viernes, 10 de febrero de 2017

La sociedad ahora y que debemos hacer

Jose Ramon Martinez Burgos.
(1ra y 2da parte)
En estos momentos, más que en ningún otro, es oportuno que los dominicanos conozcamos bien el origen de nuestra nación y estudiemos nuestra historia, que estemos consientes que los conocimientos nos permiten estar preparados para el mundo de hoy, llevándonos a la conclusión que no podemos seguir viviendo aislados porque, de no abandonar ese camino, no podemos abrir nuevos mercados y oportunidades para los productos dominicanos.
Si no conseguimos resolver en un breve plazo los problemas económicos y sociales que vive la nación, las grandes mayorías de las futuras generaciones, vivirán en un grado mayor de miseria, indigencia o ignorancia que las actuales.
La sociedad de hoy, pese al descanso moral, pese al tráfico y consumo de drogas y a la corrupción, posee todavía rasgos que nos permiten asegurar y ser lo suficientemente optimistas, para pensar que puede resurgir; solo necesita que sus dirigentes honestos, serios, capacitados y bien intencionados, aúnen esfuerzos mancomunadamente para rescatar la República del fondo del abismo que viene precipitándose, para la cual estos deben abandonar sus enfrentamientos estériles, que hacen más desdichado y peor orientado a nuestro pueblo.
La sociedad dominicana, de esta década y los últimos años, ha sido azotada por el flagelo de la inflación, pero ha contado con mayor oferta de empleos que en cualquier momento de la historia; el sector empresarial ha sido y es dinámico creador de fuentes de ingresos para un Estado que ha resultado ser más fuerte que cualquier otro, aunque más combatido por todas las fuerzas y, sobre todo, por una sociedad impaciente e insatisfecha, pero que razonablemente ha sabido aceptar las cosas que vienen sucediendo, porque goza de la virtud de ver más lejos que sus dirigentes.
Aun cuando hay miseria, inseguridad económica y social, falta de agua, energía eléctrica y las escuelas están desquiciadas y el irrespeto a las leyes es como una norma de todos ciudadanos, sin embargo, a pesar de todas estas fallas, el país en conjunto luce fuerte y un gran grupo de sus hijos continúan confiando en él, invirtiendo y constituyendo buenas empresas, lo cual demuestra que la cosa no es como señalan algunos políticos y demagogos que viven vaticinando oscuros nubarrones y tormentas sociales.
Es mucho lo que tenemos que hacer para mejorar nuestra sociedad y nuestro país, porque el advenimiento de la libertad a partir del 30 de mayo del 1961 y comenzarse a  respirar los aires de la democracia, salvo en un breve periodo, que la nación se desbocó, aun nuestra joven democracia no ha aprendido a caminar; nos desesperamos, nos ha faltado imprimir disciplina y orden, desde el hogar hasta las escuelas y en las instituciones públicas, y la cosecha la estamos recogiendo al cabo de 56 años y consiste en: a) Ausencia de buenos maestros b) Malos estudiantes y peores bachilleres, Profesionales, con falta de preparación, incompletas en varia áreas. c) Desorganización, falta de disciplina e indiferencia en las oficinas públicas. d) Empleados y trabajadores sin concepto de sus deberes, pero exigentes al reclamar sus derechos. e) Falta de respeto y veneración a nuestros símbolos patrios. f) Falta de moral y mucha corrupción. g) Desorganización a todos los niveles. H) Falta de institucionalidad. Justicia desordenada casi totalmente corrompida.
Para rehacer las estructuras de la nación hay que comenzar, en primer orden, por hacer un cambio total de la escuela dominicana, para lo cual es necesario invertir grandes sumas en la preparación de los maestros existentes y en los nuevos por formarse y mejorar sustancialmente sus condiciones de trabajo y de vida.

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