Minerva Mirabal nació en 1926 y veinte años después ya se había graduado de bachiller en Filosofía y Letras. En 1949 comenzó a tener problemas con el régimen y en 1952 se inscribió en la Universidad de Santo Domingo para estudiar la carrera de Derecho; pero cuando llegó el momento de reinscribirse para cursar el segundo año, en 1953, las autoridades de la Universidad se negaron a aceptarla como estudiante, para complacer la voluntad del tirano, pues a ella se le sindicaba como opositora a la dictadura y de profesar ideas comunistas.
Como queda establecido en la carta del 9 de octubre pero publicada en el periódico El Caribe, del 20 de octubre de 1953, hasta que Minerva no le rogó a Rafael L. Trujillo diciéndole que acudía a su “generosa protección” y que depositaba en sus manos la “solución del problema” y le expresaba su decisión de mantenerse “a la vanguardia” de su fila “espontáneamente”, haciendo gala de su “hondo fervor trujillista”, no se le permitió continuar su carrera de abogada, la que concluyó el 28 de octubre de 1957 graduándose con las máximas calificaciones y honores otorgados en esa disciplina, Summa Cum Laude.
En una “aclaración” colocada al pie de la carta publicada, el jefe de redacción del diario matutino puso la nota que delataba la persecución política de que era objeto: “En fuentes que le merecen entero crédito a EL CARIBE se ha podido saber que el hecho a que se refiere la estudiante Minerva Mirabal, tiene sus raíces en las comprobadas conexiones que ella mantenía con dirigentes del Partido Comunista y con agentes al servicio de Moscú en la zona del Caribe».
En 1960, el 25 de noviembre, el temible Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y por orden expresa del “generalísimo”, la asesinó junto a dos de sus hermanas y al chofer Rufino de la Cruz que le sirvió de acompañante para viajar a Puerto Plata, lugar donde permanecían prisioneros los esposos.
Así era de perverso Trujillo. A Minerva Mirabal el dictador intentó robarle su derecho al estudio, la confinó en lejanos pueblos apartándola de sus familiares, la encarceló varias veces torturándola, a ella y a su esposo, en la cárcel clandestina de La Cuarenta, y después de siete años de persecución y acoso le robó la vida el 25 de noviembre de 1960.
En relación a la difícil situación enfrentada por Minerva Mirabal en relación a sus estudios de Derecho, insertamos a continuación el texto completo de la carta enviada por Minerva Mirabal a Rafael L. Trujillo, hecha publicar en El Caribe por orden expresa del dictador. El original del 20 de octubre de 1953, se encuentra a disposición de los interesados en la colección de periódicos en del Archivo General de la Nación:
“Estudiante de Derecho hace exposición al Generalísimo”.
«Una estudiante universitaria de Ojo de Agua, Salcedo, ha dirigido al Generalísimo Trujillo “una exposición y una súplica” en vista de que, según expresa en su carta al Benefactor de la Patria, se le “niega la entrada a la Universidad” este año.
La carta que Minerva Mirabal, estudiante de la facultad de Derecho, ha enviado al Generalísimo Trujillo se reproduce textualmente a continuación:
Ojo de Agua, Salcedo, Octubre 9 de 1953.
Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina,
Benefactor de la Patria,
Ciudad Trujillo.
Ilustre Jefe:
Tengo el honor de saludar a Vuestra Excelencia en ocasión de dirigirle una exposición y una súplica.
El pasado año escolar estudié en la Universidad el primer curso de Derecho. Tuve siempre la intención de escribirle para manifestarle mi gratitud por disfrutar, al amparo de nuestra gloriosa Era, del inmenso beneficio que significaba la realización del ideal de toda mi vida.
No lo hice porque con una timidez ingénita en mi creí molestaros. Este año con dolor y sorpresa me he enterado que se me niega la entrada a la Universidad y acudo a vuestra generosa protección y me atrevo a depositar en vuestra mano omnipotente la solución de mi problema. Espero que Vuestra Excelencia tenga conocimiento de que mi conducta nada ha dejado que desear, porque a ello se han encaminado mis más sinceros esfuerzos. Las pruebas, luchas e incomprensiones, compañeras inseparables de mi juventud, me atrevo a decirlo sin jactancia, se han convertido en experiencias, en anhelos de superación que deposito a vuestras plantas, rogándoos acogerles con vuestra generosidad característica, y consideración ahora y siempre a la vanguardia de vuestras filas, sincera y espontáneamente, llena de hondo fervor trujillista.
Al presentar mis respetos al nuevo gobernador de la provincia, señor Luis Guzmán Taveras, le he rogado no olvidar que para cualquier manifestación, para cualquier discurso, en momento oportuno, estoy incondicionalmente a sus órdenes para contribuir con mis humildes palabras al enaltecimiento de vuestra egregia persona.
Me despido, Excelencia, recordando que en el mundo moral como en el mundo material nada se pierde; no se perderá la simiente de vuestra bondad, os lo juro! Crecerá y florecerá en la sinceridad entera y en la gratitud inmensa de vuestra humilde servidora.
(Fda.) Minerva Mirabal.
N. de R.- En fuentes que le merecen entero crédito a EL CARIBE se ha podido saber que el hecho a que se refiere la estudiante Minerva Mirabal, tiene sus raíces en las comprobadas conexiones que ella mantenía con dirigentes del Partido Comunista y con agentes al servicio de Moscú en la zona del Caribe». (El Caribe, 20 de octubre de 1953).