por editor el 15/12/13 at 4:28 pm
Que la Fuerza Aérea de la República Dominicana dedique su XII Promoción de Cadetes a un general que durante el régimen de Rafael L. Trujillo (1930-1961) se destacó por ser matón y torturador, es algo que mantiene alarmada a la sociedad.
No hay ninguna explicación para este hecho, que desdice del avance institucional y profesional logrado por las Fuerzas Armadas en las últimas décadas tras el desplazamiento del poder de Joaquín Balaguer en 1978.
Sería bueno conocer el pensamiento de Danilo Medina cuando entregaba los sables de mando a los nuevos oficiales graduados en una promoción dedicada a un infausto personaje, que tiene en su record haber participado en la matanza de los héroes del 30 de mayo de 1961.
¿Fueron educados estos nuevos oficiales con la doctrina que imperó en las Fuerzas Armadas cuando el mayor general Fernando A. Sánchez andaba por sus fueros? ¿Permanecen en el altar de la FF.AA. militares del pelambre de Sánchez?
Otra de las “hazañas” de Sánchez, glorificado con este “error” figuran haber participado en el fusilamiento de más de sesenta expedicionarios del 14 de junio de 1959, hecho ocurrido en terrenos cercanos a la Base Aérea de San Isidro.
La explicación del “error” que según el ministro de Defensa, Sigfrido Pared Pérez, se deslizó al asignar con el nombre del general Sánchez la promoción de nuevos oficiales, no satisface a la opinión pública y se requieren más explicaciones.
Aunque es saludable que este “error” haya sido enmendado y se designara a la promoción con el nombre de Juan Pablo Duarte y el Presidente reclamara explicación sobre el caso.
Lo cierto es que todavía la nublazón del trujillismo no se disipa por completo de la sociedad por lo que a veces nos retumba en los oídos el grito de: ¡Viva el Jefe, rompan filas! proveniente de cualquier sector nostálgico de la sociedad, como añoranzas, simbólica o real, del régimen tiránico que por treinta años conculcó todo tipo de derecho.
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