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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

sábado, 24 de diciembre de 2016

El 1J4 entre Junio y Abril

RAÚL PÉREZ PEÑA (BACHO)
lasmanaclas@gmail.com
La historia del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, 1J4, desde su articulación clandestina en 1960, la han pretendido distorsionar aviesamente como han intentado disminuir la dimensión histórica y el discurso político de Manolo Tavárez, líder del 1J4.
Hace 53 años, 29 compañeros del 1J4 sellaron con su sangre las montañas dominicanas, empeñados en rescatar la constitucionalidad y estado de Derecho, fulminados con el derrocamiento del gobierno de Bosch ejecutado por grupos fácticos de la sociedad civil alentados por la embajada norteamericana.
Como reiterado homenaje a los caídos, los citamos respetuosamente, recreando a la juventud dominicana que la sangre de esos mártires está plasmada en la historia como precedente imborrable del estallido social del 24 de Abril de 1965. Si Manolo y el 1J4 clandestino y público, empuñaron la bandera gloriosa de la Raza Inmortal, con igual estatura y acciones actuaron previamente al Abril libertario del 65. Fue por las acciones de los catorcistas que la historia consagró al 1J4 entre Junio y Abril.
Aquí los nombres de los caídos en los distintos frentes armados:
En las lomas orientales, frente a Mauricio Báez, cayeron Luis Ibarra Ríos, Pipe Faxas Canto, Juan María Candelario (óaño), Adolfo Pérez Sánchez, Roberto Hernández y José Padua Falet; frente a Gregorio Luperón en las montañas de Altamira, cayeron Juancho Escaño Peña, Enrique Almánzar y Ponono Minaya Fernández. Frente a Juan de Dios Ventura Simó, (lomas de Bonao), cayeron Hipólito Rodríguez Sánchez y Gustavo Adolfo González (La Yerba); frente a Francisco del Rosario Sánchez, montañas de Enriquillo, Barahona, cayó Emerson Mota Galarza (Chacún).
En La Diferencia, ahora más conocido como Las Manaclas, los caídos fueron:
Fernando Arturo Ramírez (Papito), Manuel de los Santos Reyes (Reyito), Manuel de Jesús Fondeur (Piculín), Alfredo Peralta Michel, Francisco Bueno Zapata, Leonte Schott Michel, Antonio Barreiro (Tony), José Daniel Fernández Núñez (Danielito), Alfonso Marte Aguayo (Fonsito), Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro), Antonio Filión (El Manchao), Rubén Díaz Moreno, Caonabo Abel, Juan Ramón Martínez (Monchi), Jaime Ricardo Socías, Federico Cabrera González y Manuel Aurelio Tavárez Justo. Total: 29 dirigentes nacionales, sectoriales y provinciales del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, 1J4

“Alguien” nos debe 92 millones de dólares

Nos deben 92 millones de dólares. Los ciudadanos hemos pagado, estamos pagando, las facturas que Odebrecht presenta. Y en esas facturas se incluyen los 92 millones de dólares desviados a los bolsillos de los que aceptaron (o exigieron) sobornos.
Nos deben muchas investigaciones de otros casos, pero esta no es fácil de ignorar o de perder en los laberintos de un proceso judicial estructurado para que no prospere. Hay pruebas, nombres, precedentes: Odebrecht está devolviendo el dinero a los países a los que estafó. República Dominicana también debe reclamarlos. (Y asegurar que nadie se lleve una comisión...)
En el Diálogo Libre, Reinaldo Pared Pérez reconoció que su partido podía haber hecho un mejor esfuerzo en la lucha contra la corrupción. Bien: ahora se lo están poniendo en bandeja. La investigación está hecha, los testigos/ejecutores han hablado, se conocen las cantidades y puede ser identificado, contrato por contrato, en qué bolsillos han ido a caer los 92 millones de dólares.
El PLD actúa mal cuando se blinda ante una investigación a algunos de sus corruptos preferidos. Es un error estratégico fundamental, a fin de cuentas las lealtades en política no suelen ser muy buena inversión. Cuando llega el momento cada quien se salva como buenamente puede. Como partido, el PLD debe limpiar su imagen y su gestión. También el PRD, el otro partido con poder en el periodo denunciado.
92 millones ¡de una sola empresa! Imaginen el baile de millones que estamos pagando: pequeños, medianos y grandes sobornos articulan la estructura económica de nuestra sociedad. Y la deuda...a repartir entre todos.

IAizpun@diariolibre.com

El soborno a funcionarios no puede ser parte de la cotidianidad


El desembolso de 92 millones de dólares que hizo Odebrecht a funcionarios e intermediarios del Gobierno, entre 2001 y 2014, para obtener y/o retener contratos de obras públicas, con los cuales obtuvo beneficios de 163 millones de dólares, pone en evidencia, junto al escándalo de los Tucano, el estado de putrefacción que existe en República Dominicana.
De esos hechos sabemos que el Procurador General de la República ha dicho que investigará y, sabemos que las investigaciones que hace el Ministerio Pública concluyen en No ha lugar a favor de los imputados, quienes forman parte de la elite política o del empresariado nacional.
¿Cuáles funcionarios, del pasado o del presente Gobierno, fueron sobornados por Odebrecht? ¿Cuáles medidas van a tomar las autoridades para que actos tan bochornosos, como esos, no se repitan? La investigación del Procurador debe empezar respondiendo esas otras interrogantes.
El soborno a funcionarios e intermediarios de este y del pasado gobierno -por el orden de los 92 millones de dólares- no puede ser pura rutina, ni mucho menos un fragmento de un cuento de Gabriel García Márquez o de Miguel Otero Silva, sino el resultado del nivel de tolerancia que tenemos para el robo de los bienes y recursos del Estado y por la ausencia de un régimen de consecuencias que ponga frenos a los depredadores del erario.
Los dominicanos debemos de dejar de aceptar la anormalidad como normalidad; el soborno, la corrupción -pública y privada- y el chantaje de los políticos como hechos de la vida cotidiana. De refugiarnos en la impotencia, en el conformismo, en el cinismo y en la sumisión para no actuar.
Si queremos construir una sociedad de oportunidades para todos desarrollar nuestras potencialidades, debemos, entonces, articular políticas públicas donde el soborno no sea la regla ni la transparencia ni la rendición de cuentas la 

Alba Rico dice ahora que en Alepo no había terroristas desde 2014

El “intelectual orgánico” de Podemos, y afamado trotskista Santiago Alba Rico, ha publicado un artículo de opinión en el medio digital en español CTXT, titulado “Alepo, la tumba de la izquierda“.
Más de 2100 palabras redactadas del puño y letra del filosofo afincado en Túnez, para atacar a la izquierda por no posicionarse del lado de la OTAN en Siria.
Según Alba Rico, “una buena parte de la izquierda mundial se ha situado al margen de la ética y al lado de los dictadores y de los muchos imperialismos que doblegan la zona”.
“Para permitir a Asad matar a gran escala ha hecho falta mentir mucho”.
Alba Rico ha descrito la primavera árabe que generó la ofensiva del Estado Islámico en Siria como “una revolución democrática muy transversal, no sectaria, en la que participaban millones de sirios, muchos de ellos de izquierdas, que no se reconocían en una dirección o un partido (una especie de 15M gigantesco cristalizado en Consejos y Coordinadoras Locales)”
Pese a que ha sido el propio gobierno sirio el que ha pedido ayuda Irán para frenar el terrorismo, Alba Rico ha afirmado que Irán está “ocupando” Siria.
El papel de EEUU en la región lo ha descrito SAR como “indiferencia errática” y ha añadido que “sólo ha intervenido para dejar el paso libre al mismo tiempo al régimen sirio y a Arabia Saudí”.
Ha resaltado además “la ausencia del ISIS en Alepo”, del que dice “fue expulsado por el Ejército Libre Sirio en 2014”.
“Para apoyar a un dictador, ha hecho falta despreciar, calumniar e insultar el heroísmo, el sacrificio, la voluntad de lucha de miles de jóvenes sirios que se parecen a nosotros y quieren lo mismo que nosotros”.
“Nunca la izquierda, frente a una revolución popular, se ha comportado de un modo tan innoble”.
Sobre las movilizaciones que tuvieron lugar en España “contra la guerra”, auspiciadas por los medios de comunicación, y donde se pudieron ver cientos de banderas terroristas, Alba Rico ha dicho que “han sido criminalizadas por la izquierda”.
“Cuando hace seis años estalló una revolución democrática mundial cuyo epicentro fue el -mundo árabe-, la izquierda no estaba preparada ni para protagonizarla ni para aprovecharla; ni siquiera para entenderla”.
“Los que la han perdido también esta vez, en Siria y en Europa, y en Rusia y en América Latina, son la democracia y la justicia”
“Cuando los pueblos de la zona se rebelaron en 2011 contra este -equilibrio- monstruoso, sin pedir permiso a nadie y al margen de todos los intereses internacionales, la geopolítica les cayó encima, como una camisa de fuerza, y la izquierda corrió, al lado de sus enemigos, a anudarle las mangas y apretarle los botones de hierro”.
“LA IZQUIERDA HA ENTREGADO EL PUEBLO SIRIO A UN DICTADOR ASESINO”
“La izquierda, sin entender nada del -nuevo desorden global- ni de su musculatura reaccionaria, se ha precipitado a entregar el pueblo sirio, atado de pies y manos, a un dictador asesino, a la Rusia de Putin, al Irán de los ayatolás y, de paso, al Estado Islámico y a las teocracias suníes del Golfo”.
“Las revoluciones árabes sólo las han entendido un puñado de -trotskistas- que eran -trotskistas- sólo porque sí las entendían y las apoyaban”.
“La izquierda mundial reaccionó desde el principio de la misma manera que los gobiernos y la extrema derecha: apoyando a los dictadores”.
“La izquierda ha abandonado sus principios éticos a cambio de nada; o, mejor dicho, para favorecer así el regreso, en versión expandida y agudizada, de las dictaduras, los imperialismos y los yihadismos”.

Alepo, la tumba de la izquierda



Ctxt


Para matar a gran escala, lo sabemos, hay que mentir y además insultar y despreciar a las víctimas. Eso es lo que hizo EEUU en Iraq o lo que ha hecho siempre Israel en Palestina. Toda la izquierda compartió en 2003 esta denuncia al lado de la gente normal y decente; y se indignó y se condolió al lado de la gente normal y decente tras los bombardeos de Bagdad o de Gaza.
Pues bien, ocurre que eso que tanto nos duele y enrabieta cuando son EEUU o Israel los verdugos se ha convertido en la rutina mental de la izquierda en su relación con Siria. Hemos aceptado mentir a gran escala para que el régimen de Asad y sus aliados ocupantes —Rusia, Irán y Hezbollah— maten a gran escala; y al hacerlo no sólo hemos abandonado y despreciado a las víctimas, sino que nos hemos separado de la gente normal y decente. Una buena parte de la izquierda mundial se ha situado, en efecto, al margen de la ética y al lado de los dictadores y de los muchos imperialismos que doblegan la zona. En una Europa en la que crece el neofascismo –y el terrorismo islamista— a velocidad acelerada, este nuevo error, sumado a tantos otros, nos puede costar muy caro.
Para permitir a Asad matar a gran escala ha hecho falta mentir mucho: ha hecho falta negar que el régimen sirio fuera dictatorial y afirmar, aún más, que es antiimperialista, socialista y humanista; ha hecho falta negar que hubo una revolución democrática muy transversal, no sectaria, en la que participaban millones de sirios, muchos de ellos de izquierdas, que no se reconocían en una dirección o un partido (una especie de 15M gigantesco cristalizado en Consejos y Coordinadoras Locales); ha hecho falta negar la represión brutal de las manifestaciones, las detenciones, las torturas, las desapariciones; ha hecho falta negar la legitimidad del Ejército Libre Sirio; ha hecho falta negar los bombardeos con barriles de dinamita y el uso de armas químicas por parte del régimen; ha hecho falta negar o justificar los bombardeos masivos de la Rusia de Putin; ha hecho falta negar la tolerancia de todos (Asad, Rusia, Irán, EEUU, Arabia Saudí, Turquía) hacia el crecimiento del ISIS; ha hecho falta negar la ocupación iraní de Siria; ha hecho falta negar el imperialismo ruso y su excelente relación con Israel; ha hecho falta negar la indiferencia errática de EEUU, que sólo ha intervenido para dejar el paso libre al mismo tiempo al régimen sirio y a Arabia Saudí; ha hecho falta negar el embargo de armas, que ha dejado la rebelión en manos de los sectores más radicales, tan contrarrevolucionarios como el propio régimen; ha hecho falta negar la existencia de manifestaciones simultáneas contra Asad y contra el ISIS (u otras milicias yihadistas) en pueblos y ciudades destruidos y asediados; ha hecho falta negar la ausencia del ISIS en Alepo, expulsado por el ELS en 2014; ha hecho falta negar el sufrimiento y terror de la población alepina bajo asedio; pero ha hecho falta –lo peor— negar el heroísmo, el sacrificio, la voluntad de lucha de miles de jóvenes sirios que se parecen a nosotros y quieren lo mismo que nosotros; ha hecho falta –aún peor y peor— despreciarlos, calumniarlos, insultarlos, convertirlos en terroristas, mercenarios o enemigos de la “libertad”.
Nunca la izquierda, frente a una revolución popular, se ha comportado de un modo tan innoble: no sólo no se ha solidarizado con ella ni —una vez derrotada— ha honrado a sus héroes y lamentado el desenlace, sino que les ha escupido en la cara y ha celebrado su muerte y su derrota. Coherentes con este negacionismo típicamente imperialista (o estalinista) se ha situado al lado de la extrema derecha europea y ha reprimido además las movilizaciones en nuestras ciudades, criminalizando para colmo a la izquierda sensata que, al lado de la gente normal y decente, ha denunciado los crímenes de Asad y sus aliados sin dejar de denunciar asimismo los de Arabia Saudí, Turquía y EEUU ni –por supuesto— el fascismo intolerable, en todo equivalente al del régimen, del ISIS o del Frente-al-Nusra.
Como dice el comunista Yassin Al Haj Saleh, preso 16 años en las cárceles del régimen y uno de los más grandes intelectuales vivos, Siria revela el estado de la vieja izquierda y certifica su muerte. Cuando hace seis años estalló una revolución democrática mundial cuyo epicentro fue el “mundo árabe”, la izquierda no estaba preparada ni para protagonizarla ni para aprovecharla; ni siquiera para entenderla. Hoy, cuando las contrarrevoluciones victoriosas extienden las redivivas “dictaduras árabes” a EEUU y Europa, la izquierda ha quedado fuera de juego como resistencia y como alternativa. Incomodados o molestos, todos los actores abandonaron o combatieron a las fuerzas democráticas sirias y todos –gobiernos, organizaciones fascistas y partidos comunistas— han acabado por coincidir en el relato del “mal menor” que condena a Siria a la dictadura eterna, a la región a la violencia sectaria y a Europa al terrorismo sin fin.
Esta teoría del “mal menor” (¡mal menor el asesino de cientos de miles de sirios, bombardeados, torturados o desaparecidos!) ha sido la matriz histórica de esa “estabilidad” regional, opresora y mortal para los pueblos, que justificó durante la segunda mitad del siglo XX el apoyo occidental a todas las dictaduras de la zona. Tras una revolución malograda, ese modelo del siglo pasado vuelve ahora con ferocidad redoblada, embragado y lubricado por un sector de la izquierda que aplaude y se entusiasma con “la gran victoria” de Bachar Al Asad; un modelo hasta tal punto perteneciente al siglo pasado que se diría que algunos la viven –esa “gran victoria”— como si, 25 años después y gracias a Putin, la URSS hubiera ganado finalmente la Guerra Fría. Una cosa es segura: los que la han perdido también esta vez, en Siria y en Europa, y en Rusia y en América Latina, son la democracia y la justicia, las únicas soluciones posibles frente a los autoritarismos, los imperialismos y los fascismos —yihadistas o pardoeuropeos—, hermanos trillizos que van ganando terreno sin resistencia, que se reclaman recíprocamente y que, por tanto, sólo podrán ser vencidos si se los combate al mismo tiempo.
¿Cómo definir esas “revoluciones árabes” que hoy mueren definitivamente en Alepo con la complicidad del yihadismo y la complacencia de la amplia alianza internacional, de derechas y de izquierdas, volcada contra Siria? Esas revoluciones fueron, sobre todo, una revuelta contra el yugo de la geopolítica que mantenía congeladas, como bajo el ámbar, las desigualdades y resistencias de la zona desde hacía al menos 70 años. En un mundo de relaciones de fuerza desiguales entre naciones-Estado, la geopolítica impone siempre límites a toda política emancipatoria de izquierdas. La geopolítica –es decir— no es de izquierdas y, si hay que tomarla en cuenta para hacer mínimos progresos realistas frente a los imperialismos y en favor de la soberanía, no podemos llegar al punto de contradecir los principios elementales asociados al carácter universal de toda ética de la liberación: eso que antes se llamaba “internacionalismo”, cuyo impulso es necesario recuperar en una versión no-identitaria y democrática.
El llamado “mundo árabe” (que es kurdo y amazigh y bereber y tubu, etc.) es el ejemplo más doloroso de una entera región, rehén de sus propias riquezas petroleras, sacrificado al interés común de potencias y subpotencias en liza: la así llamada “estabilidad”. Cuando los pueblos de la zona se rebelaron en 2011 contra este “equilibrio” monstruoso, sin pedir permiso a nadie y al margen de todos los intereses inter-nacionales, la geopolítica les cayó encima, como una camisa de fuerza, y la izquierda corrió, al lado de sus enemigos, a anudarle las mangas y apretarle los botones de hierro.
En un contexto en el que la hegemonía de los EEUU se debilita, en el que otras potencias igualmente imperialistas se independizan de su hegemonía para imponer sus propias agendas y en el que el campismo de la 2ª mitad del siglo XX es sustituido por un avispero de intereses reaccionarios contrapuestos muy parecido al de la 1ª Guerra Mundial –también porque no hay ahí ni una sola fuerza o proyecto anticapitalista o emancipador— la izquierda, sin entender nada del “nuevo desorden global” ni de su musculatura reaccionaria, se ha precipitado a entregar el pueblo sirio, atado de pies y manos, a un dictador asesino, a la Rusia de Putin, al Irán de los ayatolás y, de paso, al Estado Islámico y a las teocracias suníes del Golfo. Es decir, a lo que muy justamente Pablo Bustinduy ha llamado “la geopolítica del desastre”. No lo hace ahora y en nombre del “mal menor” (¡Franco y Pinochet un mal menor!). Molesta y desbordada por esas intifadas populares que no entendía (salvo un puñado de “trotskistas” que eran “trotskistas” sólo porque sí las entendían y las apoyaban), la izquierda mundial reaccionó desde el principio de la misma manera que los gobiernos y la extrema derecha: apoyando a los dictadores. Para los imperialistas eso no ha supuesto jamás un problema (“nuestros hijos de puta”) pero sí debería plantear alguno a la gente que se dice “de izquierdas”, que han acabado por renunciar a comprender el mundo al tiempo que a sus principios éticos y políticos. Para abandonar a nuestros afines sobre el terreno, apoyar a sus verdugos y dejar matar a gran escala, decíamos, ha hecho falta deshacerse de la verdad y someterse a los mismos clichés culturalistas, racistas e islamófobos de la peor derecha europea.
Apostando por un esquema geopolítico superado que impide abordar el “nuevo desorden global”, la izquierda ha abandonado, en efecto, sus principios éticos a cambio de nada; o, mejor dicho, para favorecer así el regreso, en versión expandida y agudizada, de las dictaduras, los imperialismos y los yihadismos. Este gran éxito geoestratégico se ha alcanzado a costa de aceptar una triple contradicción, incompatible con la universalidad de la ética de la liberación y brutalmente occidental y orientalista.
Aceptar este yugo geoestratégico –por lo demás ilusorio y mal fundamentado— supone, en primer lugar, declarar sin vergüenza que un madrileño tiene derecho a combatir una monarquía insuficientemente democrática y un bipartidismo corrupto y a desear, sin arriesgar la vida, más democracia y más justicia social para su país mientras que un sirio debe en cambio soportar una dictadura que lo encarcela, lo tortura y lo asesina y renunciar a todo atisbo de democracia y de justicia social.
Aceptar este falso yugo geoestratégico supone, en segundo lugar, declarar también que es mucho más grave que encarcelen a Andrés Bódalo en España que a Yassin Al Haj Saleh o a Salama Keile o a Samira Khalil, todos comunistas, en Siria; o que es mucho más grave la detención de unos titiriteros o el procesamiento de un concejal en Madrid que el asedio por hambre y el bombardeo de un entero país.
Aceptar este falso yugo geoestratégico supone, finalmente, reclamar con toda naturalidad el derecho de los españoles (o los latinoamericanos) a decidir si y cuándo y de qué manera pueden rebelarse los “árabes” contra sus dictadores. Los sirios, al parecer, deben hacer lo que les indique desde fuera una izquierda que se ha revelado impotente, inútil y ciega en sus propios países. Eso implica, además, vivir como una amenaza, y no como una esperanza, la voluntad democrática y las luchas sociales de los otros pueblos: los que luchan en condiciones más difíciles por lo mismo que nosotros se convierten no en compañeros sino en enemigos, no en valientes afines con los que hay que solidarizarse sino en criminales “terroristas”, ese término que tan justamente denunciamos o relativizamos cuando lo utilizan nuestros jueces o nuestros gobiernos “imperialistas”.
Una buena parte de la izquierda árabe, europea y latinoamericana –en resumen— ha sacrificado el internacionalismo a un orden geoestratégico en el que los pueblos y sus luchas democráticas no tienen ya ningún amigo y en el que, fuera de juego y en claro retroceso, esa izquierda ha dejado avanzar sin resistencia, ahora en todo el mundo, los regímenes contra los que se alzaron los “árabes” en 2011. No hemos comprendido nada, no hemos ayudado nada, hemos entregado al enemigo todas las armas, incluso la conciencia. La democracia retrocede desde Siria en todo el planeta. Alepo es, sí, la tumba de los sueños de libertad de los sirios, pero también la tumba de la izquierda mundial. Justo cuando más la necesitamos.
Fuente: http://ctxt.es/es/20161214/Firmas/10137/santiago-alba-rico-alepo-eeuu-israel-Putin-geopolitica.htm

Trujillo y la Chiva Azul



  • Trujillo y la Chiva Azul
Manolo Pichardo
No sé a ciencia cierta las razones por las que al dictador dominicano, Rafael Leónidas Trujillo Molina, le apodaban El Chivo. He leído que le viene de su desenfrenada lujuria, pues el hombre andaba permanentemente a la caza de mujeres, sobre todo jóvenes, sin importar que estas fueran solteras o casadas, e incluso parejas de amigos y colaboradores. Esta información me llevó a indagar sobre el comportamiento sexual caprino, animal “que se domesticó alrededor del VIII milenio”, antes de nuestra era, para sacar provecho de su leche y carne.
Descubrí que la hembra alcanza su madurez sexual a los 8 meses y que el macho comienza su actividad reproductiva mucho antes; entonces colegí que en medio de esta realidad, y tomando en cuenta que el período de gestación es de apenas 5 meses, los cabritos, igual que el sátrapa dedicaba de su agitado tiempo a forzados y múltiples encuentros sexuales para satisfacer sus instintos primitivos, se dedicaban, con presteza sofocante, a multiplicarse en las copulaciones sucesivas que permitían los cortos embarazos.
Ahora bien, como lo que quiero abordar no tiene relación con las actividades sexuales de Chapita, otro de los sobrenombres con los que se conocía al dictador, sino con la coincidencia del despectivo apodo de El Chivo y la trágica y poco convencional muerte de La Chiva Azul, como consecuencia de una medida “civilizadora” del Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, en cuyo instinto capitalista, La Era, Su Era, encontró inspiración para sentar las bases de ese modo de producción, atrapado en una arritmia de fondos históricos y de alcance continental. La cuestión es que  La Chiva Azul, madre de rebaño y que sobresalía por su pelaje blanco con visos azulosos, fue asesinada por un perro entrenado para matar cabritos. Pero ella no fue la única víctima mortal como tampoco el can resultaba ser un solitario depredador. No. Él pertenecía a una jauría de cazadores importados por Trujillo para “limpiar” a la ciudad de Santiago de los animales que deambulaban por las calles “afeando” los centros públicos, como parques y mercados, inundados ya de campesinos “inciviles” que, descalzos, mostraban un espacio citadino con aspecto de villorrio medieval.

Lo que cuento me lo “reveló” mi progenitor Juan durante una conversación que giró en torno a su infancia y sus primeros años en Santiago de los Caballeros, antes de irse a vivir con mi abuela y tíos a un campito de Puerto Plata llamado Yaroa, lugar de recuerdos que me acerca a trinos, granos de café, hedor a pocilga, y el olor de olores a distintos árboles, a la estepa verde que jugaba en amoríos con el ruidoso estallido de las aguas del río Sonador, la brisa y el sonido de las hojas caídas.
¿Por qué algunos parques de Santiago están cercados? Con esa pregunta inició la plática que desembocó en la tragedia de La Chiva Azul, símbolo de sustento para una familia pobre como la de mi padre. Ella producía la leche que consumían, las crías que vendían para comprar  arroz
frijoles, huevos, pollo; en fin. Y además de fuente para la alimentación, era un miembro de la familia para los chicos. Sus balidos y los gritos infantiles semejaban conversatorios; volteretas, saltos y montadas abusivas eran parte del juego cotidiano. Pero una mordida canina y “trujillista” la mató.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Hoy se conmemoran 53 años del fusilamiento de Manolo Tavárez Justo en Las Manaclas

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El Nacional
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Hoy se conmemora el 53 aniversario del fusilamiento en Las Manaclas de Manolo Tavárez Justo, y de 15 compañeros que lo acompañaron en el movimiento guerrillero que había iniciado el 28 de noviembre de 1963.
Manuel Aurelio “Manolo” Tavárez Justo nació 2 de enero de 1931 en Monte Cristi, y murió el 21 de diciembre de 1963. fue un abogado, dirigente político y revolucionario dominicano.
Era hijo de Manuel Francisco Tavárez Ramos y Josefa Justo Rosseau. Sus estudios primarios y parte de los secundarios los realizó en la Escuela de Varones Número Uno, llamada después Honduras
Desde muy joven sus padres le comentaban sus experiencias sobre la intervención de Estados Unidos al país en 1916 y estos relatos, según refieren algunos de sus amigos, contribuyeron al desarrollo de la actitud antiimperialista de Tavárez Justo. Otro factor decisivo en la formación socio-política de Manuel, fue el contacto directo que tenía con campesinos, mientras trabajaba en la finca de su padre, propietario de plantaciones de arroz de nivel medio, ubicadas en la sección Las Peñas, de Monte Cristi.
Una versión da cuenta de que Manolo Tavárez Justo y sus compañeros fueron arrestados en el momento que iban a entregarse desarmados acogiéndose a una promesa del Gobierno del Triunvirato que había prometido respetarles las vidas si abandonaban las armas. Sin embargo, sus captores los fusilaron en el lugar de la detención.
El 19 de diciembre de 1963, el triunviro ingeniero Manuel Enrique Tavares Espaillat, había anunciado que la guerrilla sufrió 16 bajas y el Ejército Regular dos.
Acusó al movimiento guerrillero que lideraba Tavarez Justo, de tratar de establecer en la República Dominicana “una dictadura comunista, análoga a la que oprime al pueblo fraterno de Cuba”.
No obstante, el miembro del Triunvirato dio seguridades a los guerrilleros de que si abandonan su lucha y se entregan a las autoridades, sus derechos serían respetados.
En opinión de Tavares Espaillat “es innecesario reiterarles que sus vidas y derechos serán religiosamente respetados”.
En el momento que hizo el anuncio ya se conocían las noticias sobre las muertes de los guerrilleros Francisco Bueno Zapata, Pipe Faxas, Luis Ibarra Ríos y el guía guerrillero del Frente de Las Manaclas, Comandante Enrique Jiménez Moya, Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro)
El 19 de diciembre de 1963, el triunviro dijo que los focos de insurrección habían sido dominados, “a excepción del que opera en El Rubio”.
Aseguró que las autoridades militares habían tomado 87 prisioneros, 58 armas largas, ametralladoras, fusiles máuser, pistolas, y revólveres.
De su lado, familiares de los guerrilleros solicitaron al Gobierno de facto del Triunvirato que declarara una tregua para los insurrectos, a fin de que puedan entregarse sin poner sus vidas en riesgo.
La petición también fue apoyada por el Partido Revolucionario Social Cristiano.
El Gobierno de facto del Triunvirato también anunció el día 19 de diciembre de 1963, que suspendió las garantías individuales a los detenidos inculpados de delitos de subversión, por lo que no podrán obtener libertad provisional, con o sin fianza.
El doctor Manolo Tavárez Justo, Comandante del Frente, Enrique Jiménez Moya, y sus compañeros, fueron detenidos por miembros del Ejército Nacional, a cinco kilómetros del caserío de Las Manaclas, en el municipio de San José de Ocoa.
Del grupo que se acogió a la promesa que había hecho el Triunvirato de garantizarle la vida si se entregaban desarmados, sólo sobrevivió Emilio Cordero Michel, quien formaba con otros guerrilleros la Comisión de Avanzada que negociaría la rendición de los guerrilleros con los militares.
Al salir a la carretera, la comisión gritó que iba a entregarse y a pesar de mostrar prendas blancas, fueron ametrallados por militares que viajaban en un jip.
Los integrantes del otro grupo de guerrilleros que permanecían ocultos con el doctor Tavarez Justo, fueron apresados y fusilados en el acto.
Los guerrilleros que fueron fusilados junto al doctor Manolo Tavarez Justo fueron Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, Rubén Díaz Moreno, Jesús Antonio (Tony) Barreiro Rijo, Juan Ramón (Monchi) Martínez, Manuel de los Reyes (Reyito) Díaz Herrera y el doctor Federico José Cabrera, quien era el médico del frente guerrillero Enrique Jiménez Moya.
También fueron fusilados Jaime Ricardo Socías, Fernando Arturo (Papito) Ramírez Torres, Carlos Manuel Fondeur, Rubén Alfonso (Fonsito) Marte Aguayo, Caonabo Abel, Antonio (Manchao).

Fuente.- http://vanguardiadelpueblo.do/1963/12/21/fusilan-manolo-tavarez-justo-y-catorce-companeros/

Con los historiadores dominicanos

Bernardo Vega.
Nos solidarizamos con los historiadores, miembros y no miembros de la Academia Dominicana de la Historia, que han experimentado el sufrimiento de ver suprimido los premios nacionales de historia del 2016, por parte del nuevo ministro de Cultura Pedro Vergés.
La decisión del funcionario se tomó unilateralmente, sin consultar con la entidad que agrupa oficialmente a los historiadores de la República Dominicana. Sin consultas, sin reflexión sobre la pertinencia de una revisión, sin hablar siquiera con el director del Archivo General de la Nación, Roberto Cassá, el señor Vergés hizo uso de una autoridad superior para suprimir los derechos adquiridos por los estudiosos e investigadores de la historia dominicana.
La excusa que posteriormente se ha dado no resulta creíble: Que la suspensión del premio fue para cambiar las bases y mejorarlo, endosando una parte del mismo a la Academia Dominicana de la Historia.
Tampoco hubo diálogo previo con la Academia Dominicana de la Historia. Su presidenta, la doctora Mu Kien Sang Ben, reaccionó inmediatamente poniendo al ministerio de Cultura al tanto de la indignación que la sorpresiva anulación había provocado.
Si en realidad se quería cambiar las bases del premio no había que suspenderlo. Solo tenían que anunciar el cambio de las bases. Eso no afecta las historias que se han publicado, ni invisibiliza los libros que han sido editados y publicados en el 2016. Cada investigación histórica se vale por sí misma, y no requiere de las bases del concurso del Ministerio de Cultura para justificase o validarse.
La indignación de los historiadores se justifica. Y sabemos que tanto los historiadores que no están adscritos al gobierno como los que sí lo están, ya sea a través del propio Ministerio de Cultura, los del Archivo General de la Nación o los de la Comisión Nacional de Efemérides Patrias, concuerdan con la indignación, aunque alguno haya expresado su queja de que el tema alcanzara dimensión pública a través de Acento.
No reclamamos paternidad de nada, ni siquiera de la primicia informativa, porque ese concepto está sepultado por las redes sociales, como elementos esenciales de la modernidad, instantaneidad y de la transparencia.
Querer mantener entre las sábanas de los historiadores, en la intimidad, un conflicto nacional, por una decisión absurda del Ministerio de Cultura, es acuñar con legitimidad la oscuridad y la falta de transparencia. Nada de alumnos de Julian Assange, ni de hackeo ruso de las páginas de la Academia Dominicana de la Historia. Lo correcto es que la información fluya, y que esas decisiones autoritarias, salidas de los resabios trujillistas de algunos intelectuales, sean erradicadas de las instituciones públicas dominicanas.

Entre Fidel Castro y la dictadura de los mercados

En un artículo titulado: “¿Cómo puede una persona comprometida a favor de los derechos humanos llorar a Fidel Castro –un hombre quien mató y reprimió a su propio pueblo?” [1] y publicado en la edición del pasado 26 noviembre de The Telegraph, el periodista James Kirkup pretende poner en dificultad una izquierda de la que, obviamente, no forma parte, confrontándola con sus propias contradicciones. En efecto, se pregunta, ¿cómo puede la izquierda compaginar su admiración por Castro con su tradicional apoyo a los derechos humanos? Partiendo del principio según el cual un periodista debe tener la posibilidad de criticar a quienes nos gobiernan, invita al lector de izquierda, precisamente al lector que sostiene a Castro y su régimen, a descubrir el último informe de Amnesty International, un informe agobiador ya que revela que en Cuba, hay periodistas y militantes de defensa de los derechos humanos que son regularmente sometidos a detenciones arbitrarias por motivo de delito de opinión. Deseoso de contrarrestar cualquier tentativa de argumentación, nos recuerda que sabe perfectamente que en Cuba el sistema de sanidad es “muy bueno”, que el sistema de educación es “bueno” (y ¿por qué no muy bueno?) y los estándares de vida “relativamente buenos”. Aunque admite que el régimen de Batista (dictador cuyo nombre no menciona) era «pretty awful too», considera, sin embargo, que nada puede justificar que hoy se derrame una sola lágrima en honor del tirano comunista. En efecto, ¿cómo puede uno llorar a quien lo hizo todo para impedir que las víctimas de su sistema abandonaran la isla –ese “paraíso terrenal” dice ironizando– para salir en busca de otros lugares más amenos, no dejándoles a estos desdichados otra salida que zarpar en balsas poniendo así su vida en riesgo. Y nos pregunta: “Si el régimen castrista está tan seguro de beneficiarse del apoyo cariñoso de un pueblo libre y feliz, ¿por qué se niega a darle la posibilidad de elegir a sus propios líderes?” [2]

Poniendo el dedo en la llaga, James Kirkup insiste: ¿cómo pueden los izquierdistas, tan comprometidos en favor de la defensa de los derechos humanos y de las libertades políticas, dar su apoyo a este régimen represivo? No vaya a engañarse el lector, esta pregunta es puramente retórica y James Kirkup ya tiene la respuesta: es por causa de América que la izquierda apoya a Castro, a causa de su hostilidad hacia América (quiere decir hacia los Estados Unidos) que los partidarios de los derechos humanos de izquierda le dan su apoyo al régimen castrista, a causa de una hostilidad injusta hacia esta América que ha sido en palabras de James Kirkup, “el mayor contribuyente a la riqueza, a la sanidad y a la libertad que haya conocido el mundo”.
Admitamos que James Kirkup tiene razón de condenar un régimen que condena a los opositores (no armados), a los periodistas (independientes) y las reuniones (espontáneas) de ciudadanos ansiosos de compartir y expresar su desacuerdo con el sistema. Pero delira cuando pretende que los Estados Unidos son “el mayor contribuyente a la riqueza, a la sanidad y a la libertad que haya conocido el mundo”. Antes de soltar tan discutibles evidencias, habría debido por lo menos leer por ejemplo Días de destrucción, días de revuelta, de Joe Sacco y Chris Hedges o The Divide de Matt Taibbi para comprender el tema de la pobreza en los EEUU; habría podido leer también el Financial Crisis Inquiry Commission Report que revela los detalles de la crisis financiera del 2008; y a estas buenas referencias, habría podido añadir unos cuantos libros de Michael Parenti, de Noam Chomsky o de Gabriel Kolko, por ejemplo, antes de afirmar que la libertad es uno de los objetivos de la política extranjera estadounidense.
Es verdad que entretanto, y para agradarle, podemos concederle que sí, que es verdad el hecho de que los EEUU han garantizado y todavía garantizan la acumulación de riquezas de una élite que no escatima medios para salir adelante, de una élite dotada de muchos recursos y que, cuando tropieza, obesa y lucrada por un exceso de estafas y de prácticas dudosas, se encuentra instantáneamente rescatada por el Estado, para que los negocios retomen su curso, para que se multipliquen las inversiones, para que el dinero vuelva a producir dinero, matando de paso, si se debe, la economía real (y se debe) y que Wall Street pueda seguir viviendo a todo tren esnifando –con una indudable elegancia y serenada por el ronroneo de los motores sobrecilindrados de su bólido– las toneladas de cocaína que unos despiadados, sobreinformados sobrearmados servicios de inteligencia, tienen la mala suerte de no poder detener en las fronteras obviamente demasiado porosas de una país no obstante sobrevigilado.
No se tratará en estas líneas de justificar las detenciones de periodistas o de activistas cubanos, y aun menos de sacrificar al culto de la personalidad del líder carismático que fue Fidel Castro. Nos negamos a ser infantilizados y pensamos que frente al poder, uno debe permanecer desconfiado, interrogar, pedir justificaciones, comprobar los hechos.
Pero, ubiquemos a Castro en su contexto y en el corazón de su acción.
Después del fracaso de la Moncada el 26 de julio de 1953 después de un exilio de varios años en los EEUU y en México, después de la epopeya del Granma y de los años de lucha junto a héroes anónimos y a la figura legendaria de Ernesto Guevara, Castro entra en La Habana el 8 de enero de 1959. Nombrado primer ministro, emprende un viaje a los EEUU donde no lo recibe un presidente Eisenhower quien acaba de empezar una partida de golf. De vuelta a La Habana, emprende una reforma agraria, confisca todas las propiedades de más de 420 ha a sus dueños. Une decisión que desencadena la ira del ogro estadounidense. Al enterarse de la noticia, el golfista (¿el golfo?) Eisenhower, presidente de un país de tenderos multimillonarios que lo sujetan por las orejas, da la orden de lanzar acciones cubiertas contra Cuba. En Washington, donde el derecho de propiedad es un valor sagrado, se contempla incluso la posibilidad de asesinar a Castro. Tocar el dinero robado, ¡eso sí que vale la pena capital!
El 4 de marzo de 1960, la explosión del buque La Coubre en el puerto de La Habana hace 127 muertos y Castro considera los EEUU como responsables de la matanza. El 17 de marzo, Eisenhower decide invadir la isla. El 8 de mayo, Cuba reanuda sus relaciones diplomáticas con la URSS y el 29 de junio confisca (¡una confiscación más!) las refinerías Texaco, Shell y Esso que se niegan a refinar el crudo que Cuba ha empezado a comprar a la Unión Soviética. El 8 de julio, los EEUU rebajan la cuota azucarera cubana en su mercado interior. Entonces, Castro se hace con los centrales azucareros y las compañías de teléfono y de electricidad. El 15 de octubre, suprime las propiedades urbanas, asestándole otro golpe al gran vecino. A los cuatro días, los EEUU ponen término a sus exportaciones hacia Cuba, declaran, el 16 de diciembre, un boicot total y rompen las relaciones diplomáticas con La Habana el 3 de enero de 1961.
La llegada a la Casa Blanca de John Fitzgerald Kennedy el 20 de enero de 1961 no cambia nada a los planes estadounidenses. El 15 de abril, tres aeropuertos militares cubanos son bombardeados y durante las exequias consecutivas al bombardeo, Castro se declara socialista. Después del fracaso del desembarco de la Bahía de los Cochinos el 17 de abril, el presidente estadounidense desata la operación Mangosta, un programa que agrupa operaciones de guerra económica, operaciones encubiertas y el apoyo a grupos de opositores cubanos. Durante toda la duración de este plan, se registran más de 700 operaciones de sabotaje contra objetivos económicos. Ante esta avalancha de agresiones, Castro acepta la propuesta de Jrushov de instalar misiles en la isla. El 2 de diciembre, el jefe del Estado cubano se declara marxista leninista para el resto de su vida.
Entonces, estalla la crisis de los misiles. Primero mantenida entre los bastidores de la diplomacia, acaba revelándola a los ojos del público un presidente actor que la presenta con tono grave, un presidente que no es más que el portavoz de los verdaderos directores de la política exterior reunidos en el Council on Foreign Relations de Nueva York. El mundo está al borde de una catástrofe nuclear. Y todo eso a causa de una reforma agraria, a causa de unas cuantas nacionalizaciones, a causa de esta manía inaceptable que ha tenido la Cuba castrista de querer recuperar su soberanía. ¡Menuda desproporción! Y por encima de eso, consideran que Rusos y Cubanos son responsables de haber traído el mundo hasta el umbral de la destrucción final. ¿Será necesario ser antiamericano para subrayar aquí la hipocresía de los sermoneadores washingtonianos, de los doctores de moral anglosajones, de los lacayos de un capital que dominan a la perfección el póker mentiroso de la diplomacia? ¿Cómo diablos podían condenar la instalación de cohetes rusos en Cuba, sabiendo que habían hecho lo mismo en Turquía? ¿Cómo puede uno no pensar que tienen una mente estrecha estos artistas de la compraventa, de estos marrulleros que pregonan la palabra “libertad” por todas partes, de estos vaqueros borrachos que huelen a sudor y a orina, que le obligan a jugar y que le ponen un revólver en la sien tan pronto como usted les saca un póquer por el simple hecho que han decidido desde el principio que la pasta debe acabar en los morrales que echan al cuello de sus caballos antes de escapar en la nube de polvo de un relinchante galope?
Pero volvamos a la principal pregunta de James Kirkup: “Si el régimen castrista está tan seguro de beneficiarse del apoyo cariñoso de un pueblo libre y feliz, ¿por qué se niega a darle la posibilidad de elegir a sus propios líderes?” A nuestro parecer, esta pregunta es mezquina y no tiene sentido.
Primero porque la antífona democrática, la canción del sufragio universal se ha convertido en un cuento chino. ¿Ha creído algún día la élite estadounidense en la democracia? De ser el caso, la habría instalado de verdad, esta democracia, en su propio país. Y, en cada elección, no habría aplastado los electores bajo los cilindros compresores de una ensordecedora propaganda. No habría permitido que se arreglaran los escrutinios usando, por ejemplo, voting machinesde funcionamiento caprichoso vendidas y cuidadas por empresas que pertenecen a senadores demócratas o republicanos. Además, no habría puesto en marcha un sistema en el que el elegido no es quien ha recibido la mayoría de los votos. No, nunca ha creído en la democracia esta élite tan dispuesta a acortar, mediante asesinatos, guerras civiles, golpes de Estados y bombardeos, las experiencias más prometedoras emprendidas en América latina : Zapata, Allende, Roldós, Torrijos, Chávez, Zelaya… y muchos otros. Esta élite cree tan poco en la democracia que ha mantenido excelentes relaciones con una retahíla de dictadores (siempre de derechas) como Trujillo, Batista, Pinochet, Stroessner, Bánzer, Videla… que han garantizado la prosperidad de sus negocios. Y, por fin, last but not least, sería bueno que James Kirkup, el enamorado de América, comprendiera que las democracias son sistemas políticos muy permeables a la manipulación de las opiniones, permeables a los soft coups financiados por organizaciones como la NED [3], el IRI [4], la Open Society y otros dispositivos inventados para la desdicha de la naciones que todavía quieren resistir a la política de la puerta abierta, a la política del saqueo rebautizado globalización, de este falso proceso inevitable que no tiene otra meta que engordecer los bolsillos de los piratas de la finanza fisgona y desregulada. Recuerden Otpor en Serbia, Kmara en Georgia, Pora! o el movimiento Euromaidan en Ucrania.
Es muy triste decirlo, Mr. Kirkup, pero sólo un gobierno fuerte, capaz de controlar la información, podrá resistir las campañas de prensa orquestadas por periodistas no del todo independientes trabajando para grandes grupos relacionados con intereses capitalistas estadounidenses. Sólo un gobierno consciente de vivir en estado de sitio podrá con lucidez darse la posibilidad de contrarrestar la acción nada espontánea de sediciosos comprados y de opositores mercenarios, armados y colocados en la escena (seudo)libertaria para la ocasión.
Dear Mr. Kirkup, le fue fácil realizar su artículo, rápidamente escrito, rápidamente rematado, no pensado siquiera, no vale la pena, ya que retoma, vuelve a recitar, vuelve a repetir, reciclándola, la cancioncilla ya grabada en las cabezas propagandizadas de sus lectores anémicos, de sus lectores pequeños ingenuos burgueses que, como usted, viven muy bien, consideran muy aceptable nuestro occidente imperialista productor de riquezas, consideran justo y generoso este capitalismo que les mima, les mantiene en buena salud y dentro de cuyos límites, sobre todo, se creen libres, perros ahítos y soñolientos, acurrucados en el claroscuro estrecho de las opiniones removidas, felices de vivir ahogados en la celda acolchada de los folletos escritas por usted, en el pluralismo engañoso de un catequismo único pregonado por sus colegas, en el machaqueo desodorizado de las explicaciones aceptadas, servidas con un embudo en el gaznate de los engatusados-engatusadores que consideran que es descortés, una putada en el fondo, que se les importune y que se atreva a trazar grafitis vengativos en el mármol pulido de sus ignorancias petrificadas.
Y para terminar, Míster Kirkup, hago una hipótesis, que someto a los historiadores: ¿Cuál es la diferencia entre una dictadura de izquierda y una dictadura de derecha? Pues, mire, a mí me parece que una dictadura de izquierda es una dictadura que se ha convertido en una dictadura para resistir los ataques de la dictadura de los mercados mientras que, por lo contrario, una dictadura de derecha es una dictadura que ha abierto las puertas de la ciudad a la dictadura de los mercados. Con las dictaduras de derecha que colaboran con ellos, los mercados pueden a la vez extorsionar a los habitantes y ser, cada día, los invitados de honor en la mesa del alcalde que les ha jurado lealtad.
Entonces, entre Fidel Castro y la dictadura de los mercados…
Notas:
[1] "How can anyone committed to human rights mourn Fidel Castro – a man who killed and repressed his own people?” by James Kirkup, The Telegraph, 26 November 2016.
[2] «If the Castro regime is so confident that it enjoys the loving support of a happy and free people, why does he deny a proper chance to vote on their own leaders?»
[3] National Endowment for Democracy
[4] International Republican Institute
Bruno Adrie. Autor y traductor.

De patriarcas y de otoños


De patriarcas y de otoños
 Carmen Beatriz Ruiz.
El comienzo: "(…) ya lo ves, general, así es como terminan los que levantan la mano contra su padre, no se te olvide cuando estés en tu reino, le dijo, al cabo de tantas noches de insomnios de espera, tantas rabias aplazadas, tantas humillaciones digeridas, ahí estaba, madre, proclamado comandante supremo de las tres armas y presidente de la república por tanto tiempo cuanto fuera necesario para el restablecimiento del orden y el equilibrio económico de la nación, lo habían resuelto por unanimidad los últimos caudillos de la federación con el acuerdo del senado y la cámara de diputados en pleno…”.

El paroxismo: "(…) había declarado el estado de peste por decreto, se plantó la bandera amarilla en el asta del faro, se cerró el puerto, se suprimieron los domingos, se prohibió llorar a los muertos en público y tocar músicas que los recordaran y se facultó a las fuerzas armadas para velar por el cumplimiento del decreto…”.  

El miedo: "Así fue como Patricio Aragonés se convirtió en el hombre esencial del poder, el más amado y quizá también el más temido, y él dispuso de más tiempo para ocuparse de las fuerzas armadas con tanta atención como al principio de su mandato, no porque las fuerzas armadas fueran el sustento de su poder, como todos creíamos, sino al contrario porque eran su enemigo natural más temible…”.

Comenzaba la segunda mitad de la década de los años 70 y leíamos, sin respiro, como fue escrita, la novela El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez. En Bolivia daba sus últimos coletazos la dictadura banzerista, en Chile seguía tan campante Pinochet, en Argentina mandaba Videla, y el Plan Cóndor se estaba ejecutando. En las páginas de la novela del escritor colombiano, que aún no era Premio Nobel, se entrelazaba un compendio de las tristes anécdotas de los muchos y lamentables dictadores que asolaron las repúblicas latinoamericanas. Con el lenguaje del realismo mágico García Márquez recreó el entierro con honores militares de la pierna de un tirano, la trágica ignorancia de varios, los desmanes sexuales de otros, las bravuconadas, los asesinatos, las órdenes infames e inverosímiles de todos…

Diez años después los vientos de la democracia parecían barrer resquemores y malos recuerdos en la región. Quién nos iba a decir que, finalizando la segunda década del siglo XXI, volveríamos a ser testigos y víctimas, a veces hasta cómplices, de nuevas/viejas anécdotas protagonizadas por aprendices de déspotas?: palacios faraónicos en ciudades sin agua, caminos comiendo selvas, delirios nucleares, museos al ego, charlas con pajaritos (con el perdón de san Francisco de Asís) ¿Es que este continente no es capaz de aprender? 

Sin embargo, siempre hay un final: "(…) y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza (…) Fue como penetrar en el ámbito de otra época, porque el aire era más tenue en los pozos de escombros, y el silencio era más antiguo, y las cosas eran arduamente visibles en la luz decrépita. (…) más viejo que todos los hombres y todos los animales viejos de la tierra y del agua, y estaba tirado en el suelo, bocabajo, con el brazo derecho doblado bajo la cabeza para que le sirviera de almohada, como había dormido noche tras noche de su larguísima vida de déspota solitario”.
 
Carmen Beatriz Ruiz es comunicadora social.

martes, 20 de diciembre de 2016

JEFEAR – JEFEADOR – JEFISMO

guzman
Roberto Guzman

“. . .cuando se eduquen y puedan actuar más institucionalmente y con menos caprichos y JEFISMOS arbitrarios. . .”
Desde que se leen las voces del título se adivina que estas pertenecen a la familia de la palabra jefe. En República Dominicana el vocablo jefe reviste connotación especial porque hubo en la historia política dominicana alguien a quien se le designaba como “el jefe”. Según cuentan los que le conocieron ese era el título que más satisfacía a Rafael L. Trujillo.
La historia de la palabra en el habla dominicana viene a cuento porque esta ha procreado descendencia como puede notarse en las tres voces del epígrafe. Se examinará cada una de estas voces y, se resaltará el rasgo semántico del dominicanismo.
La palabra jefe entró en el español a mediados del siglo XVII procedente del francés chef. En esa lengua entró en el siglo IX, escrita chief, que a su vez procedía del latín caput, que significaba cabeza. Esa acepción -cabeza- la conservó en francés hasta el siglo XVI. El jefe de cocina aún se conoce con el nombre de chef. En inglés usan en la actualidad chief. En español, de cabeza pasó a ser “persona importante, autoridad”. El italiano y el rumano se mantuvieron más cerca del latín, càpo para el primero y capet (con acento breve sobre la A) para el segundo.
El vocablo jefeador aparece en el DED y allí se expresa que funciona como sustantivo y adjetivo. La acepción ahí recogida es: “Referido a persona, que gusta de mandar”.
En el habla dominicana actual el vocablo jefe se utiliza en la conversación diaria. Es una forma de referirse una persona a otra cuando no conoce su nombre y, en algunos casos, cuando desea halagarla.
El verbo jefear de uso en República Dominicana está reconocido en tanto verbo intransitivo y, el Diccionario de americanismos (2010) de las academias lo define, “fungir como jefe”. Esa es una acepción derecha; pero en la realidad muchas veces adquiere la connotación de mandar, ordenar de modo indiscriminado, sin modales, con exceso de órdenes. La definición del Diccionario del español dominicano (2013) es más satisfactoria, “ejercer de jefe, mandar”. Este jefear tiene un matiz negativo en el español dominicano.
El español dominicano reconoce la locución sustantiva jefe indio que es la “persona que tiene la autoridad o el poder”; así consta en el Diccionario del español dominicano (DED).
Como un dato curioso puede citarse que en el portugués brasileño existe el verbo chefiar que es ejercer las funciones de jefe. Además, tienen la voz chefiado que es el participio del verbo antes mencionado y que sirve para referirse a la persona bajo la autoridad de otro.
El vocablo jefeador aparece en el DED y allí se expresa que funciona como sustantivo y adjetivo. La acepción ahí recogida es: “Referido a persona, que gusta de mandar”. Es, por lo tanto, una persona que disfruta dando órdenes. Alguien a quien le gusta que se le reconozca como la persona a quien se obedece.
La última voz del título, jefismo, es de menor uso en el español dominicano. Solo se ha encontrado esta voz en la variedad dominicana del español. Por la formación que tiene la voz se la toma como sustantivo por la terminación que lleva, –ismo. Esta terminación en buen español se utiliza como componente de palabra que indica doctrina, partido, sistema; movimientos políticos, grupos sociales, actividades culturales. En los casos en que se añade a un adjetivo puede dar lugar a un nombre abstracto.
Ahora bien, en la cita este “jefismo” ha de interpretarse como una conducta, proceder, comportamiento. Es una manera de ser jefe, de demostrar que se está en control de otras personas o que se tiene poder de decisión.
ACECHAR – ASECHAR
“. . .y aunque las soluciones técnicas y administrativas no son sencillas (pues el evasor ASECHA), tienen que consistir en un reembolso rápido”.
Hace largo tiempo ya que los hablantes y escribientes de español encuentran problemas con las dos palabras del título. En el español de todos los días en la América Hispana ambas palabras se pronuncian igual. Esto ha contribuido en gran medida a la confusión provocada. El otro ingrediente que se añade a lo anterior es que hasta en sus acepciones se prestan a confusión. Más abajo se despejará de la mejor manera posible el asunto.
No hay que enfadarse en extremo por la confusión que ha enredado hasta al más listo. D. Rufino José Cuervo escribía: “la distinción de las dos aplicaciones mediante formas diferentes no data de los primeros tiempos de la lengua: usábanse indistintamente las dos ortografías para una y otra acepción”.
Acechar es aguardar con cautela, atisbar, vigilar, espiar, es permanecer en un lugar observando, al tiempo que se procura no ser visto. Esta conducta puede tomarse en sentido figurado. En algunos casos puede admitirse con el sentido de que alguien se siente amenazado o, presagia la amenaza sobre algo. Asechar es poner, armar asechanzas, engaños, artificios, maquinaciones, con el propósito de hacer daño a alguien.
No hay que enfadarse en extremo por la confusión que ha enredado hasta al más listo. D. Rufino José Cuervo escribía: “la distinción de las dos aplicaciones mediante formas diferentes no data de los primeros tiempos de la lengua: usábanse indistintamente las dos ortografías para una y otra acepción”. En apoyo de estos usos citaba D. Rufino a Fray Luis de Granada, Lope de Vega y Alfonso el Sabio.
En algunos casos la duda asalta al escribiente que reflexiona porque el evasor puede utilizar ardides para evitar el pago (asechar). O bien, puede esperar cautelosamente a que se presente la oportunidad o la posibilidad para no cumplir con sus obligaciones impositivas (acechar).
Luego de esta exposición queda demostrado que en algunos casos (los menos), el empleo de uno u otro de los dos verbos es posible; sin embargo, en otros casos salta a la vista la diferencia. En materia penal las diferencias se destacan por la manera en que actúa la persona que se vale de un medio o de otro para perpetrar su delito.
EFICIENTIZACIÓN
“La EFICIENTIZACIÓN de la generación eléctrica. . .”
Aquí se está de nuevo en presencia de otro neologismo. Este como muchos otros está formado a la manera culta; es decir, con la inserción de un infijo que se denomina aquí afrancesado y una terminación conocida.
Todo parece indicar que la formación de este neologismo se ha hecho utilizando la raíz de eficiente, añadiéndole el infijo iza, después de eliminar la vocal final, y, a esto agregándole la terminación –ción.
Ante una voz de este género tiene el curioso acerca del lenguaje que plantearse la pregunta acerca de la pertinencia del nuevo vocablo, esto es, la necesidad de que exista. No se trata solamente de buscar los genes a la nueva palabra.
La formación, como se esbozó antes, es correcta. Ahora bien, ¿existe la necesidad de una palabra que exprese esta idea? Más abajo se examinará la conveniencia del término y su posible acepción.
Eficaz es, que tiene eficacia. Eficiente que tiene eficiencia. La eficacia es, de acuerdo con las Academias la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”. La eficiencia, a su vez, es la “capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”
Antes de entrar en materia hay que referirse a la diferencia entre eficaz y eficiente, porque como se mentó antes, el neologismo parece formado sobre la raíz de eficiente.
Si alguien desea experimentar un mareo léxico, algo que puede hacer es tratar de entender la diferencia entre eficaz, eficiente, eficacia y eficiencia; esto claro, si es que hay modo de separar las acepciones de unas y otras de estas palabras. Aquí se hará un ejercicio sencillo en beneficio de los hablantes para que puedan discernir las diferencias, si es que las hay.
Eficaz es, que tiene eficacia. Eficiente que tiene eficiencia. La eficacia es, de acuerdo con las Academias la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”. La eficiencia, a su vez, es la “capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”.
Para el Diccionario panhispánico de dudas, eficaz y eficiente significan prácticamente lo mismo. Aconseja ese diccionario que la primera palabra se use para cosas y la segunda para personas. Se sostiene además que eficacia se refiere a la capacidad de lograr algo; eficiencia destaca la capacidad de lograrlo con economía de medios. Fundéu expresa que aplicado a personas, “es eficaz aquella que sirve para lo que se espera de ella, mientras que es eficiente la competente, la que rinde en su actividad”.
Para volver al tema inicial, la eficientización sería lograr  hacer competente o que produzca beneficio o utilidad una cosa, que tenga mejor rendimiento. Según parece el neologismo encuentra su campo de acción en economía.

EL MERENGUE Y TRUJILLO

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CUENTO SOBRE LA DICTADURA DE TRUJILLO

COMUNICACION Y PRENSA EN LA DICTADURA DE TRUJILLO

POESIA EN LA DICTADURA