Los dominicanos estamos desesperados y queremos salir de la encrucijada en que nos han metido los políticos que a partir de la muerte de Trujillo nos han gobernado, pero ojo con eso.
El 30 de mayo del 1961 debió ser el fin de la dictadura de los Trujillo en este país que durante 32 años nos gobernaron con mano dura, como lo hacen los tiranos. Pero no ha sido así, aún tenemos exclamaciones como las siguientes.
¡Aquí hace falta un Trujillo! ¡Si Trujillo estuviera vivo! ¿Y por qué no vuelve Trujillo ?. Exclamaciones salidas de la desesperanza de un pueblo que pensó salir adelante luego del ajusticiamiento del dictador.
Pero no ha sido así,. Trujillo retumba, como retumbó la Caracola Marina del indio Enriquillo en las lomas del Bahoruco cuando se alzó para luchar por la libertad de su raza.
Trujillo está entre nosotros. Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del sátrapa que nos gobernó con manos de hierro durante más de treinta años y de acuerdo a muchos podría ser una opción de poder en nuestro país.
Muchos hablan de él, lo alaban, lo dimensionan y hasta hay quienes lo están idolatrando el extremo de proyectarlo como virtual candidato a las elecciones Presidenciales del 2020.
Qué Horror y que desconocimiento de la historia, pese a la advertencia de que desconocer nuestra historia nos llevaría a repetir los mismos errores de antaño.
Es como si quisiéramos salir rápido de una encrucijada y que aunque tengamos varios caminos, escojamos el del abismo, el peor el que nos lleva a la boca del león o al despeñadero donde sólo se escucharan los lamentos de los que queden vivos.
Es cierto que 56 años luego de haber salido de una dictadura es tiempo suficiente para que muchos de nuestros males hayan desaparecido, pero por el clamor a Trujillo parece que no ha sido así.
Porque aún anhelamos salir de la corrupción, de la impunidad, de los crímenes, de la inseguridad, de la erradicación de la delincuencia, que anhelamos buenos servicios de salud, salir de la pobreza, pero no ha sido así.
Por eso se clama a un Trujillo, por entender que cuando él gobernaba sólo él robaba y que muy pocos de su entorno eran los ricos, pero hoy son muchos los que roban, son muchos los ricos y los pobres han aumentado también.
A 56 años de la muerte de Trujillo, nuestros políticos no han logrado satisfacer nuestros anhelos de una sociedad más justa, de mejor salud, menos pobres y por eso siempre sale a flote como un grito de libertad ¡Hay si Trujillo estuviera vivo!.
Pero cuidado, escudriñemos la historia, analicémosla para que su sentencia no nos afecte por la desesperación del momento, que al tratar de salir raudos del laberinto no nos lleve al despeñadero para seguir escuchando el grito de los que queden vivos, aún hay muchos buenos dominicanos visualicemos a uno y hagámoslo nuestro salvador y dejemos enterrado el pasado.
Trujillo debe ser el pasado.
Y para que nos sigamos documentando léanse un trabajo publicado en Almomento.Net del escritor y político Miguel Espaillat Grullón el 16 de diciembre 2017 con el titulo Algunas preguntas a Ramfis Domínguez Trujillo y a Quique Antún
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