Inmediatamente el Presidente Gral. Rafael Leónidas Trujillo Molina, asume el poder en la República Dominicana, una de las primeras iniciativas legislativas fue en el mes de marzo del 1931, someter una ley al Congreso Nacional para que se le reconociera personalidad jurídica a la iglesia católica, fue aprobado y promulgado en el mes de abril de ese mismo año.
Las relaciones entre Trujillo y la Iglesia Católica, paso por varias etapas, en su primera fase fue de luna de miel, empieza en su segundo año de gobierno cuando decreto un subsidio para la Iglesia por parte del estado dominicano, lo que le mereció la “Orden Hierosolimitana del Santo Sepulcro por parte del Arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Adolfo Nouel en agosto de 1931.
Apenas transcurrido un año en el 1932, el hombre de hierro de San Cristóbal, le retiro el subsidio porque el Vaticano designo como Arzobispo al Padre Rafael Castellanos Martínez por Monseñor Nouel, y el nuevo Arzobispo no comulgaba con su régimen, por lo que maniobró para que removieran a Castellanos y retornara Monseñor Nouel de manera vitalicia.
Monseñor Pinitini es consagrado como Arzobispo de Santo Domingo, en diciembre del 1935, quien prosternó la iglesia a los pies del dictador, por lo que las relaciones fueron armoniosa, hasta tal extremo que el 15 de junio del 1954, se firmó el Concordato, para lo que el General Trujillo Viaja al Vaticano para firmarlo con el Papa Pio XXII, quien le otorgó en tan solemne oportunidad la “Gran Cruz de la Orden Piana”. Los privilegios de parte del régimen fueron ampliados a la iglesia católica, marginando a las otras creencias religiosas.
En su introducción el Concordato dice:
CONCORDATO ENTRE LA SANTA SEDE Y LA REPÚBLICA DOMINICANA :
En el nombrede la Santísima Trinidad, La Santa Sede Apostólica y la República Dominicana, animadas del deseo de asegurar una fecunda colaboración para el mayor bien de la vida religiosa y civil de la Nación Dominicana, han determinado estipular un Concordato que constituya la norma que ha de regular las recíprocas relaciones de las Altas Partes contratantes, en conformidad con la Ley de Dios y la tradición católica de la República Dominicana.
A este fin Su Santidad el Sumo Pontífice Pío XII ha nombrado por su Plenipotenciario a:
Su Excelencia Reverendísima Monseñor Doménico Tardini, Prosecretario de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios,
y Su Excelencia el Presidente de la República Dominicana ha nombrado por su Plenipotenciario a :
y Su Excelencia el Presidente de la República Dominicana ha nombrado por su Plenipotenciario a :
Su Excelencia el Generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo Molina.
En su primer artículo, se establece que, a Religión Católica, Apostólica, Romana sigue siendo la de la Nación Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley Divina.
Los amores entre la iglesia y el régimen se quebraron cuando las voces de los obispos dominicanos, el 31 de enero de 1960 en una carta pastoral mostraron su desacuerdo con el régimen. Trujillo respondió con ataques feroces mediáticos y con acciones directas contra la iglesia católica, promovió protestas contra los obispos y producto de estos desafueros de un régimen que llegaba a su ocaso, fu que personeros de San Francisco de Macorís, incendiaron la Capilla de la Ermita, la cual estaba en la carretera San Francisco –Las Guásumas.
Quienes serian los barbaros servidores del esbirro que mandaron a quemar este lugar sagrado de reflexión cristiana.
Obispos dominicanos, desde este humilde escritorio y observatorio político dominicano, quien escribe, les felicita por su última carta pastoral, que debe convertirse en un código de actuación no solo de los partidos, sus candidatos, sino de todo el pueblo dominicano. Es el camino hacia una sociedad más ética, justa, cristiana y constituye las bases hacia el desarrollo espiritual de la sociedad dominicana.
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