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domingo, 8 de septiembre de 2013

Carlos León Pumarol, luchador de siempre






Escrito por: ÁNGELA PEÑA (A. PENA@.COM. DO)
Vivió la experiencia del martirio trujillista que lo encarceló en la Torre del Homenaje en diferentes ocasiones desde que descubrieron su participación en Juventud Revolucionaria junto a sus íntimos y vecinos de “La Primavera”, Pericles Franco Ornes y Francisco Alberto Henríquez, Chito, con cuyo hermano, “Gugú”, no solo participó en política sino también en deportes, como la natación que les inspiró  Johnny Weismuller.
 Es la historia oral, viviente, de esa organización, de la Juventud Democrática,  de agrupaciones de la extrema izquierda y del movimiento sindical por lo que actuó también impulsado por el ejemplo y la entereza de Heriberto Núñez, Freddy Valdez, Ángel Liz, los hermanos Viriato, Antinoe y Gilberto Fiallo, Miguel Fuertes Duarte, entre otros. Por eso le es también familiar el acontecer del Partido Revolucionario Democrático, el Frente Nacional y el accionar de los obreros del sur y el este de la República.
 La lucha contra el trujillato de Carlos Abraham León Pumarol se cita en casi todas las obras escritas tras el ajusticiamiento pero no se recogen sus pormenores porque fue principalmente clandestina aunque todos sus pasos los conocía el régimen. Ludovino Fernández, colaborador de la dictadura, lo exoneró en una ocasión de presentarse diariamente  alegando: “¿Dónde tú te metes que yo no me entere?”.
 El primer interrogatorio se lo practicó Celito Peña Morro, subsecretario de la presidencia, en la calle Las Damas, acusado de conspirar en una cena que organizó Pericles Franco y cuyo invitado principal era el jurista Álvaro Brunster a quien aquel había conocido cuando hacía el bachillerato en Chile. “Conoció a Pericles y lo enroló en la extrema izquierda”, afirma. Recuerda en ese encuentro, además de los citados, a Chito Henríquez, Pedro Mir, Ramón Grullón Martínez.
 Era 1944 y en “Ciudad Trujillo” se celebraba el Congreso de la Juventud, convocado por Trujillo para “conmemorar el centenario de la República y preparar su reelección. Toda esa juventud seleccionada por cónsules y embajadores”, significa, cantarían las glorias del déspota.
A esta participación de Carlos León se agregaba el que su padre había sido fichado por el régimen por haberse negado a escribir una carta favoreciendo el cambio de nombre de la capital y porque no se había inscrito en el Partido Dominicano. “Peña Morro me dijo que yo no estaba cooperando con el gobierno, contesté que no lo iba a hacer y ahí caí en la lista negra”. Estaba en quinto año de Derecho pero nunca le permitieron hacer la tesis.
Chito Henríquez, declara, “fue el que más se destacó reclutando gente para el movimiento contra Trujillo. Yo, desde 1944 a 1946 estuve organizando, llamando la atención sobre dos aspectos: la introducción de un panfleto por debajo de las puertas de las habitaciones del hotel donde se realizaba el congreso y en 1945 repartiendo panfletos  denunciando la ausencia de democracia. En la redacción del primero estuvimos Manuel Mena Blonda, Pericles, Chito, yo y en la distribución del otro me tocó el ensanche Lugo, por la noche. Los que estuvieron por la zona colonial cayeron casi todos presos, entre ellos mi primo Alfredo Lebrón Pumarol, Juan Doucudray, Manuel Mena Blonda, José Ramón Martínez Burgos”.
Luego tomó parte en reclutamientos en diferentes localidades. “En Santiago Hilda Pérez y Rafael Moore Garrido; en San Pedro de Macorís los hermanos Mella Chavier; en San Francisco de Macorís los hermanos Ramón, Frank y Cecilio Grullón…
León Pumarol perteneció al Comité Político de Juventud Revolucionaria que integraban, además, Mena Blonda, Martínez Burgos, Diego Bordas Hernández y Félix Servio Doucudray. “Sabíamos el riesgo, estábamos conscientes de que iríamos a prisión si nos descubrían y creamos la táctica, en caso de caer, de que nadie mencionaría nombres”.
En prisión. En 1946 le apresaron acusado de formar grupos ilegales que querían derrocar el gobierno. “Cayeron también Germán Emilio Ornes, Bolívar Kunhardt, el licenciado Heriberto Núñez y los tres hermanos Fiallo. Ya se había creado un grupo de unidad entre las tres fuerzas clandestinas”, explica, y acota que nunca se supo quien los denunció.
En celda solitaria, durmiendo en el suelo en forma de ele, amenazado con que sería lanzado a La Caleta si no hablaba, impedido de recibir visitas ni alimentos, conoció al “grupo Comunista” del que sólo había escuchado hablar. Le impresionaron y estimularon.
Lograron convencer a Federico Fiallo de que no conspiraban y los liberaron “cuando ya se había creado el convenio con Trujillo de que vendría el grupo de extrema izquierda que estaba en el exilio, a participar en política. “Me soltaron con condiciones”.
“Al salir el grupo PSP (Partido Socialista Popular) de la clandestinidad,  convencen a Juventud Revolucionaria de que salga a la legalidad, yo no estaba de acuerdo porque consideraba que Trujillo preparaba el terreno para la reelección, en 1947, y dije que no firmaba la salida de Juventud Revolucionaria como Juventud Democrática”, explica.
Además, al salir de la cárcel, Carlos León encontró una situación familiar desgarradora debido a su lucha: ninguno podía trabajar y él se sintió comprometido a ayudarlos, aunque nunca abandonó Juventud Democrática. “Me seguía considerando miembro”.
Fue reapresado en 1947 cuando Fiallo descubrió las células de los pueblos y comprobó el engaño. “Me llevaron al local del Partido Dominicano en la George Washington y ahí me interrogan Fiallo y Cucho Álvarez acusándome junto a Roberto MacCabe y Chito Henríquez… Cuando el caso va donde Trujillo la opinión de Federico Fiallo se impuso y estuve preso hasta 1949”.
 Trabajó a partir de entonces como empleado de una distribuidora de pasta dental  aunque no exento de problemas: no le daban pasaporte ni le permitían salir y en 1953 debió entrenarse para ir a Corea marchando todas las mañanas en Sans Soucí a pesar de su matrimonio y esposa embarazada. Libre, continuó su vida y llegó a gerente de esa firma, luego fundó una publicitaria, hasta 1986 que se unió a un grupo de consultores donde estuvo hasta 2004.
Nació en Santo Domingo el 15 de junio de 1921, hijo de Oscar León del Valle y Rachel Pumarol de León, descendientes de judío sefardita y del  barcelonés al que llamaban “almirante de la flota dominicana”  que recibió el cadáver de Duarte. Alumno  del colegio Cervantes que dirigía Gracita Álvarez de Tejera, se graduó de bachiller  en La Normal Superior.
Está casado con Venecia Villalón, madre de sus hijos Pilar, Carlos Guillermo, Rosario y Carmen Rita.
Pide una aclaración final: En su libro “Lucha contra Trujillo 1930-1961”, Juan José Ayuso consigna: “El primer Comité Central de la Juventud Revolucionaria fue formado por Manuel Mena Blonda, Félix Servio Ducoudray Mansfield, Diego Bordas Hernández y Carlos León Pumarol”. Sin embargo, pone entre paréntesis: “(Lebrón, no León)”. Pero efectivamente es León, no Lebrón.

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