Por: José Báez Guerrero
jbg@baezguerrero.net
Es espeluznante que Trujillito, orgulloso del asesino y ladronazo abuelo, embarre honras ajenas con denuncias infundadas sobre corrupción.
En latitudes macondianas decir Estado y negocio en una misma oración implica usualmente alguna truchimanería. Pero ello no autoriza al descerebrado nietísimo del sátrapa Trujillo a ensuciar prestigios y reputaciones de un calibre que él nunca tuvo ni tendrá.
Tras perder el partidito que compró para politiquear aquí pese a no ser dominicano, este audaz aventurero procura notoriedad atribuyendo a otros sus propios manejos ilícitos. Por ejemplo, Trujillito es el responsable impune de que una entelequia, WODA International, ofreciera en 2005 al BNV US$25 millones a diez años a través de un banco de Australia y otra empresa, fantasma, para lo cual el BNV logró una garantía del Banco de Reservas por US$5 millones a favor de WODA; esta liquidó fraudulentamente la facilidad a su favor y desapareció del país, obligando al garante a recuperar los US$5 millones descontándolos de un depósito del BNV.
¿Puede este pillo impune venir a pontificar sobre honestidad?
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