España por ejemplo

Por MILLIZEN URIBE muribe44[@]gmail.com 2:00 am

 Millizen Uribe.
La corrupción es un mal neurálgico en la sociedad dominicana. Muchos problemas son consecuencia de que los impuestos que pagamos para hospitales, energía eléctrica, agua potable, seguridad ciudadana y un sistema de transporte que funcionen, terminan como insumos de nuestro sistema clientelar. Es sabido que la corrupción no solo afecta a República Dominicana. En España, por ejemplo, recientemente se detectaron varios casos, entre ellos el Púnica, un fraude de 250 millones de euros (cifra insignificante comparada con las asociadas a casos dominicanos de corrupción). Entre los implicados hay políticos importantes como Francisco Granados, hombre clave del gobierno y del partido, ya que fue secretario general del Partido Popular (PP) en Madrid. Este caso tiene similitudes con investigaciones recientes del Ministerio Público dominicano: un escándalo de corrupción que involucra a figuras importantes del partido de gobierno y a algunos empresarios, relacionados con delitos como pago de comisiones ilegales a funcionarios, blanqueo de dinero, tráfico de influencias y prevaricación. Sin embargo, hay una diferencia abismal entre la respuesta y la reacción del Estado y la sociedad española y el Estado y la sociedad dominicana. En España el caso se ha tomado con la seriedad debida. A nadie se le ha ocurrido minimizarlo a un ardid político para frenar candidaturas e impulsar otras. Se tiene consciencia del impacto social y no se ve como un mero asunto del PP. El Ministerio Público no ha sido intimidado por otros poderes del Estado para frenar su investigación. Tampoco ha sido amenazado el Poder Judicial, de ahí que al juez Eloy Velasco no le temblara el pulso para mandar a la cárcel a Granados, sin reparar en su poder en el PP. La prensa española señala que “más de cien imputados en 31 días y una treintena de altos cargos se han paseado por los calabozos en algún momento de octubre”. El PP, lejos de silencios cómplices y temerosos, reveladores de compromisos, ha expulsado y suspendido a dirigentes implicados en los casos de corrupción, hasta que se compruebe su inocencia o culpabilidad, y el presidente español Mariano Rajoy pidió perdón a los españoles en nombre de su partido por haber nombrado para algunos cargos a personas que no han sido “dignas” de ello y que, “en apariencia”, han abusado de los mismos. Corruptos hay en todos los países, pero la diferencia es que donde funciona la democracia cuando aparece uno la respuesta del Estado es clara: justicia, lo contrario, la intimidación y el archivo, revelan que, lejos de casos aislados, la corrupción es sistémica. En República Dominicana, lo peor es que los recientes esfuerzos judiciales ni siquiera se pueden atribuir a una política gubernamental de combatir la corrupción. No deja de ser cierto que vemos una lucha interna entre dos bandos por el poder político, que se sacan los trapitos sucios al sol por intereses personales, no por el bienestar del pueblo, y comprobamos que ambos grupos tienen trapos sucios. Mientras, llevan ofrendas a la tumba de Juan Bosch, pero, ¿quién honra su promesa de que “los dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder no habrá un peledeísta que se haga rico con los fondos públicos”? Compartir Share on email Email Share on print Imprimir Sé el primero en comentar MÁS NOTICIAS Renée Zellweger es motivo de burla en redes sociales Celebridades asisten a funeral de Oscar de la Renta Cheddy García revela que tiene un nuevo amor Crece polémica en torno a la miss universo tailandesa de 67 años que no envejece Impacto deportivo Lindsay Lohan deja ver parte de sus senos en selfie Los países del Caricom abordarán políticas contra el ébola y el chikungunya Procuraduría dice tiene pruebas contundentes de que caso Félix Bautista no es político Cristal Marie sorprende por su delgadez El chihuahua que se hace el muerto cuando le van a pelear recomendado por Políticas de comentarios - ¿Cómo comentar?