
El debate en torno a la memoria histórica vuelve a estar encima de la mesa. El desencadenante ha sido la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de cumplir una vieja prometida de la izquierda: sacar el cuerpo del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, su santuario personal a gloria del fascismo, y alejarlo de los miles de víctimas de los dos bandos que allí hay enterradas en la mayor fosa común del Estado español.
Seguir leyendo aca
No hay comentarios:
Publicar un comentario