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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

martes, 17 de diciembre de 2019

Ramfis Trujillo al borde de la muerte y bebiendo whisky

 
Ranfis Trujillo no murió a consecuencia de un accidente de tráfico. En la Clínica en la que fue ingresado, contrajo una neumonía neumocócica hospitalaria asociada al consumo excesivo de alcohol, que le produjo la muerte. 
Finalicé el Bachillerato en Ciencias Físicas y Naturales en el Colegio Luis Muñoz Rivera de Santo Domingo en junio de 1963. En ese momento, como resultado de las primeras elecciones democráticas después de la muerte del Dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, gobernaba el país el Profesor Juan Bosch Gaviño. Ingresé en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo cursando el Curso Preparatorio y el Primer Curso que no finalicé. El 24 de abril comenzó la Revolución de 1965 contra el gobierno de facto de Donald Reid Cabral con el fin de volver a la Constitución de 1963 y al gobierno legítimo de Juan Bosch. Durante la contienda presté mis servicios como voluntario en la Cruz Roja Dominicana que presidía el Dr. Luis F. Fernández Martínez. Ante la invasión de la Infantería de Marina de los Estados Unidos y el curso de los acontecimientos de la guerra, mi familia decidió que continuara mis estudios de medicina en España. Salí para Madrid, vía San Juan de Puerto Rico, en el mes de Agosto de 1965.
Ranfis Trujillo Martínez
En Madrid, legalicé mis documentos en el Instituto de Cultura Hispánica, matriculándome en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, conjuntamente con un grupo de estudiantes dominicanos que también habían venido a España a continuar sus estudios. La vida en España era totalmente diferente a la dominicana y desde el primer momento traté de adaptarme al día a día de una ciudad castellana, adonde al igual que yo venían a estudiar muchos estudiantes desde otras provincias españolas. En el Colegio Mayor conocí a un estudiante asturiano, de unos cursos superiores al mío, al que las circunstancias de la vida harían que coincidiéramos años después. Este compañero, el Dr. José María Izquierdo Rojo terminó la carrera de medicina en Valladolid, estuvo en Suiza, en el Hospital General de Oviedo y sacó plaza de residente en la Ciudad Sanitaria La Paz, en el Servicio de Cirugía del Profesor Sixto Obrador, uno de los médicos españoles más respetado fuera de España.
Al terminar la especialidad de neurocirugía en La Paz, sacó plaza de médico adjunto en el Hospital Universitario de Valdecilla, en Santander, donde pasó los primeros años de su ejercicio hospitalario. Posteriormente preparó las oposiciones para una plaza en el Hospital Universitario de Valladolid donde estuvo varios años. En la década de los años ochenta salió a oposición una plaza de Profesor Titular de Neurocirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo. Era la oportunidad de volver a la tierra asturiana, además su padre había sido el primer neurocirujano de Oviedo, por lo que quería ser el primer profesor de la especialidad. Después de una brillante oposición sacó la plaza de Profesor Titular de Neurocirugía. Posteriormente se trasladó de nuevo a Santander como Jefe de Neurocirugía del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y Catedrático de Neurocirugía de la Universidad de Cantabria.
Por mi parte yo finalicé mis estudios en Valladolid, me especialicé en Medicina Preventiva y Salud Pública y saqué por oposición una plaza del Cuerpo Nacional de Sanidad. Realicé y defendí mi Tesis Doctoral en Valladolid y me presenté a oposición de Profesor Titular de Medicina Preventiva y Salud Pública. Gané por concurso la Plaza de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de Oviedo, compatibilizándola con la plaza de Sanidad Exterior en el Puerto de Gijón. A finales del año 1978 me desplacé a Asturias a ocupar las plazas correspondientes y posteriormente saqué por oposición la plaza de Catedrático. Pasados unos años, una tarde me encontré con mi compañero de estudios de Valladolid, José María Izquierdo Rojo que se había incorporado a su plaza de Profesor Titular de Neurocirugía. Conversamos ampliamente y me comentó que había vivido una experiencia en su época de residente de la especialidad quirúrgica y que seguramente sería de mi interés. Subimos a su despacho y una vez acomodados, me fue narrando la anécdota vivida que detallo a continuación:
“El día miércoles 17 de diciembre de 1969, me encontraba de guardia en el Servicio de Urgencia de la Ciudad Sanitaria La Paz, cuando hacia las nueve y media de la mañana llegaron en ambulancia, dos adultos y un niño que habían tenido un accidente de tráfico. De los adultos, una mujer de alrededor de 45 años, en estado muy grave falleció a los pocos minutos. El otro adulto, un varón de unos 40 años presentaba diversos traumatismos leves, encontrándose inconsciente con un elevado estado de embriaguez. El niño, de unos once años, presentaba varios traumatismos con fractura de fémur derecho y del radio del brazo derecho. El cadáver de la mujer fue trasladado a la morgue, el varón adulto a una Unidad de Cuidados Intensivos en observación y el niño al quirófano, que una vez atendido, pasó a planta.
Ranfis Trujillo Martínez
Pasado un tiempo de la actuación médica, fui llamado al Servicio de Urgencia donde me encontré con dos señores armados, vestidos de civil, que nerviosamente me preguntaron por el “General”. Les informo que su estado no es grave, que se encuentra en una unidad de cuidados intensivos en observación, perfectamente atendido, pero que no pueden pasar a verlo y tampoco pueden entrar con armas al hospital. Se marchan rápidamente y por la tarde me entero que han pedido el alta voluntaria del “General” siendo trasladado a una clínica privada.
Al día siguiente me entero por la prensa que la fallecida era Doña María Teresa Bertrán de Lis y Pidal, Duquesa de Alburquerque y el niño Don Juan Osorio y Bertrán de Lis, Marqués de Cuellar, hijo mayor de la Duquesa. El “General” era nada menos que Rafael Leonidas Trujillo Martínez, alias Ranfis, hijo del Dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, el tirano que había gobernado la República Dominicana durante más de 3 treinta años. Obviamente la sorpresa fue mayúscula, pues no sabía a quienes habíamos atendido el día anterior. Pasada la sorpresa comencé a indagar y me enteré que la Duquesa de Alburquerque procedía de su Finca El Soto de Mozanaque, próxima a Algete, acompañada de su hijo, con el objeto de llevarlo al centro docente donde cursaba los estudios de bachillerato. Ranfis Trujillo regresaba de una fiesta, donde había estado toda la noche y se dirigía a su residencia en “La Moraleja”.
Según el informe de la Guardia Civil de Tráfico, el coche matrícula 2-M-7726, un Ferrari 330-GT conducido por el General Trujillo, circulaba a gran velocidad en la carretera de Irún (N-I), por Chamartín y al llegar a la Avenida de Burgos, no respetó la señal de Stop existente, embistiendo al otro coche, un Jaguar matrícula 466-NT-64 conducido por la Duquesa de Alburquerque. El impacto se produjo entre la parte frontal del Ferrari y la puerta lateral del lado izquierdo del Jaguar, resultando un violento choque entre ambos vehículos.
Estado en que quedó el coche Ferrari de Ranfis Trujillo
No había salido todavía de mi asombro cuando me entero que Ranfis Trujillo ha sido trasladado a la Clínica Covesa situada en la Calle Príncipe de Vergara Nº 2 de Madrid. Resulta que un compañero de la carrera se encuentra trabajando en esa Clínica a quien llamo y le trasmito mi interés por el personaje que han ingresado en su Clínica. Me comenta que la familia del General Trujillo ha reservado la totalidad de la quinta planta de la Clínica, estando Ranfis ingresado en la habitación 506.
A lo largo de la semana mi compañero me sigue informando. Me comenta sorprendido, que la quinta planta de la Clínica donde trabaja, se ha transformado en algo disparatado, en lugar de lo que suele ser la Clínica normalmente. Entran y salen continuamente numerosas personas, sin ningún tipo de control. Han instalado un aparato de música en la habitación 506, la comida que consumen la reciben del exterior de la Clínica e introducen bebidas alcohólicas de todo tipo, principalmente Whisky de gran calidad, comentándome, que el paciente bebe a discreción. Me comenta que pagan una alta suma de dinero, por la estancia y los servicios de la Clínica, teniendo carta blanca para su disposición y organización.
Han transcurrido varios días desde su ingreso y me comenta mi compañero que el paciente ha presentado un cuadro respiratorio agudo, con gran cantidad de mucosidades, fiebre alta y malestar general, empeorando poco a poco. Frente al cuadro presentado por Ranfis Trujillo, la familia recurre al Dr. José Ariño Celdrán, Médico Especialista en Anestesia y Reanimación, Jefe del Servicio de Recuperación de la Clínica Nuestra Señora de Loreto. Dada la gravedad presentada por el paciente, el Doctor Ariño se convierte en su médico de cabecera atendiendo día y noche al paciente en la Clinica Covesa. El día 27 de diciembre, a las 15:30 horas, hace público el siguiente parte médico:
“El paciente sufre un proceso infectivo pulmonar muy intenso, que dificulta la respiración normal, con una bacteriemia fuerte que se está tratando de yugular mediante una serie de antibióticos de amplio espectro.
Las secreciones bronquiales dificultan la respiración y sobrecargan la función cardíaca. Esto ha provocado dos taquicardias ventriculares y extrasistales, que han cedido muy bien a la terapéutica en ambas ocasiones. (Se registraron dichas taquicardias a las tres de la madrugada y a las doce y diez del sábado 27 de diciembre). La temperatura ha 5 cedido y actualmente se ha comprobado que tiene 38 grados. Tiene conocimiento, pero está sedado para su mejor terapéutica.
Las constante cardiocirculatorias se mantienen bastante controladas y su ventilación respiratoria está siendo asistida por un respirador volumétrico permanentemente. Está siendo alimentado mediante sonda”.
El general Ramfis Trujillo acompañado del presidente Joaquín Balaguer en los días finales de la dictadura.
A las nueve de la mañana del domingo 28 de diciembre de 1969 fallece el General Rafael Leonidas Trujillo Martínez (Ranfis), afectado por una septicemia generalizada producida como consecuencia de una neumonía neumocócica, finalizando con un choque séptico que le produce la muerte. Los trastornos asociados al consumo de alcohol son un factor de riesgo bien conocido de la neumonía neumocócica intrahospitalaria e influyen en las complicaciones y en los desenlaces que pueden presentar estos pacientes durante su ingreso hospitalario. Estos trastornos aumentan el riesgo de que las neumonías se acompañen de sepsis, lo que ocasiona una prolongación de las estancias, un empeoramiento del pronóstico y en muchos casos desenlaces fatales. Finalizada la narración de la anécdota vivida, José María me comentó: «si se hubiera quedado ingresado en el Hospital de La Paz bajo nuestros cuidados, el General Trujillo habría salido a los pocos días y no hubiera fallecido”.
El cadáver de Ranfis Trujillo fue inhumado en la tarde del lunes 29 de diciembre de 1969 en un nicho del Cementerio de La Almudena en Madrid. Su Padre, el Dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, había sido enterrado en 1961 en el Cementerio Parisiense de Pére Lachaise. En el año de 1970, por orden de su viuda María Martínez Alba, los restos del Dictador fueron trasladados desde París al Cementerio de El Pardo, en la localidad de Mingorrubio de Madrid. El 19 de noviembre de ese año fueron trasladados los restos de su hijo Ranfis desde el Cementerio de La Almudena al panteón de su padre en el Cementerio de El Pardo. Recientemente han sido trasladados a este cementerio los restos del Dictador español Francisco Franco Bahamonde.
Doctor Rafael Hernandez Mejia. 
Panteón de la Familia Trujillo en el Cementerio de El Pardo, Mingorrubio, Madrid
Referencias:
1. La Duquesa de Alburquerque muerta en accidente de circulación. ABC, jueves 18 de diciembre de 1969, página 61.
2. Persiste en su gravedad Don Rafael Leonidas Trujillo. ABC, domingo 28 de diciembre de 1969, página 41.
3. El cadáver de Don Rafael Leonidas Trujillo, enterrado en el Cementerio de La Almudena. ABC, martes 30 de diciembre de 1969, página 45. Fotos:
4. Rafael Leonidas Trujillo Martínez, “Ranfis” https://www.conectate.com.do/articulo/ramfis-trujillo-martinez-biografia/
6. Panteón de la Familia Trujillo en el Cementerio de El Pardo, Mingorrubio, Madrid https://www.publico.es/politica/companeros-cementerio-franco-dictador-trujillocarrero-blanco-arias-navarro.html
Notas sobre los autores:
  1. Radhamés Hernández Mejía: Médico por oposición del Cuerpo Nacional de Sanidad, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo y Académico de Número de la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias.-
  2. José María Izquierdo Rojo: Jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Catedrático de Neurocirugía del Departamento de Cirugía de la Universidad de Cantabria y Académico de Número de las Reales Academias de Medicina de Valladolid, del Principado de Asturias y de

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