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domingo, 29 de diciembre de 2013

Hace 52 años Imbert Barrera salió de su escondite








  1. Publicado el 28 de diciembre del 2013 - 11:58 







El general Antonio Imbert Barrera, en foto de archivo, explica los pormenores del tiranicidio de 1961.POR CHICHI DE JESUS REYES
  • Por chichidejesusreyes@gmail.com
  • Después de seis meses de estar escondido, a raíz de su participación en el ajusticiamiento del dictador Rafael L. Trujillo, en mayo de 1961, Antonio Imbert Barrera salió a la luz pública a principios de diciembre del mismo año. Inmediatamente asistió a la misa dominical en la Iglesia San Antonio, en el sector Gascue, y posteriormente visitó la casa del señor Andrés Freites, representante de la compañía gasolinera Esso.
  • En el encuentro con Freites se unió el otro conspirador del tiranicidio Luis Amiama Tió, que días antes había abandonado su escondite en la morada del doctor Tabaré Álvarez Pereyra, quien en el nuevo gabinete post Trujillo formado por el presidente Joaquín Balaguer pasó a ocupar la Secretaría de Salud Pública y Previsión Social. Los supervivientes de la conspiración salvaron sus vidas por la estrechas amistades que tenían con sus protectores, quienes corrieron el riesgo de perderlo todo, inclusive sus vidas.
  • El hombre que salvó a IB (Imbert Barrera) fue el empresario y cónsul honorario de Italia en el país, don Francisco Queco Rainieri, padre de los hermanos Fernando y Frank Rainieri. Don Queco y su esposa Venecia de Rainieri eran amigos entrañables de la familia Imbert. Como su padre siempre resistió ofrecer el más mínimo detalle sobre la hazaña de esconder al sobreviviente, sus dos hijos ofrecieron un relato sinóptico del drama al reconocido periodista Bernard Diederich, del New York Times, que lo recoge en su libro “Navidad con Libertad”, editado en el 2000 por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos. A continuación lo declarado por los hermanos Fernando y Frank Rainieri:
  • “En algún momento, pasadas las 10:30 de la noche del 30 de mayo de 1961, doña Guarina, la esposa de Antonio Imbert Barrera, telefoneó a nuestro padre y le dijo… el plan ha ido bien”, lo que significaba que El Jefe había sido asesinado. Nuestro padre había estado esperando la llamada desde tempranas horas de la tarde del 30 de mayo, pues IB había venido a nuestra casa a decirle que la acción ocurriría esa noche y que esperaran su llamado. Nuestro padre luego le preguntó a IB: “Y si fracasan ¿Cuál es el plan? IB le respondió que no podían fallar, indicando que no tenían otro plan. Papá se acostó creyendo que el plan estaba muy seguro del éxito.
  • “Un poquito más de una hora más tarde, un miembro de la familia Imbert tocó nuestra puerta solicitando a nuestro padre que “viniera urgentemente” a su casa. Acompañado de nuestra madre caminó por la calle Caonabo, hasta llegar a la número 45 donde vivía IB. Allí no encontraron una celebración por la muerte del dictador, sino un aire de pavor y espanto. La esposa de Salvador Estrella estaba allí.
  • Guarina, la esposa de IB, trataba de consolarla. Los niños estaban despiertos, espectadores de un terrible drama. Después de la medianoche los miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) inundaron las calles de la ciudad como un enjambre de abejas. IB había desaparecido (supimos que había ido a casa de la Dra. Gladys de los Santos). Era obvio para todos que la segunda etapa del plan había fallado. No había plan secundario.
  • “El domingo antes del 30 de mayo era Día de las Madres y IB y su familia vinieron a nuestra casa a celebrar. Julián Suero, casado con la prima de mi madre, también almorzó con nosotros. Suero tenía una fábrica procesadora de arroz en San Juan de la Maguana, cerca de la frontera con Haití y los camiones traían su arroz diariamente a Santo Domingo.
  • “Después que los Imbert quedaron establecidos en nuestra casa mi padre sabía que debía moverse rápidamente y llevar a IB a un escondiste más seguro. En las tempranas horas de la mañana del 31 de mayo, mi padre caminó dos cuadras hasta el apartamento del señor Trotti, para buscar la llave de la embajada italiana. Trotti era el primer secretario de la legación, no había un embajador italiano en el país en ese momento. El encargado de la embajada, Mario Cavagliano, así como su esposa eran dos italianos muy valientes que habían asumido riesgos extremos para cooperar en la batalla contra la dictadura. Ellos habían escondido a Yuyo De Alessandro, a quien lograron sacar del país en un crucero hacia Puerto Rico, haciéndolo pasar por cura.
  • Se descartó la posibilidad de que IB escapara hacia Haití por la frontera, ya que los cuerpos represivos peinaban toda la zona, según planteó Juliá, hombre de confianza de Trujillo. Ante la situación, IB requirió la presencia de don Queco, quien de inmediato contactó a Cavaliagno, quien aceptó esconderlo en el cuarto del cuidador en la embajada. El cónsul titular de la embajada no conocía a IB, pero, en cambio, tenía deuda de gratitud con don Queco. Se acordó que esa misma noche IB sería trasladado desde la residencia de Julián hasta la embajada, lo que se materializó a las siete de la noche del día 2 de junio del 1961.
  • Cuando don Queco llegó, IB, vistiendo una boina española y sujetando una pistola calibre 45 que le había regalado Antonio de la Maza, saltó al auto. Mientras manejaba por la avenida Máximo Gómez, un carro del SIM le perseguía, pero se desvió dos esquinas más adelante. En la embajada fueron recibidos por Cavagliano, y se quedó allí hasta el 21 de diciembre, hace ahora 52 años.
  • UN APUNTE
  • El hecho
  • El dictador Rafael Leónidas Trujillo fue ajusticiado la noche del 30 de mayo de 1961, cuando sin escoltas se dirigía a su casa campestre de San Cristóbal. De los ajusticiadores sólo Imbert y Amiama Tió sobrevivieron.

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