Por: Claudio Acosta
e-mail: c.acosta@hoy.com.do
Como era de esperarse, se convirtió en viral el video en el que miembros de la seguridad del presidente Danilo Medina, reforzada significativamente luego del cacerolazo con el que hace unos días fue recibido por sus vecinos, arrebatan y destruyen el cartel que llevaba una señora que acompañada de su hija adolescente regresaba de protestar en la Plaza de la Bandera. De nada valieron las explicaciones de madre e hija de que el cartel, donde habían escrito la estrofa de una canción, no decía nada malo contra el mandatario ni violaba ninguna ley. Tampoco les sirvió el argumento de que vivimos en una democracia, donde los ciudadanos tienen derecho a protestar sin ser molestados ni reprimidos. Y lo peor vino después, cuando fueron seguidas de manera intimidatoria hasta su casa. La intransigencia y el celo excesivo de los miembros de la seguridad del mandatario volvieron a ponerse de manifiesto, como muestra otro video que ayer también se hizo viral, cuando le impidieron el paso a un grupo de ciclistas vestidos de negro, uno de ellos portando un cartel, que regresaban de la Plaza de la Bandera. A ellos tampoco les sirvió la explicación de que en el letrero solo había escrito un inofensivo poema, que ninguno de los agentes quiso leer, ciegos y sordos a cualquier razonamiento que no fuera cumplir a rajatablas y sin miramientos las órdenes recibidas. Pero sea quien sea que haya impartido esas órdenes le ha hecho un enorme daño al gobierno, que hace el ridículo cuando convierte una pancarta en un arma peligrosa, y a una adolescente de 14 años y su mamá en una amenaza para la seguridad del Presidente de la República y su gobierno. Por eso es tan importante que hagamos nuestra la pregunta que, en medio de su impotencia, repetía una y otra vez la adolescente mientras los miembros de la escolta presidencial destruían el cartel con el que debutó como ciudadana con derecho a la protesta: ¿Y qué clase de democracia es esta?
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