Por Darío Nicodemo
Wenceslao Marcial Guillén Gómez (Wen), había instruido a los miembros de la Unión de Grupos Revolucionarios Independientes (UGRI), para a partir de la siete y media de la noche del 16 de diciembre del 1959, iniciaran la distribución de los volantes que (Wen), Manuel Armando Bueno Pérez y Homero Herrera Velázquez, habían elaborado en la casa No. 34 de la calle General Valverde de la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Wen preparó su escondite debajo del piso de madera de su casa, lugar que le servía para el diseño e impresión de los volantes que luego distribuirían como una forma de expresar su rebeldía contra Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El panfletero Homero Herrera Velázquez, narra en su libro: "Memorias de un Panfletero", aún inédito, que Wen propuso una tarde del mes de octubre del año 1959 a Manuel Armando Bueno, Rafael (Fello) Fermín y a Homero Herrera, la idea del volante y les presentó lo que contendría el texto, su elaboración y como sería impreso. Esto ocurrió frente a la vivienda No. 4 de la calle Eladio Victoria, próximo a la calle Benito Monción. (Zona conocida popularmente como El Pantalón).
Le tomó más de dos meses preparar la impresión del volante. En el trabajo participaron su ideólogo Wen Guillén y Manuel Bueno, posteriormente se integró Homero Herrera. La periodista e investigadora Ángela Peña, publicó una entrevista que ºrealizó a la señora Thelma Gómez Taveras, madre de Wen, donde ella “…rememora esos trágicos momentos cincuenta años después del fatídico 15 de enero del 1960, cuando vio a su hijo por última vez”.
El día y la hora para la distribución del volante había sido estudiada minuciosamente por Wen, según cuentan sus amigos sobrevivientes. Él sabía muy bien que en esa fecha del 16 de diciembre del 1959, oscurecía más temprano porque era cercano al invierno. Ese día era de muy poca actividad, debido a que a esa hora se transmitía por la radio una novela que para entonces era un toque de queda.
Varias casas situadas en la parte céntrica y otras ubicadas en la zona baja fueron escogidas para lanzarle por debajo de la puerta el volante subversivo. Wen consciente del riesgo hizo advertencias sobre a cuáles casas debían "tirarse" el volante y a cuáles no. Con la temeraria decisión de los Panfleteros de Santiago, se dió una lección a la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
La existencia del volante se propagó de forma inmediata en los mandos de seguridad del régimen, lo que inmediatamente desató una tenaz persecución contra los responsables de aquella acción.
El contenido del volante, impreso a ambos lados en media hoja de papel Bond, con letras de color purpura, estremeció a la población de Santiago y de otras localidades. El mismo expresaba lo siguiente:
Lo que molestó al dictador y a su séquito fue el contenido ofensivo del volante, como se puede leer a continuación:
Los volantes o panfletos como despectivamente lo llamara Johnny Abbes García, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) fueron distribuidos en el centro de la ciudad y en los sectores: La Joya, Baracoa, Ensanche Bermúdez, Gurabito, Ensanche Bolívar, Pueblo Nuevo, Los Pepines, y Nibaje. Además de Gurabo, Guazumal, Tamboril, Esperanza y Valverde.
El impacto que produjo el volante por lo bien confeccionado del mismo desorientó a los miembros del Servicio de Inteligencia Militar SIM en Santiago, quienes el día siguiente visitaron el local donde se encontraba la desaparecida imprenta L. H. Cruz, ubicada en la calle Máximo Gómez No. 21, propiedad de Luis Hipólito Cruz.
En cuestionamiento realizado por los miembros del SIM al Encargado del Taller de la imprenta, José Antonio Fernández Job (Tuto), fue si el volante había sido diseñado e impreso en su negocio.
Ante la respuesta negativa de Tuto, preguntaron entonces si había sido hecho en una máquina especializada en sellos “gomígrafos” a lo que Rafael (Rafelito) Reinoso, hermano paterno de Chino Almonte, antiguo administrador de la Compaña Anónima Tabacalera, le mostró la máquina de confeccionar sellos, para que comprobaran que por el tamaño del volante era imposible haberlo confeccionado con la técnica tradicional.
En interrogatorio practicado a Enrique Álmanzar Núñez durante el juicio, entre otras cosas declaro: “...que a principio del mes de diciembre del 1959 había conocido a MIGUEL LUNA y DOMINGO CEPEDA....quienes después de entablar varias conversaciones me presentaron a WENCESLAO MARCIAL GUILLÉN GÓMEZ (A) WEN quien me propuso formar parte de un movimiento subversivo, que tenía como fin el derrocamiento del Gobierno por medio de la violencia, tras lo cual me entregó 50 volantes con literatura de carácter subversivo e injuriosos para los altos funcionarios del Estado, para que los repartiera entre MIGUEL LUNA, DOMINGO CEPEDA y otro joven de nombre CAMILO DISLA”. También refiere que “...fue GUILLÉN GÓMEZ, quien me pidió que como yo me iba a trabajar para Valverde, tratara de conquistar algunos adeptos o de organizar un nuevo grupo y así lo hice, logrando conquistar a RAMÓN MATA ECHAVARRÍA”
Las declaraciones ofrecidas por Enrique Almánzar Núñez se encuentran en el libro: “CRÍMENES CONTRA LA SEGURIDAD INTERIOR Y EXTERIOR DEL ESTADO DOMINICANO”, del jurista Luis Henríquez Castillo, Presidente de la Corte de Apelación de Ciudad Trujillo, ex Diputado al Congreso Nacional y ex Abogado del Estado. (Editorial La Nación, C. por A, Ciudad Trujillo, D. N. 1960). (Pág. 325).
El panfletero José Camilo Disla Ramírez dice entre otras cosas “…más tarde el nombrado ENRIQUE HERNÁNDEZ ALMANZAR, me entregó unos panfletos conteniendo propaganda subversiva, los cuales distribuí en la calle Salvador Cucurrullo de Santiago, el día 16 de diciembre del 1959” (Pág. 327).
También el panfletero Domingo Antonio Cepeda Cruz (A) Mingo sostiene: “La tirada de los panfletos fue el 16 de diciembre de 1959”. (Pág. 327).
Miguel Mauricio Luna Estrella declara: “Yo regué los panfletos a fines de diciembre del 1959”. (Pág. 332).
Se hace necesario resaltar estos testimonios de los Panfleteros de Santiago de los Caballeros y del volante que provocó una reacción en el estamento del poder del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Podemos concluir diciendo que el panfleto hasta ahora no conocido ni divulgado, fue distribuido por un grupo de hombres valientes el 16 de diciembre del 1959, y no en enero del 1960 como han aparecido en artículos, de autores que tratan con muchas imprecisiones históricas el tema de los Panfleteros de Santiago.
El panfleto que diseñara Wen Guillen es bien preciso en su mensaje, cuando expresa: "Con perdón de la expresión Trujillo es un Mierda", no una mierda como se ha escrito ya tantas veces.
Es imposible ocultar la transcendental labor ejecutada por Wenceslao Guillen. Como dijera el poeta español Vicente Alexandre “Nadie puede negar la presencia del que existe”. Con Wen se ha sido injusto.
Sería importante que en recordación a los Panfleteros de Santiago se declare el 16 de diciembre, como Día Nacional del Panfleto, en memoria a todos aquellos que mediante el panfleto denunciaron los atropellos e injustica cometida contra el pueblo dominicano.
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