BIENVENIDOS

PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

miércoles, 31 de octubre de 2018

Las urnas parieron a un Pinochet


de Río de Janeiro
El país se pregunta qué podrá esperar del gobierno de Jair Bolsonaro, electo presidente en la noche del domingo. Solamente una cosa es cierta, sin sombra de duda: nada bueno saldrá de las manos de ese esperpento.
Sin embargo, hay que reconocer que a lo largo de la campaña que lo llevó a la victoria, bien como de toda su carrera de político profesional, Bolsonaro ha sido de una coherencia loable, algo raro entre los de su calaña. En ni un solo momento dejó de exhibir su profundo e irremediable desprecio por la democracia, su racismo, su misoginia, su línea de pensamiento (si cabe la palabra) absolutamente raso y plagado de todo y cualquier tipo de perjuicios. 
Un troglodita radical, incapaz de comprender la vida más allá de su defensa inquebrantable de la violencia. Un ser totalmente desequilibrado, que merecería soporte psicológico urgentísimo.
En la campaña, defendió la implantación de un programa económico fundamentalista, neoliberal a ultranza, contrariando su defensa anterior –primaria, es verdad, como todo que emana de él– de un estatismo burdo y sin lógica alguna. Luego dio vuelta atrás. De la misma y serena manera con que dio vuelta atrás en anuncios bizarros, como lo de unir bajo el mismo ministerio la Agricultura y el Medio Ambiente, juntando devastadores de la naturaleza con defensores de lo que todavía existe.
Dijo que abandonaría el compromiso ambiental y climático del Acuerdo de París, luego dijo que no será exactamente así. Dijo que abandonaría, si se diera el caso, a ese “antro de comunistas” más conocido como Organización de las Naciones Unidas, la misma ONU de la cual Brasil es uno de los fundadores. Luego no volvió a mencionar el tema.
Sus primeras apariciones tan pronto de confirmaron los resultados electorales fueron de un ridículo atroz, un pintoresco jamás visto antes en ocasiones similares: un presidente electo participando de una oración comandada por uno de esos autonombrados obispos de una de esas sectas evangélicas electrónicas que, a propósito, fueron esenciales en su victoria. No dudó en jurar que gobernará a nombre de Dios.
Nada de eso, sin embargo, tiene real importancia. Los que votaron en él sabían que elegirían una aberración, que jamás administró siquiera un carrito de vendedor de helados de mala calidad. No, no: lo que verdaderamente importa es lo que vendrá, principalmente del círculo que lo rodea, muy especialmente el quinteto de generales retirados que conformarán el verdadero núcleo de poder. 
La distribución de cargos y puestos tiene, frente a ese escenario, una importancia relativa. Lo que verdaderamente importa es el programa de gobierno elaborado por el quinteto formado por los generales Augusto Heleno, responsable por el sector de defensa, Oswaldo Ferreira, de infraestructura, Alessio Souto, de educación, ciencia y tecnología, y Ricardo Machado, de lo que se refiere a la aeronáutica. 
El quinto general se llama Hamilton Mourão, es ahora el vicepresidente electo, y en las veces que abrió la boca durante la campaña dio sobradas muestras de dos aspectos, ambos preocupantes. Primero: es un troglodita ilustrado. Segundo: es mil veces más articulado y preparado que Bolsonaro, que en el fondo no es más que un bufón histeriquito. 
En ese quinteto reside la verdadera amenaza que será encabezada por un capitán retirado que ha sido un militar mediocre, que se alejó del Ejército luego de planear una serie de atentados (en la ocasión, Bolsonaro declaró que “todo fue meticulosamente previsto” para no causar víctimas humanas) para exigir aumento de sueldo. 
Parte del quinteto estaba, hasta hace menos de un año, en la activa, lo que abre espacio para calcular la influencia que siguen teniendo sobre el sus colegas.
El general Souto, por ejemplo, ya anunció que pretende implantar en el currículo escolar el creacionismo, dejando a Darwin en segundo plano. Y que los libros que traten de dictadura la dictadura implantada entre 1964 y 1981 serán “banidos” (prohibidos) en las escuelas. Dijo también, entre otras perlas de la bestialidad, que no ve mucha razón para que se concedan tantos recursos para investigaciones en el área de las ciencias humanas.
Lo que hay de más retrógrado, de más bizarro, de más absurdo está alrededor de Bolsonaro. Su vice ya defendió que, “si se da el caso”, un presidente aplique, con respaldo de las fuerzas armadas, “un autogolpe” con tal de devolver “la normalidad”.
El domingo, 39% del total de brasileños aptos para votar eligieron Jair Bolsonaro. Otros 31% optaron por Fernando Haddad, retrato exactamente inverso del vencedor. Hubo 28,5% del electorado –42 millones cien mil brasileños– que optaron por anular su voto, abstenerse o votar en blanco. 
Bolsonaro contó con 39% de respaldo del electorado. Otros 61% prefirieron rechazarlo. De todas formas, ganó. Jugando sucio, jugando inmundo, pero ganó.
Las urnas de mi país han parido a un Augusto Pinochet. A ver qué pasará, cuál la dimensión del desastre, cuál la duración del derrumbe, y principalmente, cuál será el precio que las futuras generaciones pagarán por semejante catástrofe.

lunes, 29 de octubre de 2018

Jair Bolsonaro, otro militar más electo democráticamente igual que Hugo Chávez y Perón

SAO PAULO  BRASIL  - Simpatizantes del candidato a la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro celebran su victoria en la avenida Paulista  en Sao Paulo  Brasil.  EFE Sebasti o Moreira
El capitán Jair Bolsonaro, elegido presidente de Brasil, se une a la enorme lista de militares que llegaron al poder en América Latina por el voto popular, que entre muchos otros incluye al general argentino Juan Domingo Perón y al teniente coronel venezolano Hugo Chávez.
Aunque América Latina es una de las regiones del mundo que más sufrió con las dictaduras, también ha tenido decenas de presidentes militares elegidos democráticamente, aunque la gran mayoría gobernó en el Siglo XIX o en la primera mitad del Siglo XX, y unos pocos lo hicieron en el Siglo XXI.
Bolsonaro, a diferencia de casi todos, llega al poder en Brasil con una fórmula puramente militar completada por el general Hamilton Mourao, que como el presidente electo es de la reserva del Ejército y con un discurso que enaltece la dictadura militar que imperó en el país entre 1964 y 1985.
Asimismo, prometió que al menos la tercera parte de sus ministros será de las Fuerzas Armadas, con lo que su Gobierno adoptaría un carácter cívico-militar inusual en las democracias latinoamericanas.

Otras experiencias en América Latina

Brasil no elegía un gobernante militar desde 1945, cuando ganó las elecciones el mariscal Eurico Gaspar Dutra, quien gobernó entre 1946 y 1951. El presidente electo ahora es el oficial de más baja graduación entre una enorme mayoría de generales que gobernaron en la región y como el fallecido Chávez, fue paracaidista del Ejército.
El antecedente inmediato de Bolsonaro es el general Otto Pérez Molina, elegido en 2011 como presidente de Guatemala y que renunció en 2015 presionado por acusaciones de corrupción que le llevaron a prisión.
Antes de Pérez Molina, Guatemala había elegido democráticamente a cinco militares, como México durante el Siglo XX, y un número sólo superado por El Salvador, que tuvo siete, aunque en comicios en su época considerados amañados en medio de sucesivos golpes de Estado.
Argentina, un país marcado por dictaduras como El Salvador, tuvo cuatro presidentes militares electos en el Siglo XX y uno de ellos fue Perón, quien llegó al poder en 1946, fue reelegido en 1951 y derrocado cuatro años después. En 1973, tras casi dos décadas de exilio, volvió a ganar en las urnas y falleció un año después, pero el "movimiento peronista" aún es uno de los fieles de la balanza política argentina.

Perú y Paraguay

Durante el Siglo XX, Perú tuvo dos militares elegidos en las urnas. El comandante Luis Sánchez Cerro, quien ejerció entre 1931 y 1933, y luego el general Manuel A. Odría (1950-1956). En el Siglo XXI se volcó nuevamente por un uniformado y eligió al comandante Ollanta Humala, quien gobernó entre 2011 y 2016.
También Paraguay tuvo dos presidentes militares electos durante las últimas décadas. Uno, el mariscal José Félix Estigarribia, héroe de la Guerra del Chaco y quien gobernó entre 1939 y 1940, cuando murió en un accidente aéreo. El último fue el general Andrés Rodríguez, quien asumió primero en forma provisional tras derrocar a su consuegro Alfredo Stroessner en 1989, para poner fin de una dictadura que se mantenía desde 1954.
Tres meses después del golpe, Rodríguez ganó las elecciones y le dio carácter constitucional a su Gobierno, que ejerció hasta 1993.

Militares en los tiempos modernos

República Dominicana y Venezuela son dos de los países que, junto con Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay, solo eligieron un presidente militar en tiempos modernos. Bolivia optó en las elecciones democráticas de 1997 por el general Hugo Banzer, quien ya había gobernado de facto entre 1971 y 1978 y dimitió en 2001, enfermo de cáncer.
En Chile, que entre 1974 y 1990 estuvo bajo la férrea dictadura de Augusto Pinochet, el general Carlos Ibáñez del Campo había ganado dos veces en las urnas y gobernado entre 1927-1931 y 1952-1958.
En Uruguay, fue el general Óscar-Diego Gestido Pose, elegido en marzo de 1967, pero que falleció en diciembre de ese mismo año. En Ecuador, el único fue el coronel Lucio Gutiérrez, quien asumió en 2003 y acabó destituido dos años después.
Los casos de República Dominica y Venezuela son diferentes. Han tenido apenas un presidente militar elegido en las últimas décadas, pero en ambos casos se podría decir que valieron por muchos.
El general dominicano Rafael Leonidas Trujillo, que inspiró la novela "La fiesta del chivo", del peruano Mario Vargas Llosa, llegó al poder mediante un golpe en 1930, mantuvo las elecciones previstas para ese mismo año y ganó en las urnas, pero en medio de la represión impuesta por su régimen. Gobernó a través de validos entre 1938 y 1942, cuando fue elegido nuevamente, y retuvo el poder a través de "títeres" hasta que fue asesinado, en 1961.
Finalmente, Chávez ganó las elecciones de 1998 en un clima de descomposición de la política tradicional similar al que vive Brasil. Reelegido en 2001 y 2007, gobernó hasta 2013 cuando falleció víctima de un cáncer.

miércoles, 24 de octubre de 2018

El dictador suplanto el papel de la historia incluyendo cuatro días para el culto a su personalidad como el 24 de octubre dia de San Rafael cuando el nacio



SANTO DOMINGO. En la época del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, los días no laborables sumaban 68, de los cuales 17 eran festivos, doce de estos por su contenido histórico aún se conmemoran en la actualidad. 

Según el historiador Eliades Acosta, Trujillo suplantó el papel de la historia porque impuso sus días a pesar de que los feriados y conmemorativos es la historia que lo determina. 

Por medio a la Ley 1642 del 14 de febrero de 1948, Molina continuó su política de institucionalización del culto a la personalidad. Entre los días de fiesta nacional incluyó cuatro que se referían directamente a su persona u obra de gobierno: el 24 de septiembre, Aniversario de la Restauración Financiera y Día de la Patria Nueva; el domingo posterior al 10 de enero, Día del Benefactor de la Patria, y el 16 de mayo, Día Inicial de La Era de Trujillo. Como día conmemorativo se incluyó el 17 de julio, Día de la Redención de la Deuda Externa, donde era obligatorio que cada ciudadano o institución adornase el frente de su vivienda u oficina con una bandera nacional, so pena de pagar una multa de RD$50.00 pesos, si incumplía. 

"Eran días que se instituían para dar gracias a Trujillo por haber traído tanta felicidad al pueblo dominicano. No se podía ser tibio, había que demostrar entusiasmo y fervor público para estar bien con el régimen y congraciarse con las autoridades. Todo eso iba acompañado de regalos, es decir, se obligaba a los funcionarios públicos a dar parte de su sueldo para comprarle o un yate a Trujillo o construir una casa o un monumento. La contribución dependía del cargo, pero oscilaba entre cinco y cincuenta pesos que era mucho dinero en ese tiempo", relató Acosta a Diario Libre. 

En esa época, asegura, había además un "férreo dictamen" en torno a qué dedicar cada uno de los días festivos. 

"No podía haber indiferencia ni gente que estuviera al margen de las actividades, si había una misa, un mitin, una acción de gracia, una parada militar, era de obligatoria asistencia sobre todo para los funcionarios públicos incluidos los maestros que estaban dentro de esa categoría", agregó el historiador.

En enero también se celebraba el Día de Año Nuevo; el de Duartela Epifanía de los Santos Reyes y el de la Altagracia, en el orden que se conmemora en la actualidad. 

"Festividad para Trujillo tenía que estar vinculado a una razón religiosa o patriótica, pero sobre todo con su familia, con su figura o con hechos con los que tuvo relación", precisó el experto en el tema.

Asimismo era feriado el 27 de febrero con motivo del Aniversario de la Independencia, en el que se celebraba además el Día de la Marina; el 14 de abril, Día Panamericano y el primero de mayo Día del Trabajo. 

En el Archivo General de la Nación (AGN), se encuentran los periódicos de aquellos días donde por cada fecha festiva, se debía publicar el discurso íntegro de Trujillo, además se daba seguimiento a los preparativos que realizarían para las fechas y tres días después del acto de conmemoración del feriado aún se colocaba lo que hizo cada sector en la nación para recordarlo.

El 16 de agosto, se rememoraba el Aniversario de la Restauración; el 12 y 24 de octubre, era evocado el Día de Colón y de la Bandera y las Naciones Unidas, respectivamente. Sin embargo, las personas de la época recuerdan que el 24 de octubre la celebración más importante se hacía para conmemorar el natalicio de Trujillo. También éste día era la fecha oficial de inicio del torneo de béisbol de invierno, el principal pasatiempo de los dominicanos.
 

"Se celebraba el Día de San Rafael que ya ni existe en el calendario católico, y era porque él se llamaba Rafael Leónidas Trujillo y ese día 24 de octubre había que celebrarlo como fiesta patria nacional, y en todo el país se brindaba ron, se hacía fiesta de palo encebao, en las escuelas se hacían actos y desfiles militares en la George Washington", recuerda la socióloga Eulalia Flores.

El día en que Trujillo regresó de Europa fue festivo para recibirlo; el cumpleaños de Rafael Leónidas Trujillo Martínez (Ramfis Trujillo) también era motivo de celebración, recuerda otro ciudadano que formó parte de la época.

"Cuando él regresó de Europa el pueblo entero fue a recibirlo con flores y con banderas", narró Flores.

Según los periódicos de ese tiempo, para asegurar la asistencia a los actos, el gobierno ofrecía transporte gratuito para la población.

Dentro de los días de "reverencia religiosa" y no laborales, se encontraban el Jueves y Viernes Santo; el Día de Corpus Christi y el 25 de diciembre la Natividad de Jesús. El 24 de septiembre se recordaba además el Día de Nuestra Señora de las Mercedes. 

Asimismo, todos los domingos del año debían ser no laborables, sin embargo, eso no quería decir que el funcionario público estuviera libre de obligaciones. 

"En el AGN hay una abundante documentación de las reuniones de coordinación que se hacían los domingos, dirigidas por el gobernador provincial y donde tenían que estar todos los funcionarios más importantes, desde el médico que inspeccionaba los hospitales, hasta el representante máximo del Ejército, la Policía, de eso se levantaba un acta rigurosa con la asistencia", destacó Acosta, quien además dijo que esas reuniones eran una de las formas que Trujillo utilizaba para tener el control de la sociedad. 

"Yo he encontrado en mis investigaciones cartas de Petan (José Arismendy Trujillo Molina), uno de los hermanos de Trujillo, delatando a un maestro porque no mostró entusiasmo ni participó en unos mítines determinados y pidiendo su cancelación y vigilancia", agregó. 

Era obligatorio
En todos los días de fiesta nacional, en el Día de Duarte y en los conmemorativos de Sánchez y Mella y de la Redención de la Deuda Externa, era obligatorio para los particulares enarbolar o tender en los frentes de sus residencias y establecimientos por lo menos una bandera nacional de tela. En los demás días previstos por esta ley dicha demostración cívica sería facultativa. 

En los días de duelo nacional, estaba previsto suspender las labores oficiales y particulares. Todas las banderas que se enhestaban en las oficinas y dependencias oficiales y municipales, así como en las residencias y establecimientos de personas y entidades particulares, debían estar a media asta. Se debía además suspender todos los actos festivos y espectáculos públicos que dependían de instituciones oficiales, así como los actos festivos y espectáculos públicos que dependían de particulares, en las jurisdicciones que señaladas.

Loas al "Jefe"
Toda conmemoración pública, acto escolar o ceremonia militar debía incluir honras al Jefe y su familia. 

"Ni las misas escapaban a esta obligación. Condecoraciones, ceremonias militares, distribución de fotos de Trujillo a cada soldado, actos escolares en los que se incluían siempre loas al Jefe, botones con sus iniciales, monumentos a sus padres, misas y rogativas por su salud, fueron algunas de las expresiones más frecuentes de un culto a la personalidad enfermizo y sistemático, destinado a aplastar cualquier resistencia u oposición a sus políticas, en el seno de una población aislada y reprimida", destaca Acosta en el segundo tomo del libro La dictadura de Trujillo: documentos. 

Días sin suspensión de labores

En la referida Ley del 1948, en su artículo tres, Trujillo dejó establecido como días conmemorativos, pero sin suspensión de labores oficiales o particulares: El 9 de enero, Día del Poder Judicial; el 26 de enero, el 1ro de febrero, Día del Policía; el 9 de marzo, Día de Sánchez; el 13 de marzo, Día del Estudiante; el 24 de abril, Día de los Ayuntamientos; el primer sábado de Mayo, Día de la Mujer de las Américas; el primer domingo de Mayo, Día del Árbol; el 12 de mayo, Día del Agricultor; el último domingo de mayo, Día de las Madres; el primer domingo de Junio, Día del Padre; el 8 de Junio Día de los Deportes; el 22 de junio, Día del Ejército; el 30 de junio, Día del Maestro; el 2 de julio , Día del Alcalde Pedáneo; el 17 de julio, Día de la Redención de la Deuda Externa; el 3 de agosto, Día de la Bandera de la Raza; el 28 de octubre, Día Universitario y de la Escuela; el 6 de noviembre, Día de la Constitución; el 12 de noviembre, Día del Servicio Postal y Telegráfico; el 22 de noviembre, Día del Músico; el 1ro de Diciembre, Día del Padre Billini; el 2 de diciembre, Día Panamericano de la Salud; el 5 de diciembre, Día del Descubrimiento de la isla; el 17 de diciembre, Día Panamericano de la Aviación; el 21 de diciembre, Día del Pobre; el último día de clases de diciembre, Día del Niño.

Día de San Rafael: Trujillo en veinte simples párrafos

Por Yassir Féliz (chukunaky@hotmail.com)
Hoy se cumplen 127 años del nacimiento de Rafael Leonidas Trujillo Molina. Hijo de Josè Trujillo Valdéz y Julia Molina, Trujillo gobernó con mano férrea e implacable los destinos de República Dominicana desde 1930 hasta 1961.
Su don de mando y su inigualable crueldad, sostuvieron una dictadura que llenó de horror y muerte a al país durante su periodo gubernamental, conocido como “La Era de Trujillo”
Con asesinatos crueles y despiadados a intelectuales, gente de pueblo, hombres, jóvenes y hasta mujeres embarazadas, Trujillo enluteció a toda República Dominicana.
Trujillo es el dominicano del cual más se ha escrito, coincidiendo todos en que su Era fue una cruel realidad que habrá de ser irrepetible en nuestro país.
Los tentáculos de la Era de Trujillo se dispersaron a toda América, donde El Jefe tenia secuaces del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) que asesinaban a sus contrarios políticos. Esos tentáculos llegaban hasta poner y deponer gobiernos de otros países a los que Trujillo consideraba amigos o enemigos.
Durante su dictadura se organizó casi todas las estructuras institucionales y físicas en Quisqueya. Se delimitó finalmente los límites de la frontera con Haití, pagó la deuda externa, oficializó el himno nacional, llenó al país de vías y carreteras y comunicación. Introdujo el merengue como ritmo a las clases, pagó la deuda externa, floreció la industria azucarera e hizo construcciones en todo el país.
La dictadura Trujillista sentó las bases reales del capitalismo al dejar atrás esa patria de caudillos regionales y montoneros que tenían en ascuas al país.
Amante del culto a la personalidad, Trujillo fomentó y auspició todo y cuanto le fuera de beneficio económico, social y político que perpetuara su incomparable figura. Había bustos de su figura en todos los municipios del país. Cambió el nombre de la capital dominicana por Ciudad Trujillo. Las principales vías, provincias y municipios del país tenían nombre asociados a su figura.
La fortuna de Trujillo llegó a considerarse entre las más grandes del mundo. La misma tenía como base de sustento las instituciones públicas y privadas de República Dominicana. El país, era como estado, una parcela personal al servicio económico de Trujillo, donde todos los dominicanos eran sus “empleados”.
Para 1955, en celebración del 25 aniversario de la Era, Trujillo organizó lo que se denominó “La feria de la paz y confraternidad del mundo libre”. En dicha feria, llena de extraordinarias megacontrucciones, pomposidades y lujos, Trujillo invirtió cuantiosas sumas de dinero que iniciaron un periodo económico difícil, pero la figura y personalidad faraonesca de Trujillo así lo habían decidido.
Una lectura excelente, objetiva y descriptiva de la Era de Trujillo es el libro “Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo” que escribiera Juan Bosch.
Con los achaques propios de los que sobrepasan los 65 años de edad, Trujillo comenzó a cometer errores que dieron al traste con su tiranía.
El 12 de marzo de 1956 mandó a secuestrar en Nueva York a un exiliado español que había escrito una tesis sobre su régimen llamada “La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana”.
El secuestro y posterior asesinato de Jesùs De Galindez Suárez, involucro al piloto norteamericano Gerald Murphy y al piloto dominicano Octavio (Tavito) De La Maza.
La “desaparición” de Galíndez, quien era profesor de la universidad de Columbia, movilizó a los norteamericanos a través de algunos periodistas y congresistas para presionar al gobierno de Trujillo, quien para borrar toda huella a todos los involucrados en el secuestro, incluyendo a Tavito De La Maza. Este se habría “ahorcado” en una prisión dominicana “arrepentido” y “agobiado” por problemas.
Con el Triunfo de la Revolución Cubana, los USA pusieron su vista en Trujillo, quien continuó cometiendo errores que aceleraron la caída de su régimen. La invasión de 1959, el atentado contra Rómulo Betancourt y la muerte de las hermanas Mirabal, darían al traste con “La Era Gloriosa”.
Sin el apoyo de los Yankees, enemistado con la iglesia Católica, y con pocos amigos dentro y fuera del país, a Trujillo no le quedaba tiempo.
Fue la noche del martes 30 de mayo de 1961, cuando un grupo de sus más cercanos colaboradores, entre los que se encontraban Antonio De La Maza (hermano de Tavito), le hicieron una emboscada y entre ráfagas, acabaron con la vida del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina y así desmembraron la cabeza principal de su oprobiosa dictadura.
Así murió el Jefe. Así mataron al Chivo. Desapareció para siempre el mal llamado Benefactor de la patria” y “Padre de la Patria Nueva”.
Había nacido un día como hoy, día de San Rafael, pero murió como habría de morir: “tronchado por el soplo de una ráfaga aleve, el roble poderoso que durante más de 30 años desafió todos los rayos y salió vencedor de todas las tempestades”.
“La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.” Antonio Machado

Recordemos hoy dia de San Rafael el día que el dictador Trujillo cedió parte del territorio a su aliado haitiano



REVISTA
| 14 DIC 2017, 12:00 AM



El tirano Rafael Leónidas Trujillo y el presidente haitiano Sténio Vincent.

SANTO DOMINGO. Es muy recordada en la República Dominicana la historia de la matanza de los haitianos del 1937, dispuesta por Rafael Leónidas Trujillo, pero no suele evocarse que el mismo tirano oficializó la entrega a su homólogo Sténio Vincent de parte del territorio nacional, con lo que el país perdió a San Rafael de la Angostura, San Miguel de la Atalaya, Hincha y Las Caobas, demarcaciones ocupadas paulatina y pacíficamente por los vecinos.
Esos asentamientos causaron muchas discusiones, que se prolongaron desde los años 60 del siglo XIX hasta el 21 de enero de 1929, cuando fue firmado el acuerdo de los límites, por los presidentes Horacio Vázquez, dominicano, y Louis Bornó, haitiano, mediante el cual el país concedió cuatro mil kilómetros cuadrados y Haití se asumió como dueño de casi un 10% del territorio nacional, fijado por el Tratado de Aranjuez de 1777, que reconoció la ocupación de parte de la isla de Santo Domingo por parte de los franceses.
En el libro “Historia de la República Dominicana, Volumen 2”, Bernardo Vega escribió que después de su primer encuentro en 1933, Trujillo y Vincent discutieron el tema fronterizo y sobre los desterrados políticos, “llegando a un acuerdo tácito, un quid pro quo secreto, por medio del cual Vincent se comprometía a no permitir la estancia de nuevos exiliados y a expulsar a los que quedaban a cambio de que Trujillo cediese territorios que, según el Tratado de 1929, eran dominicanos”.
Finalmente, el 14 abril de 1936 los cófrades ratificaron el acuerdo de 1929 para darle vigencia y reafirmar la necesidad de construir la Carretera Internacional desde Bánica hasta Restauración que serviría de límite fronterizo y que el río Artibonito fuera la línea limítrofe de los dos países.
El ensayista Manuel Núñez ha escrito que el tratado de 1929 significó para los dominicanos la primera gran derrota, luego de que los haitianos ocuparan Capotillo, Hincha, donde nació el general Pedro Santana, Las Caobas, San Miguel de la Atalaya y Rancho Mateo.
Recordó que desde una época anterior se había decidido que el Lago del Fondo (Azuey) que, en la linde de Aranjuez, figuraba compartido por ambos países, quedara exclusivamente en manos de Haití.
“El 22 de enero de 1929, los dominicanos se despertaron con un territorio brutalmente amputado. Habiendo llegado al siglo XX, con más de 53.000 km², tras refrendar el Tratado de 1929 para ponerle punto final a una situación absolutamente inaceptable para la soberanía nacional, quedamos confinados en unas fronteras imprecisas que, en ese momento, rondaba los 49,000km²”, enfatizó Núñez.
De acuerdo a Fabio Herrera-Minino, ese convenio suscrito por Trujillo, “aprobando el despojo definitivo del territorio, quedó como una espina en el cerebro del dictador dominicano, quien por los roces fronterizos en la zona de Dajabón, y en octubre de 1937 ordenó el exterminio, con el uso de machetes y cuchillos, de miles de haitianos residentes en la Línea Noroeste”.
Mapa interactivo del territorio cedido por Trujillo a Vincent en 1929
Amistad de Trujillo y Vincent
El “perínclito” de San Cristóbal mantuvo con su coetáneo Vincent una cálida amistad, que los llevó a promover en círculos internacionales la candidatura de ambos para la obtención del Premio Nobel de la Paz.
Núñez rememora que, a comienzos de 1930, cuando Trujillo asciende a la Presidencia, las relaciones entre los dominicanos y los haitianos eran de buena vecindad y que 13 de marzo de 1933, el gobernante creó el comité de las relaciones culturales dominico-haitianas, presidido por Manuel de J. Troncoso, al cual fueron incorporados Ramón Lovatón, Federico Llaverías, Enrique de Marchena, Julio Ortega Frier y Pedro Henríquez Ureña, Trujillo y Vincent, los dos últimos como presidentes de honor.
Enfatiza que desde aquellos momentos se habían iniciado las conversaciones para la delimitación definitiva de la frontera, inconclusa en el tratado de 1929.
“A comienzos de 1934, la Comisión de Delimitación nombrada por el Presidente comenzó los trabajos. El 2 de noviembre Trujillo se presentó en Puerto Príncipe e hizo un importante donativo para la construcción de casas para los obreros haitianos, al Comité Olímpico y a los asilos y hospitales de Puerto Príncipe, agrega.
Las demostraciones de amistad de Trujillo y Vincent eran frecuentes. El haitiano designó una calle de Puerto Príncipe con el nombre del dominicano y el 1 de marzo de 1935, el extranjero estuvo en el balneario La Toma, de San Cristóbal, y Trujillo lo agasajó en su mansión. Al día siguiente, el criollo lo acompañó hasta Fundación.
Posteriormente, el 22 de diciembre de 1935, el comité dominicano de la Corte de Arbitraje de La Habana dio su voto para que Trujillo y Vincent recibieran el Premio Nobel de la Paz en 1936, otorgado después al argentino Carlos Saavedra Lamas.
Luego, el 9 de marzo de 1936 fue concluida la delimitación fronteriza, iniciada en el tratado del 1929, y Trujillo y Vincent recibieron honores militares en Puerto Príncipe.
El Jefe también “había entregado a Haití el Valle de la Miel y las prolongaciones de Capotillo, un territorio tan extenso como podía serlo la isla de Martinica”, escribió Núñez, quien señala que las operaciones expansionistas haitianas les causaron a los dominicanos la pérdida de 5,600 km² del territorio de la línea de Aranjuez.
“A partir de entonces, la soberanía de Haití se ejercerá plenamente en 27.750 km2 y los dominicanos terminaríamos con 48.448 km2. Los libros de geografía de comienzos de la Era de Trujillo hablaban de 50.000 km². Esos límites fueron completamente desvanecidos por la nueva realidad”, aseguró.
El antes y el después en el mapa
La matanza del 1937
Las buenas relaciones personales y las alianzas políticas entre Trujillo y Vincent no impidieron que el dominicano ordenara la matanza de haitianos del 1937, sobre la que han corrido torrentes de tinta en ambos lados de la isla y en el exterior.
Por el genocidio, “zanjado” a través de las relaciones diplomáticas, el tirano no terminó de pagar una indemnización de US$250,000 que acordó con el presidente Vincent, de acuerdo a lo expresado por Virgilio Álvarez Pina, antiguo colaborador del dictador, en su libro “Era de Trujillo, narraciones de don Cucho”.
El gobernante Vincent
Vincent ocupó la Presidencia haitiana en octubre de 1930, tras ser escogido por una asamblea nacional. Se graduó en la escuela de leyes a la edad de 18 años y fue elegido en 1915 jefe de la Cámara de Diputados de Haití.
Hizo una campaña nacionalista para alcanzar la Presidencia, basada en su fiera oposición a la ocupación americana de Haití, que se mantuvo desde 1915 a 1934.
Vincent disfrutó de una relación de cooperación y soporte financiero, sustentada por el gobierno de Trujillo, con el que empezó a relacionarse tempranamente, al punto de que el primer viaje al exterior que hizo el sátrapa fue para reunirse con él en Juana Méndez, Haití en 1933, según Vega.
La matanza del 1937 causó protestas en Puerto Príncipe de parte de sectores muy irritados por el hecho y la reacción de Vincent, quien en 1938 negoció una compensación de parte del gobierno trujillista para indemnizar a los familiares de los fallecidos.
En 1941, Vincent dimitió y ocupó la Presidencia Élie Lescot, quien había sido embajador de Haití en República Dominicana.
 El día que Trujillo cedió parte del territorio a su aliado haitiano

    EL MERENGUE Y TRUJILLO

    • AQUÍ

    CUENTO SOBRE LA DICTADURA DE TRUJILLO

    COMUNICACION Y PRENSA EN LA DICTADURA DE TRUJILLO

    POESIA EN LA DICTADURA