Miami; Fl.- Como el de Hitler, en República Dominicana Trujillo dejó de ser un apellido para convertirse en un parámetro del mal, de una dictadura siniestra e implacable que superó tres generaciones, la de Rafael Leonidas, dueño del horror y del dolor del que pocas familias pudieron salir ilesas, mas hoy, a 57 años de su ajusticiamiento, la candidatura presidencial de uno de sus nietos pareciera demostrar la imbecilidad absoluta de un pueblo masoquista y con amnesia.
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