominicana.
Un inicial gobierno provisional fue dirigido por uno de los asesinos de Trujillo, Antonio Imbert Barrera, más tarde, Héctor García Godoy asume la presidencia provisional el 3 de septiembre de 1965. Algunos enfrentamientos violentos entre legitimistas y constitucionalistas continuaron de forma esporádica ya que, una vez más, las elecciones fueron organizadas.