Publicado el: 24 junio, 2019
Por: Dionisio Soldevila
e-mail: d.soldevila@hoy.com.do
Nacer en 1938, en Laguna Verde, Montecristi y 45 años más tarde entrar al Salón de la Fama de Cooperstown no luce ser una proeza fácil.
Mucho menos si se toma en cuenta que en el proceso se tuvo que atravesar la parte más incómoda de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, un racismo asqueroso en los Estados Unidos, sin contar con enfrentar a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Por más de tres décadas, desde aquel 1983 cuando fue el primer dominicano miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Marichal fue único, y eso es algo que lo llena de orgullo.
“Yo me siento orgulloso de haber sido el primero y el único por más de tres décadas”, dijo Marichal al conversar con redactores del Periódico Hoy en su hogar en el sector de Las Praderas de la capital dominicana.
Marichal lanzó por 15 años en las Grandes Ligas, principalmente con los Gigantes de San Francisco, y tuvo marca de 243-142 y efectividad de 2.89 con 2,303 ponches.
En 10 ocasiones fue seleccionado al Juego de Estrellas en la edición de 1965 ganó el premio al Jugador del Más Valioso de ese evento de mitad de temporada.
Mucho menos si se toma en cuenta que en el proceso se tuvo que atravesar la parte más incómoda de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, un racismo asqueroso en los Estados Unidos, sin contar con enfrentar a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Por más de tres décadas, desde aquel 1983 cuando fue el primer dominicano miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Marichal fue único, y eso es algo que lo llena de orgullo.
“Yo me siento orgulloso de haber sido el primero y el único por más de tres décadas”, dijo Marichal al conversar con redactores del Periódico Hoy en su hogar en el sector de Las Praderas de la capital dominicana.
Marichal lanzó por 15 años en las Grandes Ligas, principalmente con los Gigantes de San Francisco, y tuvo marca de 243-142 y efectividad de 2.89 con 2,303 ponches.
En 10 ocasiones fue seleccionado al Juego de Estrellas en la edición de 1965 ganó el premio al Jugador del Más Valioso de ese evento de mitad de temporada.
“Le digo a mucha gente, que si vienen al país y visitan Laguna Verde, ellos no se imaginarían que un joven que nació ahí en ese campito, pudiera haber hecho esa trayectoria, desde Michigan City, Indiana; Springfield, Massachussetts, Tacoma, Washington; San Francisco, California y Cooperstown. Yo les digo que si vienen y visitan Cooperstown, hubieran llamado a los votantes y entro antes”, comentó Marichal.
Marichal se siente honrado de haber sido electo al Salón de la Fama aunque entiende que debería tener más compañía de sus compatriotas desde hace mucho tiempo.
“Son cosas bonitas, no mucha gente está ahí. Me siento tan orgulloso de haber sido el primero y único (dominicano) por 35 años, algo que nunca estuve de acuerdo porque en este país que tenemos tantos peloteros, deberíamos haber más de tres (en Cooperstown)”.
Marichal está contento de la llegada al Salón de la Fama de Pedro Martínez, en el 2015 y Vladimir Guerrero en el 2018, y espera que pronto reciba más compañeros aunque lamenta el caso específico de dos que no han logrado entrar y un tercero que podría tener problemas cuando sea elegible.
“Me siento alegre por ello y espero que lleguen mucho más. Me da lastima que hay tres nombres que deberían estar ahí, Sammy Sosa, Manny Ramírez y Alex Rodríguez que deberían tener un pie adentro. Alex todavía no es elegible, pero ya debería tener un pie adentro”, comentó.
Dijo que Sosa y Mark McGwire levantaron el béisbol y destacó sus tres temporadas de 60 ó más cuadrangulares como un hecho incomparable.
El incidente con Roseboro. Marichal entró al Salón de la Fama luego de tres años de elegibilidad y gran parte de que tuviera que esperar se debió al incidente que protagonizó con John Roseboro.
En un partido del 22 de agosto de 1965, contra los Ddogers de Los Angeles, Marichal estaba bateando y luego que Roseboro devolviera la pelota al lanzador Sandy Koufax, rozando la cabeza de Marichal, quien golpeó en varias ocasiones al receptor con su bate.
“Roseboro me envió tres mensajes con Mateo (Alou), (Peruchín) Cepeda y Cuqui Lavalle: A Marichal que se calle si no quiere que le meta una detrás del oído. Cuando yo le pregunté, los calificativos de mi madre, son impublicables. Lamento mucho lo que sucedió, pero el calor del momento me venció. Me alegra que posteriormente pudimos ser amigos, yo lo invité aquí al Clásico de Golf Juan Marichal y creamos una buena relación después de eso, incluso cuando llegué a los Dodgers en el 75, él hizo un llamado a los fanáticos para que me dieran una buena bienvenida, y así fue”.
Marichal se siente honrado de haber sido electo al Salón de la Fama aunque entiende que debería tener más compañía de sus compatriotas desde hace mucho tiempo.
“Son cosas bonitas, no mucha gente está ahí. Me siento tan orgulloso de haber sido el primero y único (dominicano) por 35 años, algo que nunca estuve de acuerdo porque en este país que tenemos tantos peloteros, deberíamos haber más de tres (en Cooperstown)”.
Marichal está contento de la llegada al Salón de la Fama de Pedro Martínez, en el 2015 y Vladimir Guerrero en el 2018, y espera que pronto reciba más compañeros aunque lamenta el caso específico de dos que no han logrado entrar y un tercero que podría tener problemas cuando sea elegible.
“Me siento alegre por ello y espero que lleguen mucho más. Me da lastima que hay tres nombres que deberían estar ahí, Sammy Sosa, Manny Ramírez y Alex Rodríguez que deberían tener un pie adentro. Alex todavía no es elegible, pero ya debería tener un pie adentro”, comentó.
Dijo que Sosa y Mark McGwire levantaron el béisbol y destacó sus tres temporadas de 60 ó más cuadrangulares como un hecho incomparable.
El incidente con Roseboro. Marichal entró al Salón de la Fama luego de tres años de elegibilidad y gran parte de que tuviera que esperar se debió al incidente que protagonizó con John Roseboro.
En un partido del 22 de agosto de 1965, contra los Ddogers de Los Angeles, Marichal estaba bateando y luego que Roseboro devolviera la pelota al lanzador Sandy Koufax, rozando la cabeza de Marichal, quien golpeó en varias ocasiones al receptor con su bate.
“Roseboro me envió tres mensajes con Mateo (Alou), (Peruchín) Cepeda y Cuqui Lavalle: A Marichal que se calle si no quiere que le meta una detrás del oído. Cuando yo le pregunté, los calificativos de mi madre, son impublicables. Lamento mucho lo que sucedió, pero el calor del momento me venció. Me alegra que posteriormente pudimos ser amigos, yo lo invité aquí al Clásico de Golf Juan Marichal y creamos una buena relación después de eso, incluso cuando llegué a los Dodgers en el 75, él hizo un llamado a los fanáticos para que me dieran una buena bienvenida, y así fue”.
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