Reinhold Hanning está acusado de participar en el asesinato de 170.000 personas
El Fiscal de Dortmund y varios supervivientes insisten en que su edad no tendrá ninguna importancia
Sesenta años después de la liberación del Auschwitz, el mayor campo de exterminio nazi, la Audiencia Provincial de la ciudad renana de Detmold ha sentado este jueves en el banquillo de los acusados al ex sargento de las SS Reinhold Hanning, acusado de complicidad en el asesinato de unas 170.000 personas, ante la mirada de supervivientes del Holocausto que se han desplazado a Alemania para seguir el juicio y el tumulto formado en los juzgados por una conocida octogenaria negacionista.
Ursula Haverbeck, de 87 años, acudió a la Audiencia dispuesta a sabotear lo que ella considera una farsa, pero su presencia generó un rechazo de tal calibre que la Policía tuvo que acudir en su protección y rescatarla de una tormenta de insultos y empujones.
La anciana, conocida en los círculos de la extrema derecha y con un historial penitenciario por delitos contra la integridad corporal, fue escoltada fuera de los juzgados y alejada de allí en coche patrulla.
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Con las emociones a flor de piel, el juicio arrancó como estaba previsto y con la mirada puestas en otro anciano, Hannig -en la actualidad 94 años-, una imagen inofensiva y decrépita del joven miembro que fue de las Totenkop, unidad de SS que tenía como insignia una calavera.
Hanning es el primero de los cuatro acusados que la Justicia alemana ha incluido en un proceso calificado de "tardío" por las víctimas del Holocausto que forman la acusación particular, pero también de extrema importancia "personal" e histórica.
"Este proceso tendría que haberse celebrado hace 40 ó 50 años, aunque nunca es tarde para recordar lo que sucedió", afirmó Justin Sonder, 90 años, superviviente de Auschwitz y parte de la acusación particular.
Leon Schwarzbaum, de 94 años, no lo ha olvidado: "Las chimeneas no paraban de echar humo. El olor a carne quemada era tremendo. No se podía respirar".
Hanning trabajó como guardia en ese campo de extermino entre 1943 y 1944, periodo en el que llegaron al campo unos 92 trenes con judíos, comunistas, homosexuales y gitanos. Quienes no servían para trabajar eran enviados directamente a las cámaras de gas.
El acusado, que por entonces tenía 20 años, ha reconocido en la antesala del juicio que hizo guardias en Auschwitz, pero niega haber participado en el asesinato de prisioneros. Pero según uno de los abogados de la acusación particular, Cornelius Nestler, los guardias eran cómplices de lo que sucedía en tanto que su función era asegurarse de que esa fábrica de muerte funcionara con seguridad y diligencia.
El procesamiento de Hanning es posible en tanto que los crímenes contra la humanidad no prescriben, razón por la cual se sentarán también en el banquillo las próximas semanas y en distintos puntos de Alemania otros ex guardias de las SS que pasaron por Auschwitz, además de una mujer que trabajó en ese campo como radiotelegrafista. Todos superan los 90 años.
El campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau se considera el símbolo por excelencia del Holocausto. En ese campo, en la Polonia ocupada y cerca de Cracovia, murieron un millón de personas, la mayoría de ellos judíos.
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